■ Crecimiento desmedido de la mancha urbana y sobrexplotacion de acuífero, señala experto

Alertan por deterioro de microcuenca en los límites de Tláhuac con el Edomex

■ Ecosistema único en el valle de México por su vegetación semidesértica, con flora y fauna

Rocío González Alvarado

El crecimiento desmedido de la mancha urbana en la llamada microcuenca del canal de Acapol, en la franja limítrofe de la delegación Tláhuac con el estado de México, ha puesto en jaque e incluso en riesgo de desaparecer el ecosistema del lugar, caracterizado por su vegetación semidesértica, con flora y fauna únicas en el valle de México.

De acuerdo con un diagnóstico realizado por Jesús Villanueva Manzo, biólogo de la Universidad Autónoma de México (UAM) y experto en tratamiento de micro- cuencas en el país, uno de los principales problemas en este territorio es la sobrexplotación del manto acuífero, lo que ha provocado agrietamientos en la superficie, que podría provocar su contaminación.

La microcuenca, extendida en una superficie de cinco mil hectáreas, es atravesada por el canal Acapol, que conduce aguas residuales desde Mixquic hasta el canal de La Compañía. Está delimitada por los volcanes La Caldera, Xaltepec y el Tehuitle, así como por los cerros del Xico y del Marqués.

En la delegación Tláhuac abarca los ejidos de San Pedro Tláhuac, San Francisco Tlaltenco, Santa Catarina y Mixquic; en Iztapalapa, La Asunción, y en el estado de México, Valle de Chalco y el municipio de La Paz.

Villanueva Manzo advierte que el acuífero Chalco-Amecameca se encuentra en situación crítica, pues existen lugares donde ya se comenzaron a extraer “aguas fósiles”; es decir, de las prime- ras que se almacenaron hace miles de años, que contienen sales y sustancias químicas, no recomendables para el consumo humano.

Y es que aquí, desde la década de los 80, se dio un boom con el desarrollo de unidades habitaciones, donde fueron confinadas familias de clase media o de escasos recursos, que poco a poco han ido ganando terreno, sin contar con los asentamientos irregulares.

Todo está urbanizado, excepto la sierra de Santa Catarina, que desde 1988 fue declarada reserva ecológica. Desde, el pueblo de San Francisco Tlaltenco se puede observar el cerro del Marqués cubierto en la mitad de su territorio por una unidad habitacional, y en el Cerro del Xico este proceso se ha iniciado con la venta de terrenos al mejor postor.

Las faldas del volcán Xaltepec no sólo están urbanizadas, sino que sus entrañas se han convertido en minas de tezontle. Las lagunas del Xico, santuario de aves canadienses durante el invierno, en San Pedro Tláhuac, comienzan a extinguirse acechadas por tiraderos de escombros.

En los relieves de la microcuenca, caracterizada en las partes altas por su vegetación semidesértica –donde aún coexisten aguilillas, halcones, armadillos, zarigüeyas–, y en las bajas por pastizales, existe un oasis que mantiene su actividad agrícola, pero en condiciones adversas, por la erosión y salinización de sus terrenos.

Según el especialista, a pesar del deterioro de la microcuenca y de los múltiples factores que lo ocasionan, aún es posible recuperar este ecosistema. De hecho, elabora un plan maestro de ordenamiento y manejo integral, en el que se incluye desde el establecimiento de corredores ecoturísticos, cactáceos didácticos, hasta la producción de cultivos orgánicos, y reforestación.