Usted está aquí: lunes 25 de febrero de 2008 Espectáculos Más que el poder de cura, la fe es el eje de la cinta El niño Fidencio...

Se proyectará en el festival de Guadalajara; aborda el fenómeno de adoración a ese personaje

Más que el poder de cura, la fe es el eje de la cinta El niño Fidencio...

Juan Farré recoge testimonios de ancianos que conocieron al supuesto santo

Es venerado en Espinazo, Nuevo León, poblado de 450 habitantes, que recibe dos veces al año a unos 140 mil creyentes

El fidencismo es un movimiento individualista, de cientos de pequeños grupos, dice el cineasta

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen "Hay gente que afirma que es una nueva religión, una secta, una aberración o una herejía...", afirma el realizador. El niño Fidencio, al centro, durante un acto de sanación, en imagen de archivo “Hay gente que afirma que es una nueva religión, una secta, una aberración o una herejía...”, afirma el realizador. El niño Fidencio, al centro, durante un acto de sanación, en imagen de archivo

El director Juan Farré trabajó 10 años una idea, su proyecto, y logró un documental de 87 minutos titulado El niño Fidencio, de Espinazo a Roma, en el que se presentan entrevistas con viejos que conocieron a quien consideran santo y escenas de fe, de creencia capaz de curar males que la ciencia no ha podido. “Si Fidencio es o no milagroso, no es el caso, pues la gente sale de sus males por su fe”, expresó en entrevista el realizador.

A Espinazo, Nuevo León, la gente enferma acude en busca de alivio, añadió. “Saben que Fidencio recibe la orden de Dios para curar y si lo logran es por voluntad del Padre, de manera que se llenan de paciencia y nunca tienen sentimientos negativos hacia él”, añadió.

Farré agregó que temas reiterativos en Espinazo son la fe, la compasión, el encuentro con lo espiritual, más que el de la sanación. “También encontramos otros tópicos importantes, como la envidia, que es uno de los principales obstáculos para que el pueblo de Espinazo prospere, a pesar de recibir miles de personas dos veces al año. Al final concluimos que el fidencismo está movido por sentimientos nobles, pero es un fenómeno individualista; no hay una identidad de grupo, son cientos de pequeños grupos de 80 o cien personas, dispersos cada uno con su líder espiritual o cajita.”

Tema controversial

La película, precisó, no tiene una narración ni se dirige a formar una opinión. “Éste es un tema controversial. Está hecha con base en entrevistas y todo el tiempo está ligada de manera armónica. Gente de posturas contrarias da una visión de lo que fue Fidencio o de lo que es hoy el fidencismo. Hemos tratado con mucho respeto esas opiniones para que el público, a su vez, participe y forme su propio criterio.

“Por lo tanto, hay gente que afirma que es una nueva religión, una secta o una aberración, o una herejía, o que es la nueva Iglesia mexicana. Hay un encuentro de puntos de vista, pero todo es alrededor de la fe. Al principio de la película se tiene la descripción de Fidencio hecha por varias personas mayores, casi todas de más de 90 años (una tiene 104). Uno afirma que era alto, otro asegura que era bajito, o que era güero o moreno, o gordo, no, que era flaco, o que sus ojos eran grandes, y así…

“En la primera frase de la película se cita: ‘dicen que dicen que dicen; lo que dicen no lo sé, pero de lo que estoy seguro es que la verdad no es’. Éste es un dicho recuperado por el especialista Fernando García Quiroz”, precisó el director, quien añadió que el actual papa Benedicto tiene una postura contraria a la mantenida por su antecesor, Juan Pablo II, como oficiar misa de espaldas y en latín.

“Por el contrario, la gente lo que busca es apertura; es decir, busca espacios de reconocimiento y ser recibida.”

Sobre el tema de las capacidades curativas de Fidencio, Farré expuso que contó con el apoyo del antropólogo Philip Singer, chamanista, médico y curandero. “Nos preguntamos si Fidencio curaba o no, lo cual es muy difícil de definir, porque hay quien afirma que a él lo curó, de un tumor, por ejemplo, pero al pedir algún estudio resulta que no existe tal. No se sabe si existía el tumor.

“En el documental no tratamos de defender el fidencismo ni atacarlo, sino que tratamos de verlo como un fenómeno de fe, de la necesidad de la gente de ser recibida en algún sitio. Espinazo, que tiene 450 habitantes, dos veces al año se transforma en un sitio para 140 mil personas, todas armonizadas en una actitud pacífica o entonada. Quien llega, cualquier fuereño, lo primero es que al ver a la gente se impacta, queda como en shock.

“Al segundo o tercer día de estar ahí ya cualquiera se encuentra imbuido, metido y disfrutando de esa misma paz, de esa actitud de calma. No hay lucro y el comercio que se da es mínimo. Sólo de camisetas y uno que otro recuerdo, como fotografías de Fidencio, pero es raro. No hay un desarrollo, una infraestructura de turismo de culto, como en otros santuarios. Acaban esos días de fiesta, que regularmente son durante una semana, y el pueblo queda en la miseria, abandonado como siempre.”

Las fechas de mayor visita son el 19 de marzo, “porque se llamaba José de Jesús Fidencio Síntora Constantino, y ese día es el de San José, y en octubre hay dos días claves: 17, cuando se conmemora que él declaró que había recibido una iluminación de Dios para dedicarse a curar, mientras oraba en un lugar de culto que se llama El Pirulito, y el 19, día de su muerte”.

Como director del documental, agregó, el reto era integrar muchos formatos a 35 milímetros, ya que a lo largo de los años se han hecho entrevistas y tomas con Betacam SP, DV Cam, DVC Pro, Mini DV, XD Cam. Los audios también se grabaron en muy distintas condiciones. “Al final vemos que lo más importante es el contenido. Se hicieron decenas de entrevistas que acumulan cien horas de material. Ninguno tiene la verdad, sino que es un mosaico equilibrado de distintos puntos de vista, sin antagonismos, sin críticas, para que el público  participe formando su propia opinión”, reiteró.

Viaje al pasado

Las voces y los cantos son el común denominador sobre el que se plasman las imágenes. “El montaje nos lleva al pasado uniendo fotografías animadas, películas originales y testimonios de personas que lo conocieron en vida, y al presente con entrevistas con los obispos Raúl Vera, de Saltillo, y Guadalupe Galván, de Torreón, y a muchos jóvenes y niños que aseguran recibir constantemente las bendiciones y curaciones del Niño Fidencio.

“Felipe Montes, escritor regiomontano, declara que es el elegido para ser el evangelista de Fidencio, y comenta: ‘que los ricos vayan a Roma; todos los demás iremos a Espinazo’, que da pie al subtítulo del documental. Un documental de 1928 muestra a Fidencio en vida y se ha preservado para la historia gracias al cineasta Nicolás Echevarría”, informó Farré.

El documental será presentado en concurso en el próximo Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

 
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