Usted está aquí: viernes 15 de febrero de 2008 Opinión Obama, la esperanza de América Latina

Jaime Martínez Veloz

Obama, la esperanza de América Latina

La sociedad estadunidense vive hoy un nuevo fenómeno social. Barack Obama, senador por el estado de Illinois y precandidato del Partido Demócrata, ha roto paradigmas y estereotipos y aparece ya en las encuestas como el candidato demócrata con mayores posibilidades de derrotar al partido de Bush, el Republicano.

Amplios sectores estadunidenses, al margen de su origen étnico, social o político, se han incorporado a la cruzada electoral encabezada por el joven senador de Illinois, que con un discurso alejado de la retórica de los políticos conservadores ha logrado captar la atención de la ciudadanía de ese país.

Con una sólida formación académica, realizada mediante el esfuerzo individual y familiar, y una vinculación permanente con las comunidades más pobres de su estado, Barack Obama es poseedor de una sensibilidad especial, que le permite entender la realidad de su país y plantear alternativas objetivas, sólidas y eficaces en términos electorales.

Sus adversarios, atónitos ante el avance de su campaña, le señalan como su principal defecto la inexperiencia y lo corto de su carrera política, lo cual en sentido inverso le ha ayudado a posicionar la imagen de un hombre alejado de la forma de hacer política que llevó a Estados Unidos a una guerra con Irak, por medio de la mentira, y que al mismo tiempo ha contribuido a la creación de una drástica recesión de la economía estadunidense.

Obama no recurre al discurso de la misericordia ni asume el papel de mártir, pero entiende lo que viven las minorías, sus problemas, sus angustias, y plantea opciones y alternativas. Su rechazo a la guerra en Irak desde un principio mostró no sólo la determinación del senador de Illinois, sino también su capacidad política, al presentar un plan que ha sido confirmado en gran parte por el grupo bipartidista que estudió el conflicto en ese país (Iraq Study Group), dirigido por James Baker y Lee Hamilton.

Desde su origen afroamericano lanza una consigna de unidad para el continente: “No hay una América blanca, otra afroamericana y otra hispana, hay una sola América”. Quizá pocos con tan pocas palabras han dicho tanto, sobre todo cuando nuestros pueblos en América Latina están urgidos de tener una relación de cooperación, fraterna y solidaria, y no como hasta ahora, donde el nombre de Estados Unidos es sinónimo de invasiones, explotación, expoliación de recursos naturales e imposición de dictadores y dictadorzuelos.

Para nuestros connacionales y hermanos latinos en Estados Unidos tiene una propuesta. “Yo represento a gente que hasta ahora se había quedado a un lado. Me aseguraré de que esa gente tenga acceso a cuidados médicos, a educación, incluso si son indocumentados”.

En materia migratoria afirma “que el tema de la inmigración ha sido explotado por los políticos más para dividir a la nación que para encontrar soluciones reales. Esta división ha permitido que el problema de la inmigración indocumentada empeore, con fronteras que están menos seguras que nunca y una economía que depende de millones de trabajadores que viven en la oscuridad”.

El papel de los sectores tradicionalmente llamados “minorías” tiene hoy una enorme relevancia, de ahí lo importante de que el mensaje de Obama llegue a todos los rincones de Estados Unidos y de América Latina, donde sus definiciones y posiciones perfilan una nueva relación y un mejor entendimiento entre nuestros países. A lo largo de la historia América Latina no ha sido enemiga de Estados Unidos, pero Estados Unidos sí lo ha sido para nuestros países, que han visto invadidas sus fronteras una y otra vez por tropas de esa nación.

De ahí la importancia de que todas las fuerzas latinoamericanas tengamos la capacidad para unir nuestras voces en torno a quien más posibilidades tiene de construir una relación de cooperación con América Latina y derrotar al partido guerrerista de Bush. Los partidos y las organizaciones políticas de México y América Latina estamos en posibilidad de impulsar una cadena de colaboraciones y apoyos en torno a quien establece compromisos para crear nuevas y mejores condiciones de entendimiento.

Lo que pase o deje de pasar en Estados Unidos afecta a nuestros países, por ello con toda nuestra capacidad debemos crear una fuerza latina alrededor de la candidatura del senador Barack Obama. Estoy convencido de que tenemos capacidad para ello.

 
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