Usted está aquí: jueves 6 de marzo de 2008 Política Reconocen aspirantes a dirigir el PRD anomalías en el proceso

■ Desigualdad, padrón inflado y propaganda ilegal, algunos defectos

Reconocen aspirantes a dirigir el PRD anomalías en el proceso

■ Ramírez Cuéllar imputa irregularidades a los dos principales candidatos

Alma E. Muñoz y Ernesto Martínez Elorriaga Enviada y corresponsal

Ampliar la imagen Alejandro Encinas, Camilo Valenzuela, Miguel León López, Jesús Ortega, Dina Rocío Navarro y Alfonso Ramírez Cuéllar, candidatos a la presidencia del PRD, al término del debate que sostuvieron ayer en la ciudad de Morelia Michoacán Alejandro Encinas, Camilo Valenzuela, Miguel León López, Jesús Ortega, Dina Rocío Navarro y Alfonso Ramírez Cuéllar, candidatos a la presidencia del PRD, al término del debate que sostuvieron ayer en la ciudad de Morelia Michoacán Foto: Notimex

Morelia, Mich., 5 de marzo. En la recta final de la lucha por la presidencia nacional del PRD, los cinco aspirantes al cargo admitieron que la contienda interna se desarrolla bajo un esquema de irregularidades en el que privan inequidad, anomalías en el padrón y distribución ilegal de propaganda. Alfonso Ramírez Cuéllar acusó a Jesús Ortega y Alejandro Encinas, los dos candidatos favoritos para ganar, de ser los principales responsables de tal situación.

Al primero lo cuestionó por haberse aliado con fuerzas políticas externas para obtener una votación mayoritaria en los comicios del próximo 16 de marzo.

Al segundo –en favor de quien ayer declinó Miguel León López, otro de los aspirantes–, por la distribución de la carta de apoyo de Andrés Manuel López Obrador, al margen de lo señalado por el Comité Técnico Electoral.

Ortega no tuvo respuestas contundentes a los cuestionamientos de que fue objeto por las anomalías en el listado nominal perredista y sus supuestos vínculos con gobiernos priístas y panistas.

En cambió, resaltó que le molestan las acusaciones sin fundamento, “y más me molesta que venga esa acusación insidiosa de compañeros muy radicales en el discurso, pero muy sumisos en la práctica”.

Recordó que participó, después de los comicios presidenciales de 2006, en todas las fases de la resistencia civil contra el fraude:

“Yo tomé la Bolsa Mexicana de Valores, tomé la Secretaría de Hacienda y aquí, compañeros, hay testigos. Yo estuve en la primera trinchera, en la lucha más intensa y más difícil de nuestro partido. A mí no me van a acusar de tibieza. En todo caso, reflexionemos sobre la verdadera situación del partido, pero con una actitud sensata e inteligente para resolver los problemas”.

Pero Ramírez Cuéllar no lo soltó: “Me parece que la política inteligente no es la del sometimiento a gobiernos del PRI y el PAN en estados de la República. No es inteligente perder el carácter opositor para tener complicidades con gobiernos locales”. Y hasta cuestionó que Ortega hablara de “principios éticos”.

Ante las imputaciones, este último equiparó a su principal detractor en este debate, realizado en el bastión del perredismo, con un francotirador, porque “le tira a todo lo que se mueva en razón de impotencia”.

Encinas también abonó en las acusaciones contra Jesús Ortega, al referirse al crecimiento del padrón por encima de los votos obtenidos en la pasada elección presidencial, y al tomar como ejemplo sobre la conducta de integrantes de Nueva Izquierda –de la cual es líder su oponente– el pronunciamiento de Ruth Zavaleta, presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, para que los ministros de culto voten y sean votados.

También mencionó la “sugerencia” de uno de los candidatos de ese grupo perredista en Guanajuato, Miguel Alonso Raya, de establecer alianzas con el PAN y con El Yunque.

Como respuesta, Ortega resaltó –tres veces– que está en desacuerdo con Zavaleta y hasta dijo que “enfrentaría” modificaciones legales en ese sentido, porque está por el Estado laico.

También se expresó en contra de establecer pactos con El Yunque, “como tampoco comparto la tesis que en alguna ocasión manejó la gobernadora de Zacatecas (Amalia García), de que se podían hacer alianzas hasta con el diablo”, le reviró a Encinas, quien es apoyado por la mandataria. “Cuidado –expresó–: hay que tener claridad en esa política”.

Anticipó que, de ganar las elecciones, pedirá licencia para separarse de su corriente y demostrar sus verdaderas intenciones de dirigir a todos los perredistas.

Alejandro Encinas también recibió lo suyo, cuando Ramírez Cuéllar, al inicio del debate, lo cuestionó porque se imprimieron 6 millones de copias de la carta firmada por López Obrador llamando a votar por el ex jefe de Gobierno capitalino, y con ello violó el acuerdo de la distribución de propaganda y el tope de campaña impuesto, además de un acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional del PRD al respecto.

El ex funcionario capitalino se defendió y dijo que no hubo ningún acuerdo de la dirigencia partidista. Aseguró conocer el papel que está jugando el representante de Movimiento por la Democracia en este proceso interno, aunque no abundó sobre ello.

Ramírez Cuéllar preguntó: “¿Por qué Alejandro Encinas violó el estatuto y mandó publicar y distribuir esta carta (la de López Obrador), cuando nuestra legalidad interna lo prohíbe? ¿Por qué superó el tope de campaña?

“La congruencia empieza por lo más elemental; es lo mismo que estamos pidiendo. A mí nadie me ha encomendado ser presidente del partido, pero sí quiero someter al PRD a grandes reformas”, planteó como despedida.

En el debate quedó rezagada Dina Rocío Navarro, otra de las aspirantes a la presidencia nacional del sol azteca, quien exigió respeto a la igualdad de género y unidad partidaria.

Sobre esto mismo se pronunció Miguel León López antes de declinar en favor de Alejandro Encinas.

Camilo Valenzuela, otro de los candidatos, insistió en su propuesta de postergar las elecciones internas hasta junio –aunque esta demanda ya fue rechazada por la mayoría del CEN y por el resto de los aspirantes–, con el argumento de la desigualdad y las irregularidades que han permeado el proceso.

Durante sus participaciones en el debate, moderado por el académico del Instituto Tecnológico de Monterrey José Fernández Santillán, se pronunció porque el PRD asuma la movilización de masas como único camino para rescatar a México.

 
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