Número 139 | Jueves 7 de febrero de 2008
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus
La derecha y sus batallas culturales
La familia como estandarte



Convertidas en objeto de disputa ideológica, las familias se acomodan a los nuevos tiempos. Lejos del espíritu de las campañas y grupos que buscan su “defensa”, los arreglos domésticos se diversifican. Desde la trinchera, los grupos de derecha combaten a los enemigos: todos los que se resistan a su idea de “familia natural”. En este reportaje un panorama sobre los cambios en las familias y las formas en que son ignorados por los grupos de inspiración católica.



Por Mario Alberto Reyes

La familia está en riesgo”, claman en cada campaña los grupos de inspiración católica. Un “Día de la Familia”, una “Noche familiar”, “Leyes de Familia”, campañas ingenuas, unas, imposiciones legales discriminatorias, las otras. Todas guiadas por la prédica vaticana que identifica enemigos a cada paso en su particular camino hacia la paz, según el más reciente mensaje del Papa Benedicto XVI, al iniciar 2008: “Todo lo que contribuye a debilitar la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, lo que directa o indirectamente dificulta su disponibilidad para la acogida responsable de una nueva vida, lo que se opone a su derecho de ser la primera responsable de la educación de los hijos, es un impedimento objetivo para el camino de la paz”.

Bajo esa inspiración y como regalo de Navidad, los legisladores panistas del estado de Nuevo León aprobaron una Ley de la Familia la madrugada del 22 de diciembre pasado, imposición secular de la doctrina católica que hace de la “familia natural” objeto de protección estatal frente a los “enemigos de la paz”: desde los derechos sexuales y reproductivos hasta el laicismo en la educación.

La discusión en Nuevo León —que movilizó por igual a organizaciones de derechos humanos, de la diversidad sexual o de derechos reproductivos, que a grupos empresariales afines a la moral de los panistas— concluyó con el veto del gobernador priísta José Natividad González Parás y el anuncio del diputado panista José Manuel Guajardo de que su bancada analiza interponer una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para defender la ley rechazada.

Una ley unívoca para la familia única

Al inicio de 2007, la diputada local panista Norma Yolanda Robles convocó a la sociedad civil de Nuevo León a participar en la elaboración de una iniciativa de ley sobre la familia. Al llamado respondieron, entre otros grupos, activistas gays quienes enviaron tres documentos en los que enfatizaban la necesidad de reconocer la diversidad familiar.

Mario Alberto Rodríguez, representante de Nuevo León Incluyente, organización civil que La familia Convertidas en objeto de disputa ideológica, grupos que buscan su “defensa”, los arreglos enemigos: todos los que se resistan a su las formas en que son ignorados por los Por Mario Alberto Reyes defiende los derechos de las minorías, entregó sus propuestas al Grupo Interdisciplinario de Apoyo a las Mujeres (GIAM), organización “de corte puramente católico, ligado al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo, al cual se le pagó con recursos públicos el trabajo realizado”, según señala Rodríguez.

Las propuestas relacionadas a la diversidad familiar fueron eliminadas de las conclusiones que derivaron en la iniciativa, en la que finalmente se optó por retomar de manera textual algunos párrafos de la Carta de los Derechos de la Familia presentada por la Santa Sede a todas las personas, instituciones y autoridades interesadas en la misión de la familia en el mundo contemporáneo, emitida por el Papa Juan Pablo II en 1983. Ante la acusación de plagio, la bancada panista matizó: “la Iglesia católica es universal”.

El documento papal señala que la familia está fundada sobre el matrimonio libremente contraído y públicamente afirmado entre un hombre y una mujer, que crea una institución natural a la que exclusivamente está confiada la misión de transmitir la vida. Mientras tanto, la iniciativa de ley define a la familia como una institución de carácter natural, integrada por un grupo de personas vinculadas por alguna relación de parentesco reconocida en términos del Código Civil de Nuevo León. Para Rodríguez Platas, se trata de una afrenta para el ejercicio de los derechos de homosexuales y lesbianas y el reconocimiento de otras formas de convivencia. “Es un intento de la derecha para tantear terreno y blindar su concepto de familia”, dice.

La iniciativa de Ley de la Familia de Nuevo León consta de 62 artículos divididos en dos libros de cinco capítulos, más cinco transitorios. En términos generales se refiere a los derechos de la familia, la educación de los hijos, el papel que deben desempeñar los medios de comunicación para promover “valores positivos”, la conciliación de la vida familiar y laboral, así como a la creación del Instituto Estatal de Política Familiar, el cual tiene como objetivo “crear, diseñar, promover, difundir y evaluar políticas públicas con perspectiva de familia (sic), que contribuyan a la unidad y la estabilidad de la familia”.

