Usted está aquí: jueves 6 de marzo de 2008 Ciencias No hay evidencia de efectividad de cinco fármacos para combatir la demencia

■ Uno de los medicamentos estudiados se usa en el tratamiento del Alzheimer

No hay evidencia de efectividad de cinco fármacos para combatir la demencia

■ La quinta parte de los universitarios de EU consumen analgésicos para drogarse, revela estudio

Reuters

Ampliar la imagen La tienda de autoservicio Sainsbury, en  Manchester, es la primera en Inglaterra en manejar un esquema de citas para consultas médicas. Arriba, el doctor Mohammed Jiva, en el apartado médico del supermercado La tienda de autoservicio Sainsbury, en Manchester, es la primera en Inglaterra en manejar un esquema de citas para consultas médicas. Arriba, el doctor Mohammed Jiva, en el apartado médico del supermercado Foto: Reuters

Washington, 5 de marzo. No hay fármacos efectivos para tratar la demencia y los médicos deben hacerlo mediante ensayo y error, indicaron las nuevas guías sobre la condición difundidas esta semana en Estados Unidos.

Un panel de expertos estadunidenses que trató de elaborar las guías de tratamiento se sorprendió al no hallar buenas opciones terapéuticas para los pacientes con demencia y ninguna forma de establecer qué medicamento sería el mejor en determinados casos.

“No existe una cura para la demencia y muchos fármacos (...) se prescriben sin evidencia de su efectividad”, explicó el autor principal del estudio, el doctor Amir Qaseem, del Colegio Médico Estadunidense.

“Los beneficios del tratamiento son leves”, agregó.

El equipo dirigido por Qassemm, de la Academia Estadunidense de Médicos de Familia, revisó los resultados de 96 estudios sobre cinco fármacos aprobados para tratar la demencia.

Cuatro son inhibidores de la colinesterasa; Aricept, de Pfizer y Eisai Co Inc; galantamina, que vende Novartis AG bajo el nombre Exelone; Tacrina, que se ofrece para tratar el Alzheimer como Cognex.

El quinto medicamento, memantina, es un neuropéoptido, agente modificador que comercializa Forest Laboratories como Namenda.

Estos fármacos pueden demorar el avance de los síntomas de la demencia, que puede adoptar distintas formas.

En general, ninguno es muy efectivo, aunque Qaseem comentó que algunos pacientes pueden obtener algún beneficio.

“Todos los pacientes son muy distintos entre sí”, dijo el investigador. Agregó que si los médicos prueban un fármaco detrás de otro, pueden pasar semanas o meses. Al final, “desaparecen todos los efectos”.

En la revista Annals of Internal Medicine, el equipo detalló que buscó evidencia en la literatura publicada sobre la mejoría que producen los medicamentos en la cognición, el funcionamiento general, la conducta, el ánimo y la calidad de vida de los pacientes.

Los autores concluyeron que los médicos deberían concentrarse en la tolerancia, los efectos secundarios, la comodidad del uso y el costo en lugar de tratar de encontrar el fármaco más efectivo para cada paciente.

“Médicos, pacientes y familiares buscan de manera desesperada información sobre cómo tratar la enfermedad”, dijo Qaseem.

“Es muy desalentador hallar que tenemos que trabajar con estos cinco fármacos sobre los que casi no hay evidencia de efectividad. Si se considera que dentro de 50 años, uno de cada 45 estadunidenses padecerá Alzheimer, esto es un gran problema”, expresó el experto.

Según el panel de especialistas, los fármacos disponibles se deben probar entre sí, como así también sus combinaciones.

“Se necesitan más estudios porque la evidencia disponible de los efectos sobre la calidad de vida aportados por los fabricantes es contradictoria y la importancia clínica de muchos de esos resultados es cuestionable”, dijo el doctor Kenneth Schellhase, integrante del panel.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estiman que en ese país 2.4 millones de personas padecen Alzheimer y que un millón tiene algún otro tipo de demencia, aunque las organizaciones civiles colocan esa cifra en los 5 millones.

Abuso de fármacos

Alrededor de una quinta parte de los estudiantes universitarios de Estados Unidos consumen analgésicos y otros medicamentos de venta bajo receta para drogarse, demostró un estudio publicado esta semana.

Esos estudiantes que consumen fármacos sin justificación médica son por lo menos cinco veces más propensos a encajar en la definición de abuso de drogas que aquellos que no utilizan medicación sin causa sanitaria, señaló el equipo de expertos en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Los resultados del estudio realizado por un equipo de investigadores de la University of Michigan surgen de una encuesta de 3 mil 639 universitarios de menos de 20 años en Estados Unidos.

 
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