Usted está aquí: viernes 15 de febrero de 2008 Cultura Penultimátum

Penultimátum

No más santos al vapor

La inflación en el mundo no afecta solamente los bolsillos de miles de millones. También se deja sentir en el campo religioso. Por ejemplo, en el número de quienes fueron proclamados beatos o santos los años recientes por las instancias vaticanas que se ocupan de esa tarea. Dos casos emblemáticos son México y España, donde decenas fueron elevados a los altares, pero más por motivos políticos (la Guerra Cristera y la Civil, respectivamente) que por prendas religiosas, lo que explicaría el reducido cuando no nulo fervor que despiertan entre los católicos. Por ello, al Vaticano lo acusan de “fabricar santos”, asunto al que el anterior pontífice intentó minimizar al decir que “quizás debería pedirse cuentas a Dios por tanta santidad suscitada en los hombres”.

Sin embargo, sorpresivamente, y quizá para no actuar ya con tanta ligereza y evitar que siga incontenible la inflación referida, la Congregación para la Causa de los Santos elaboró un documento en el que exige a los obispos mayor sobriedad y rigor en los procesos de beatificación y canonización. Lo que no se sabe es si el historial de los santos declarados al vapor en un intento por apuntalar el fervor político-religioso en ciertos países, como México y España, será revisado con el rigor que ahora exigen quienes controlan el Vaticano. La instrucción emitida pide “cautela y precisión” a las autoridades eclesiásticas de cada país al verificar “la fama de santidad y de martirio” de los candidatos. De igual forma, poner de relieve “eventuales hallazgos contrarios a la fama de santidad”.

Lo anterior parece tener dedicatoria en el caso del padre Marcial Maciel Degollado, al que sus seguidores virtualmente santificaron en vida y ahora intentan sumarlo a la lista de personajes fundadores de grandes organizaciones religiosas (dominicos, jesuitas, Opus Dei) que son “elevados” a los altares.

De igual modo, obliga a irse con pisada de gato en el caso de otro personaje al que, a diferencia de Maciel (que todavía no ha hecho milagro alguno fuera de escapar en vida de las manos de la justicia civil), se le atribuyen por lo menos 300 milagros en poco menos de un año. Nos referimos a Ramón Godínez Flores, quien fue obispo de Aguascalientes. Lo mismo ha concedido “sanaciones” que obtenido empleo, aparte de los que acuden a él en busca de ayuda. Como crece el número de fieles que esperan la acción milagrosa del obispo, las autoridades eclesiásticas de Aguascalientes decidieron facilitar la visita al nicho donde reposan los restos del que, según afirman sus seguidores, es digno de ser declarado santo.

En caso de lograrlo, sería el primero del sexenio que se dice respetuoso del laicismo, pero que no vacila en expresar, vía la subsecretaria de Gobernación encargada de los asuntos religiosos (la sólida yunquista Ana Teresa Aranda), pesar por la muerte de quien en vida fue acusado múltiples veces de delitos, que en un país donde realmente tengan vigencia los principios de laicidad merecería la condena de las instancias judiciales y nunca el aplauso oficial.

 
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