Tras la aprobación nocturna, con los votos a favor de la mayoría panista y en contra del resto de las bancadas, el gobernador González Parás vetó la ley. En su argumentación jurídica se señala la tendencia de la ley a omitir referencias “a principios rectores de carácter laico, incluyente y pluricultural, (lo que evitaría) exclusiones discriminatorias”.

Semanas después del veto del gobernador comenzó a circular en Internet un panfleto homófobico, firmado por Juan M. Dabdoub Giacoman, empresario ligado al PAN, que critica la decisión de someter a consenso la verdad de la Familia Natural (sic), para reconocer “otras ‘familias’”, que en seguida se describen con múltiples fotos de marchas del orgullo gay —manipulación de la imagen que troca la reivindicación queer en amenazante aquelarre. “Todos, todos, procedemos de una familia natural”, concluye la propaganda. El PAN se deslindó del personaje firmante, líder de una organización llamada Familia Mundial, AC, mientras que Mario Rodríguez anunció que las organizaciones que conforman Nuevo León Incluyente presentarán una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

Los cruzados por la familia

Para Red Familia, una coalición de poco más de 450 organizaciones civiles con presencia en 17 estados —especialmente en Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Baja California, Sonora, Oaxaca y Puebla—, la postura de los panistas de Nuevo León es plausible y confían en que el ejemplo se reproducirá en otras entidades. “Defender a la familia natural y a los valores de México para tener una nación sana”, reza uno de los postulados de esta organización que lidera las labores de cabildeo de los sectores conservadores que han hecho de la familia su estandarte para influir en los grupos de poder.

Jesús Hernández Ramos, asesor y consejero de Red Familia, dice en entrevista con Letra S que el objetivo principal de su organización es “colocar en puestos clave a intelectuales que intervengan en la elaboración de proyectos interculturales para influir en las políticas públicas de los estados”. La familia, el aborto, la sexualidad, la drogadicción y el alcoholismo, así como la preparación de los jóvenes para el noviazgo y el matrimonio, son los temas que sus integrantes buscan colocar en el ámbito legislativo desde una perspectiva religiosa.

Para Red Familia la institución que ensalzan es el núcleo social fundamental cimentado en la unión voluntaria del hombre y de la mujer por el acuerdo vitalicio del matrimonio. De acuerdo con su declaración de principios, las diferencias físicas y psicológicas entre el hombre y la mujer son naturales y no están determinadas por roles construidos artificialmente en sociedad. Agrega que el sexo es la potencia de la vida, del amor y de la complementariedad, y está ordenado a la procreación de los hijos.

Los padres, sostienen, son los únicos responsables de la educación sexual de sus hijos, que deberá encaminarse sobre todo a evitar “el desorden sexual (que) ocasiona múltiples sufrimientos y males sociales”. También reprueban las “presiones internacionales” que fomentan un control de la natalidad “indiscriminado” y condenan la interrupción del embarazo, no aceptable “ni aún en su versión de contracepción de emergencia”.

Para el demógrafo Carlos Javier Echarri, investigador de El Colegio de México (Colmex), el modelo de familia natural o tradicional que impulsan grupos como Red Familia es “una entelequia”, pues es falso que los hombres y las mujeres estén programados “naturalmente” para establecer uniones monógamas, ser exclusivamente heterosexuales o para abandonar el hogar paterno al momento de encontrar una pareja.

“Tratar de influir para que las políticas públicas solamente reconozcan a las familias nucleares conlleva el riesgo de fomentar actos discriminatorios hacia quienes no viven en este modelo tradicional”.

Echarri subraya que la estrategia de Red Familia, basada en un supuesto derecho natural relacionado con una especie de derecho divino, atenta contra la laicidad del Estado mexicano, e intenta coartar los avances obtenidos en materia de derechos sexuales y reproductivos.

Al respecto, Hernández Ramos asevera que la organización a la que pertenece no está en contra del Estado laico pues “las organizaciones religiosas necesitan una regulación en bien de la sociedad”, sin embargo enfatiza la necesidad de un mayor cabildeo legislativo para “crear políticas públicas a favor de la familia”.

Las familias se transforman

Altibajos de las familias tradicionales
Fuentes:
(1) Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
(2) Conferencia del Episcopado Mexicano. Suma del número de matrimonios registrados por Arquidiócesis en 2007; incluye a las Arquidiócesis
de Oaxaca y Hermosillo, que ofrecen datos de 2006, y la Arquidiócesis de México, que no especifica año para sus cifras.

De acuerdo con datos del II Conteo de Población y Vivienda 2005, hasta ese año en México existían casi 25 millones de hogares, un aumento de más de 11 por ciento respecto al año 2000. Según el reporte Dinámica de los arreglos residenciales en México, 2000-2005, publicado por el Consejo Nacional de Población, el aumento en el número de hogares está acompañado de arreglos residenciales y formas inéditas de organización de la vida en familia, propiciados por factores como la prolongación de esperanza de vida de las personas, la disminución de la fecundidad, el aumento de la migración y los cambios en las pautas de nupcialidad.

