Usted está aquí: viernes 15 de febrero de 2008 Cultura Laureana Toledo figura en el “bloque mexicano” mostrado en Madrid

Los reyes de España encabezaron la inauguración de la feria en esa capital

Laureana Toledo figura en el “bloque mexicano” mostrado en Madrid

La fotógrafa exhibe una serie de siete heliograbados

La Caja Negra Ediciones también presenta Contenido neto, de Benjamín Torres, y Lisboa, de Jonathan Hernández

Merry MacMasters (Enviada)

Ampliar la imagen Obra del artista español Bernardo Roig, que se exhibe en el contexto de la versión 27 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que ayer abrió sus puertas al público en la capital española Obra del artista español Bernardo Roig, que se exhibe en el contexto de la versión 27 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que ayer abrió sus puertas al público en la capital española Foto: Ap

Madrid, 14 de febrero. Este jueves los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, encabezaron la inauguración de la versión 27 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco) en la Feria de Exposiciones de Madrid.

En ese contexto, la galería española La Caja Negra Ediciones, una presencia que no puede faltar en ese encuentro trae, como es su costumbre, un bloque de artistas mexicanos.

La fotógrafa Laureana Toledo está representada con la serie de siete heliograbados, titulada Nombres propios (2007), que es un comentario arquitectónico sobre las grandes ciudades, con cierta ironía dada la “perspectiva de rascacielos con una mirada siempre de abajo hacia arriba, desde lo pequeño”, expresó Fernando Cordero, director de La Caja Negra Ediciones.

Laureana se pone “un poco en la piel de un fotógrafo de la Bauhaus, de los años 20”. Para contrarrestar el aspecto de frialdad de las imágenes, les confiere “cualidades personales” en la forma de un nombre de alguien conocida para ella, como Adela, por ejemplo.

Una de las “estrellas” de la feria, al decir de Cordero, es la instalación Contenido neto, del mexicano Benjamín Torres, que es un proyecto de vaciados en yeso de envases de productos de consumo cotidiano. La obra consta de siete estantes, con alrededor de mil 500 piezas, cuyas formas resultan conocidas para el visitante, en lo que alude a “la multiplicidad, el mercado del arte y el consumo”.

Pero no sólo se quedan en el “comentario conceptual”, sino que “aportan una poética propia, porque el mismo blanco de los objetos les da unas cualidades plásticas, inclusive, “morandianas”. De allí que el objeto reconocible “va más allá del comentario sobre la sociedad de consumo, que ya se ha hecho, para tornarse toda una reflexión cargada de belleza”, señaló Cordero.

Los vaciados de Torres vienen a ser las piezas más baratas de Arco, porque cada una se puede adquirir en 25 euros. En tanto, la Galería Malborough, de Nueva York, trae una pintura del británico Francis Bacon valuada en varios millones de euros.

El precio de las piezas de Torres es “lo de menos”, apunta el entrevistado, aunque sí permite que el interesado compre varias y así armar su propio bodegón. Además, hay un precio de estantería y otro de “sección completa para una institución”.

Como objeto de mercado no podría presentarse de otra manera que en una estantería.

La Caja Negra Ediciones conoció a Torres el año pasado durante su participación en la Feria de Arte Contemporáneo Maco, que se organiza en la ciudad de México. Esta es la primera vez que trabajan con él. Entre otras cosas les interesó su trabajo, porque “somos una galería fundamentada en la edición, entonces una pieza como ésta conlleva mucho interés por la multiplicación del objeto”, apuntó Cordero.

El “bloque mexicano” también incluye la serie Lisboa (2007), de Jonathan Hernández, producto de una residencia en la capital de Portugal. De Jan Hendrix, artista de origen holandés con tres décadas de vivir en México, se exhibe el tríptico Eclipse 9, superposición de metal recortado.

Luego, está Quejas (2007), de Muntadas, “el artista conceptual más importante en España”, integrada por una serie de fotografías hechas en la ciudad de México, cuyo tema son los números telefónicos para dar quejas, captados en vehículos y tiendas. Cordero anota que si en México la palabra se entiende como reclamación, en España tiene otro sentido: “es lo que hace el niño o se relaciona con la música flamenca”.

 
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