Usted está aquí: lunes 3 de marzo de 2008 Política Llega a 79 años el tricolor, con triunfos electorales durante los 19 meses pasados

■ Rechazan el mote de colaboracionistas; prefieren oposición responsable

Llega a 79 años el tricolor, con triunfos electorales durante los 19 meses pasados

Ciro Pérez Silva

Ni la abierta confrontación interna en que se enfrascó en plena campaña presidencial de 2006, ni el tercer lugar electoral que obtuvo entonces o la indefinición ideológica en la que quedó, tras el fallido intento de ubicarlo ligeramente a la izquierda en la pasada Asamblea Nacional, han sido obstáculos para que el PRI, en vísperas de su 79 aniversario, se haya alzado con la mayoría de los espacios electorales en disputa en los últimos 19 meses y lograra convertirse al mismo tiempo en referencia indispensable para la aprobación de todas las reformas impulsadas desde el Ejecutivo federal.

Al tiempo en que su dirigencia nacional recupera las ideas liberales que le dieron vida, algunos distinguidos integrantes del tricolor coquetean con el gobierno panista de derecha y secundan las propuestas para promover la relección legislativa e incluso se muestran anuentes a la privatización del sector energético, o bien, al amparo del poder federal, mantienen sus posiciones, como los cuestionados gobiernos de Mario Marín, en Puebla, y Ulises Ruiz, en Oaxaca.

Otros conservan una cercana relación con la maestra Elba Esther Gordillo, quien formalmente fue expulsada del PRI en julio de 2006, pero que fue y sigue siendo un personaje necesario. Casi todos los gobernadores del PRI fueron electos estando Gordillo Morales en las filas de su ahora ex partido y no son pocos los que mantienen un compromiso con ella por el apoyo que les brindó entonces. “La amistad pavimenta con facilidad la relación política”, afirmó el líder del sector popular del tricolor, Marco Antonio Bernal, en relación con el contacto que mantienen muchos priístas con su ex compañera.

“Lo que se ve no se pregunta”, ha respondido Gordillo Morales al interrogarla sobre estas relaciones u otras, como la que mantiene con el ex presidente Carlos Salinas y ex gobernadores como Arturo Montiel.

No obstante, en todos los ámbitos y niveles los priístas rechazan que se les asigne el mote de “colaboracionistas” y prefieren que se les conozca como “oposición responsable”, aunque haya trascendido el papel de distinguidos miembros y ex miembros del tricolor en apoyo a la campaña de Felipe Calderón.

Aunque admiten que existen corrientes y expresiones que no necesariamente coinciden con su dirigencia nacional, advierten que “se confunde a personajes con corrientes y se olvida que no hay partidos monolíticos, de una sola cara, como ocurre con todos los partidos del mundo” , por lo que rechazan que estas opiniones divergentes representen grupos que tengan su propia agenda e intereses particulares, al margen de las decisiones del partido.

De hecho, la presidenta nacional del tricolor, Beatriz Paredes Rangel, ha insistido en su respeto a las decisiones que se asuman en el Congreso, sitio al que se desplazó en este sexenio la toma de decisiones políticas, aunque tampoco deja de establecer su propia agenda desde la dirigencia priísta en temas como las reformas energética y política.

Rectoría del Estado

En el caso de la primera, ha frenado el apetito de los grupos más cercanos al gobierno federal que pugnan por la privatización, al señalar que cualquier reforma a la ley energética debe ajustarse a lo que marcan sus estatutos, es decir, el Estado deberá mantener la plena rectoría del sector, mientras que en la reforma política hace sentir su fuerza al advertir que “no se dará ni un paso atrás  en las conquistas federalistas” y saca del archivo de los principios tricolores “el pensamiento liberal de Miguel Ramos Arizpe, que es un legado del partido.

“A los panistas decimos que en la reforma del Estado no vamos a permitir la relección de diputados federales,” puntualizó la dirigente priísta, al señalar la vigencia de la proclama de Francisco I. Madero: “sufragio efectivo, no relección”, luego de advertir que no aceptará que el gobierno de la República centralice funciones que hoy desarrollan estados y municipios.

En estos meses, afirma el dirigente del sector popular del PRI, Marco Antonio Bernal, “muchos confunden personalidades con corrientes. Hay personajes visibles en nuestro partido, como el senador Manlio Fabio Beltrones o el diputado Emilio Gamboa, en lo que concierne al Congreso, o una serie de gobernadores, como Enrique Peña Nieto, pero no es correcto sugerir que cada uno represente a un grupo dentro del PRI”.

Sostiene que en el Congreso, “aunque hay divergencias naturales, tratamos de apoyar nuestras propuestas, y lo hemos conseguido en varios temas de manera casi unánime, es decir, no hay divisiones; lo mismo ha ocurrido en el Senado y en el ámbito partidista, con decisiones que apoyan senadores, diputados, gobernadores y dirigentes sectoriales”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.