Al respecto, Julieta Quilodrán Salgado, investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colmex, explica a Letra S que en México las uniones libres se vuelven cada vez más frecuentes entre los jóvenes, a la par de que los matrimonios civiles se incrementan en toda la población.

La idea conservadora de que la familia se encuentra en crisis es “una exageración”, dice Quilodrán. Si bien la disolución de uniones se ha incrementado desde 1930, y aproximadamente 12 por ciento de las parejas que contraen matrimonio civil o que deciden vivir en unión libre se separan, México es uno de los países, en comparación con el resto de América, con un bajo índice de disoluciones. En Estados Unidos, Cuba y Uruguay, uno de cada dos matrimonios se rompe.

Más bien hay cambios al interior de las familias, señala, pues hombres y mujeres tienden a separar el ejercicio de la sexualidad de la procreación —tras lograr el dominio de la tecnología anticonceptiva— lo que significa que el matrimonio católico está perdiendo su capacidad como institución reguladora de la vida en pareja, cuyo objetivo principal es asegurar la reproducción humana, según lo estableció el Concilio de Trento de 1545. Más aún: “El modelo de matrimonio promovido por la Iglesia, monogámico, indisoluble y legítimo, nunca llegó a imponerse por completo en México, en donde existen las uniones libres y las dobles uniones que algunos llaman la casa chica”.

Además, comenta Quilodrán, hay que considerar la tradición que respalda en México a la unión libre, lo que la hace un arreglo familiar “bastante estable” y una alternativa frente al matrimonio civil o religioso. “Si nos atenemos a las cifras, no podemos asegurar que la familia se esté desestructurando, aunque hay que reconocer que evoluciona rápidamente”.

2009, el objetivo

Jesús Hernández Ramos, de Red Familia, está convencido de que las leyes que reconocen a las parejas del mismo sexo y que otorgan a las mujeres el derecho a decidir sobre su maternidad, y la “promoción de la homosexualidad” a través de Internet, son “auténticos peligros para la familia”. Su postura no interfiere, dice, con su respeto a las personas no heterosexuales, pues ante problemas de “desviaciones humanas morales” la unión de la familia es lo más importante.

Hernández Ramos define con claridad a los “enemigos de la familia” y, por tanto, los blancos de las campañas con que buscan defenderla. “Las relaciones deben ser entre un hombre y una mujer; si se aprueban los matrimonios homosexuales y se les permite la adopción, lo que va a ocasionar es la deformación de la mentalidad de los niños”.

Una de las campañas que apoyan con ahínco es el Día de la Familia, fecha instaurada en marzo de 2005 por la administración federal en turno que ha sido criticada por sectores de la población que la consideran excluyente y discriminatoria. Para Hernández Ramos la llegada al poder del PAN no ha beneficiado a agrupaciones identificadas con ideologías conservadoras como Red Familia o el Consejo de la Comunicación —el principal impulsor del Día de la Familia—, que agrupa a varias de las empresas más importantes del país. “No tenemos partido porque trabajamos por la sociedad, pero Acción Nacional hizo su labor y ahora tenemos un presidente que tiene dignidad y que está trabajando por muchas cosas (a favor de la familia)”.

En contraste, José Aguilar Gil, coordinador nacional de la red de organizaciones civiles Democracia y Sexualidad (Demysex), sostiene que los grupos de la derecha empresarial jugaron un papel central en el proceso electoral de 2006 para favorecer la permanencia del PAN en la Presidencia de la República, por tanto, Felipe Calderón “ahora debe pagar las facturas y tendrá que abrir la puerta a los que buscan negociar temas álgidos, como la sexualidad, las familias y la diversidad sexual”.

La estrategia de los grupos conservadores mexicanos se verá fortalecida con la realización en México del Encuentro Mundial de Familias, organizado por el Vaticano para enero de 2009. Hasta ahora se asegura que Benedicto XVI aprovechará la ocasión para hacer su primera visita al país e “intentar restaurar a la familia natural como la unidad social fundamental y fuente de una nación sana”, según Hernández Ramos. Por lo pronto, Red Familia, “feliz por la visita del Santo Padre”, ya prepara documentos a favor de la vida y la familia.

Aguilar Gil ve como una alerta para los grupos comprometidos con el lacismo y la diversidad familiar la realización del Encuentro Mundial de Familias sólo seis meses después de la XVII Conferencia Internacional de Sida, evento en el que se esperan pronunciamientos en pro de la educación sexual, del uso del condón y de la diversidad sexual. “La visita de Benedicto XVI será estratégica para intentar frenar los avances obtenidos en materia de sexualidad. El discurso papal podría ser el pretexto para que el gobierno mexicano dé marcha atrás a los programas de prevención del VIH/sida y de fomento del uso del condón”, señala.