Usted está aquí: miércoles 5 de marzo de 2008 Capital Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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■ Llegó el momento de que legisladores transparenten gastos

■ Pocos conocen el trabajo de la ALDF

Antes de que el escándalo los alcance, los diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) deberían transparentar sus gastos, porque más temprano que tarde se tendrá que saber qué hicieron con los millones de pesos que les han otorgado para una serie de funciones que parecen ir a fondo perdido y que son, eso debemos tenerlo en cuenta, dineros del contribuyente.

Son varios los puntos que deberán aclararse, pero uno ha llamado la atención en los últimos días, porque en la Comisión de Gobierno, después de entregar 75 mil pesos mensuales a cada uno de los 66 individuos que ocupan un lugar en la ALDF para difundir las leyes que se aprueban, nadie les pide cuentas sobre el ejercicio de esos recursos.

Sí, los diputados locales, que como decíamos en la entrega anterior son severos con el gasto de funcionarios del gobierno central, y qué bien que así lo hagan, se dieron reglas laxas para que los dineros a los que nos referimos, vayan adonde vayan, sólo se verifiquen con un reporte que no requiere comprobantes ni lógica, por lo que se ha podido observar.

Son 75 mil pesos al mes que, sumados a sus dietas o salarios, como guste calificarlos, dan la cantidad de poco más de medio millón de pesos mensuales, lo cual resulta vergonzoso para quien se nombra representante del pueblo, sobre todo si atendemos las cifras que dicen que en la ciudad 40% de habitantes están en la miseria.

Demos hacer la aclaración de que esos 75 mil pesos se pueden agregar fácilmente al salario, porque en muy pocos casos se podrá comprobar fehacientemente que los gastaron en las actividades para las que se otorgaron. Lo único que se les pide para que el dinero erogado quede limpio, es decir, se le considere legal, es hacer un informe que no necesita ser sustentado con comprobantes.

Debido a esa facilidad, cada uno pone en sus informes lo que le viene en gana, a final de cuentas todo queda entre familia y ninguno se siente avergonzado. Total, dirán algunos de ellos, no es más que dinero de la gente, y quién mejor que ellos para gastarlo.

Pero las cosas no van por buen camino. Ya hay quienes empiezan a preocuparse por los millones que gasta la asamblea, es decir, sus 16 diputados, y lo poco o muy poco que se sabe entre la población de sus actividades.

Sin pretender que fuera encuesta o cosa que se le parezca, este fin de semana un grupo de amigos, más o menos enterados de las cosas de la administración pública, no atinó a decir cuáles, además de la ley antitabaco y la del aborto, han sido creación de los diputados locales, y ninguno supo quién es el presidente de la Comisión de Gobierno, lo cual haría pensar que la difusión de la obra legislativa de los últimos 16 meses no ha servido o es tan escasa que muy pocos conocen.

En ese lapso, un año y cuatro meses, los diputados gastaron 80 millones de pesos en la promoción de leyes que al parecer nadie conoce, y eso es realmente preocupante, así que todos pendientes de este asunto que sacará chispas. Por cierto, ¿a quién convendría que esos dineros no tuvieran que ser comprobables? O mejor dicho, ¿quiénes tienen que gastarlo y no rendir cuentas? Seguro que este es otro caso para La Araña, que nos irá informando de sus averiguaciones.

De pasadita

¡Qué barbaridad! Ahora resulta que el procurador Félix Cárdenas tuvo que salir a desmentir los rumores que sobre el bombazo salieron de la PGJDF y buscan desacreditar el trabajo de la SSP y del propio Joel Ortega, y qué bueno que lo hizo así porque el próximo rumor se encaminaría a señalar a Marcelo Ebrard como cómplice del algún cártel. ¿A quién convienen esas falsas filtraciones que emanan de la procu?

 
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