Usted está aquí: martes 26 de febrero de 2008 Espectáculos Unidos por la fuerza del heavy metal, 50 mil fans corearon a Iron Maiden en el Foro Sol

Los ingleses abrieron con Aces High y no bajaron el tono durante todo el concierto

Unidos por la fuerza del heavy metal, 50 mil fans corearon a Iron Maiden en el Foro Sol

Run to the Hills, Rime of the Ancient Mariner y Powerslave tuvieron al público de pie

Arturo Cruz Bárcenas

Ampliar la imagen Dave Murray en uno de los momentos en que los Iron gozaron de los aplausos de sus seguidores Dave Murray en uno de los momentos en que los Iron gozaron de los aplausos de sus seguidores

Un coro de 50 mil gargantas emocionadas se escuchó en el Foro Sol la noche del pasado domingo en el concierto de Iron Maiden. Unidos por la fuerza del heavy metal, decenas de miles de fieles que escuchan al grupo desde sus inicios (a mediados de los años 70) se juntaron con los nuevos fans de la Doncella de Hierro, entre ellos, cientos de niños que vistieron como los demás: de pantalón y playera color negro.

Fue el tercero y último toquín de los Iron en México, luego de prender a 40 mil seguidores en Monterrey y a 30 mil en Guadalajara. Antes, en conferencia de prensa, el vocalista Bruce Dickinson comentó que el mexicano es un público muy especial y que tales asistencias a sus presentaciones demuestran que el metal tiene arraigo en tierras aztecas, aunque no pudo citar a ningún grupo de estos lares, pero sí a los de otras latitudes, como Sepultura y Rata Blanca.

En su concierto metalero, que comenzó a las ocho de la noche, Dickinson gritó varias veces: “Mexico, you’re the best”. Fue emotivo. Un niño de 10 años dijo que pondría en un cuadro su boleto. Los “¡Maiden, Maiden!” se escucharon por todas las esquinas del foro de Churubusco. Adentro, en la segunda rola, un grupo de jóvenes quiso dar rejazo; es decir, ir contra las rejas, para estar más cerca de sus ídolos. Sólo fue un conato.

Imágenes de los rockstars

El suegro Harris ha llevado a su hija Lauren y a su banda de teloneros. Sin pena ni gloria. Todo estaba listo y en las pantallas se proyectaron imágenes de Bruce piloteando el avión que los Iron usan en la presente gira. Son rockstars y pueden darse esos lujos. Una secuencia de bombarderos y ciudades en ruinas. Winston Churchil echándose un rollo. Pero eso valía cacahuate, porque la primera pieza de la noche comenzaba: Aces High.

Desde ahí, los ingleses no bajaron el tono. Siguieron con 2 Minutes to Midnight; en ese momento se extendió una manta grande y aparecieron tres Eddies de tres distintos momentos: Powerslave, Some Where in Time y Seventh. La estética era egipcia.

Más: The Trooper, en la que las tres guitarras mostraron su virtuosismo y Dickinson ondeó la bandera de su país. Sobrevino el momento chovinista: en Wasted Years, Dickinson se puso un sombrero charro. Otra joya: The Number of the Beast, que muchos pensaban sería la del cierre.

Run to the Hills, Rime of the Ancient Mariner y Powerslave mantuvieron al público de pie. Un regalo para 20 fans: en Heaven Can Wait subieron al escenario y cantaron a un lado de los músicos. Cuando se soltaron con Iron Maiden apareció un Eddie muy alto y con una pistolota en la mano. La apuntó hacia el respetable.

Cerraron a lo cañón con Moonchild, The Clairvoyant y Hallowed Be thy Name. Dickinson anunció que regresarán pronto a México. Al irse, algunos chavos buena onda comentaron que Dickinson se emocionó cuando los 50 mil asistentes aplaudieron varios minutos a la Doncella de Hierro. El vocalista había extendido los brazos y con ese apóstrofe abrazaba a quienes tenía enfrente. Un último detalle fue cuando, casi al final, el cantante colocó una bandera de México sobre una bocina.

Así, los rayos, las tormentas eléctricas del cielo de la ciudad de Eddie, el personaje fantástico de los Iron, se convirtieron en música heavymetalera.

 
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