Usted está aquí: lunes 11 de febrero de 2008 Cultura Arqueólogos destacan importancia de las ruinas halladas en Malpica

Es el vestigio prehispánico más importante de Sinaloa, aseguran

Arqueólogos destacan importancia de las ruinas halladas en Malpica

Sobresalen los rituales funerarios; enterraban a sus muertos en urnas

Irene Sánchez (Corresponsal)

Ampliar la imagen Algunas de las piezas encontradas en la zona de Malpica Algunas de las piezas encontradas en la zona de Malpica Foto: Irene Sánchez

Malpica, Concordia, Sinaloa. La zona arqueológica localizada en Malpica, municipio de Concordia, Sinaloa, que data de entre los años 200 y 500 después de Cristo y fue uno de los puntos principales de la cultura totorame, perteneciente al señorío de Chametla, es de las más importantes y más grandes que se han localizado en la región, afirmó María de los Ángeles Heredia Zavala, delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Detalló que el hallazgo revelará nuevas aportaciones para la historia y el estudio de la cultura de Sinaloa debido a que es un sitio que no estaba registrado. Data del periodo clásico Aztlatlan, el material localizado tiene semejanza con la cerámica de Chametla y algunas figurillas son parecidas a los centros del norte de Sinaloa, lo que pudo ser un sitio intermedio entre las dos culturas.

En el sitio se ubicaron dos lomas; en una se localizó un entierro y pudo ser el área más importante o centro ceremonial; la otra fue un taller, lo que demuestra que allí mismo elaboraban las piezas que usaban. Se encontró también cerámica policromada, figurillas, algunos raspadores, obsidiana, cuchillos de este material, además de piedras blancas y cuarzo, semejantes a piezas que se tienen en el museo arqueológico de Mazatlán, que pueden ser originarias de esta región, explicó el arqueólogo Joel Santos Ramírez.

La delegada del INAH en Sinaloa observó que la zona es rica en material arqueológico que se localizó en la superficie. Ubicaron una fosa en la que había un cuerpo con deformación craneana, orientado hacia occidente, postura típica de los entierros que se han localizado en los culturas de la entidad; el hallazgo fue cubierto con tierra para evitar su erosión y conservarlo para su estudio.

La titular del INAH en la entidad, acompañada por un equipo del instituto, el arqueólogo Joel Santos Ramírez y el museógrafo Diego Reyes realizaron un recorrido por la zona arqueológica, afirmaron que las cerámicas que se encontraron en el sitio y las recolectadas en la comunidad son ollas, cajetes, figurillas sólidas de mujeres con semejanza a las que se han localizado en la cultura de Chametla. También participaron funcionarios del municipio.

El arqueólogo del INAH Joel Santos precisa que las ruinas encontradas en esta comunidad son de las más antiguas del sur de Sinaloa y de alguna manera están relacionadas con las culturas del occidente y noroccidente de México; al parecer se trata de una población primigenia de Mesoamérica de la zona noroeste, que tiene correspondencia con Nayarit, Jalisco y Colima

Explicó que las evidencias de las primeras culturas que poblaron la región datan del año 100 antes de Cristo y principalmente del año 250, hasta alrededor del 700, como es el caso de Malpica, lugar donde se encuentran elementos de un cambio cultural y una transición que parece haber ocurrido; su estudio revelará más información de la cultura que habitó este asentamiento.

El hallazgo arqueológico

Las formas de las piezas localizadas en este sitio corresponden el estilo de las culturas antiguas del sur de Sinaloa, que están bien definidas temporal y regionalmente; por ejemplo, en el sur se localizan Escuinapa, Chametla, El Río Presidio y ahora se incluye Malpica.

Santos Ramírez detalla que algunas figurillas encontradas no tienen dorso; en este tipo de cerámica predomina el color rojizo que adquieren por el óxido y el tiempo de cocción. Es un tipo de arcilla típico de la región; además se nota mucha contaminación de cuarzo por la arena, ya que las hacían aquí mismo –indica el lugar donde se ubica el montículo de cuarzo– tenían un acabado en blanco y hay una intención de darle terminación artística.

El arqueólogo del INAH explica que entre las piezas de cerámica predominan figurillas, malacates y representaciones de gente trabajando la piedra, sobre todo en labores de molienda, hachas de gargantas e incluso algunos elementos de obsidiana, por lo que la presencia de este material resulta interesante, porque es un vidrio volcánico y la veta más cercana está en Jalisco, lo que significa que se “importó” el producto, lo que reflejaría amplias relaciones comerciales y culturales.

Diseños geométricos

Un pedazo de cerámica policroma, que debió ser un pequeño plato, hallado en el sitio, presenta un tipo de decoración de banda negra al borde –señaló el experto–, un fino trabajo esgrafiado y decorado con inserciones parecidas a líneas en zig-zag que se han visto en otro tipo de vajillas, lo mismo que los círculos que se aprecian en la misma, que remiten a la representaciones geométricas características de las culturas más antiguas y tienen que ver con diversos aspectos de la naturaleza; en este caso son diseños más geométricos, parecidos a los grabados rupestres.

El arqueólogo Santos Ramírez describe que una de las características de los enterramientos en el área del sur del estado, en comparación con otras regiones, es que los huesos se depositaban en urnas y, adentro de éstas, en vasijas miniaturas, característica única del sur del estado.

El culto a los muertos era muy destacado. Los cuerpos eran sometidos a todo un ritual: se les deformaba el cráneo, eran enterrados en urnas hasta que sólo quedaban los huesos, posteriormente hacían un bulto pequeño y los introducían en urnas.

Sobre las urnas funerarias no hay investigación suficiente, dijo; “es algo que nos falta por estudiar, pero sabemos que desde el año 400 después de Cristo hasta 1100 o 1200 se practicaron enterramientos en las culturas de Sinaloa y no hay otras partes en México donde se haya hecho esto, sepultar en urnas los restos humanos, y en todo el estado se han encontrado.

Para Joel Santos Ramírez, por la localización de este sitio el INAH tendrá que emprender un rescate arqueológico, además de un conjunto de acciones con la comunidad para iniciar un programa en el que participen los habitantes para coadyuvar en la conservación del patrimonio arqueológico; en esto también debe incluirse la participación del ayuntamiento para solicitar que respalde la vigilancia con personal adecuado en el sitio y evitar que continúe el saqueo.

El arqueólogo hace referencia a que los sitios característicos de Sinaloa se han hallado en la zona costera y los que se han localizado a pie de tierra han sido poco explorados; prácticamente es nulo el trabajo de estas zonas y no se ha elaborado un planteamiento arqueológico para conocer cómo se desarrollaron las culturas serranas.

 
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