Usted está aquí: lunes 25 de febrero de 2008 Política Llama Mouriño a apretar el paso para resolver diferencias y buscar acuerdos

La clase política debe “reflexionar en torno al país que queremos seguir construyendo”

Llama Mouriño a apretar el paso para resolver diferencias y buscar acuerdos

Claudia Herrera y Alfredo Méndez (Enviados)

Iguala, Gro., 24 de febrero. A diferencia del año pasado, el presidente Felipe Calderón cedió a Juan Camilo Mouriño, su nuevo secretario de Gobernación, el discurso central por el Día de la Bandera, en el que llamó a resolver diferencias y buscar acuerdos.

En la primera ceremonia cívica donde funge como orador principal, el funcionario de origen español llamó a que “apretemos el paso” para renovar la vida pública en el país y construir con mayor eficacia los espacios de libertad y de respeto al estado de derecho.

Esta vez la celebración no fue en el Campo Marte de la ciudad de México, sino en la cima del cerro del Tehuehue, donde se yergue el asta monumental más grande de América Latina, de 113.14 metros, que fue inaugurada hace 10 años por el entonces presidente Ernesto Zedillo.

Tras viajar en helicóptero desde la ciudad de México, el Presidente llegó acompañado por los secretarios de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, y de Marina, Mariano Saynez; por dos correligionarios, el presidente del Senado, Santiago Creel, y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Cristian Castaño, así como por el gobernador perredista Zeferno Torreblanca.

En este mirador, que fue adornado con cañones que eran custodiados por cadetes del Heroico Colegio Militar, el mandatario federal primero izó la bandera y luego escuchó la declamación de Victor Manuel Mata Pastrana de la poesía Cuna de honor.

Luego vino el turno de Mouriño Terrazo, quien en la primera parte de su discurso hizo un recuento sobre la historia de la bandera, desde el estandarte de Guadalupe levantado por Miguel Hidalgo y Costilla hasta 1917, en que la actual fue izada por primera vez en Palacio Nacional.

De la bandera juarista, que fue tomada como símbolo del lopezobradorismo y que en este gobierno desapareció de los billetes de 20 pesos, hizo una breve mención cuando aseguró que el lábaro patrio ha sido esencialmente el mismo, aunque “ha sufrido pequeños cambios que indican esos diferentes mandos de gobierno que hemos asumido”.

Así mencionó el “águila coronada, símbolo de las monarquías. El águila sin corona, símbolo de la República. El águila que mira hacia la izquierda, símbolo de los gobiernos republicanos liberales; el águila que mira la derecha, símbolo de los gobiernos republicanos conservadores, y el águila actual, símbolo del México de los siglos XX y XXI”.

El “blanco central”

En su corto mensaje político, insistió en que la bandera, y en particular el “blanco central”, encarnan la unidad nacional y la necesidad de establecer un diálogo abierto entre todos los mexicanos.

Ello en la antesala de los festejos del bicentenario de la Independencia y del centenario del inicio de la Revolución dijo que este símbolo convoca a la clase política a reflexionar en torno “al país que queremos seguir construyendo” y de las decisiones que deben tomar para lograrlo.

Exaltó el esfuerzo de muchos mexicanos que no se dejan vencer por ninguna adversidad, así como de instituciones públicas y privadas que aportan mucho para consolidar el tejido social del país.

Al final de su intervención parafraseó a Calderón Hinojosa cuando dijo que este gobierno trabaja por un “México ganador, por un México digno, por un México capaz de construir un destino trascendente, un México en que todos podamos salir adelante”.

Concluyó diciendo que la meta es asegurar a cada ciudadano oportunidades de desarrollo humano en que puedan ser productivos con el esfuerzo de un trabajo honrado y ver el porvenir y sus desafíos sin angustia.

Por otra parte, el calor hizo estragos en los adolescentes que integraban las escoltas abanderadas por Calderón, debido a que alumnos y militares fueron mantenidos a pleno rayo del sol desde las 6:45 horas hasta las nueve de la mañana.

Mientras Mouriño pronunciaba su discurso, Juan Carlos García y Gregorio Irabién, alumnos del Colegio México de Chilpancigo y otra jovencita se desvanecieron a causa de una insolación.

Para no interrumpir el acto, los muchachos fueron recostados debajo de las gradas donde se ubicó la prensa y atendidos por militares, lo mismo que otra estudiante, que recibió cuidados médicos detrás de unas jardineras.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.