Número 139 | Jueves 7 de febrero de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

La sana terquedad de las personas inconformes con los caracteres sexuales heredados, empeñadas en logar legitimidad y reconocimiento a su deseo de cambiarlos está poniendo en jaque a justos y pecadores.

Ningún otro tema altera o irrita tanto como la determinación de unas personas de enmendar los “designios divinos” o “de la naturaleza” para adecuarlos a la identidad elegida.¡Aberrante!, ¡locura!, ¡trastorno!, ¡inconcebible!, etcétera, son calificativos que de inmediato se pronuncian cuando se menciona la intención de una persona de cambiarse el sexo. La inconformidad de algunos cuantos provoca la irritante incomodad en muchos otros. Tema difícil y complejo al que pocos quieren entrarle.

Para evadir el tema pretextos sobran, y resulta curioso que en sus respuestas izquierda y derecha coincidan. Luego de la presentación de la iniciativa de reforma legislativa, presentada por diputados de Alternativa Socialdemócrata, para garantizar el cambio de sexo en los hospitales públicos de la capital, el gobierno del DF adujo “falta de recursos” y tener “otras prioridades médicas” que atender. Por su parte, el coordinador del PAN en la ALDF consideró que el gobierno de la ciudad no debe “distraer recursos” para este tipo de operaciones. Para los políticos, los derechos de “unos cuantos” nunca son prioritarios.

Por fortuna, la discusión sobre el derecho de las personas transexuales y transgénero de tener personalidad jurídica, de acceder a servicios de salud para someterse al proceso de reasignación de sexo y de no ser discriminados por ese motivo ya se abrió. Ahora, lo que sigue es mantener en la discusión pública el tema y no dejar que sea silenciado y mantenido al margen por intereses políticos.

La iniciativa legislativa de adecuación sexual en casos de discordancia con la identidad de género obligará a tomar postura y marcará los límites de tolerancia y pluralidad alcanzados por nuestra democracia.