Usted está aquí: lunes 10 de marzo de 2008 Sociedad y Justicia Dar limosna es ejercer la opción por los pobres, según Rivera

■ Pide el cardenal ayudarlos a través de la organización Cáritas

Dar limosna es ejercer la opción por los pobres, según Rivera

José Antonio Román

Para los cristianos, los pobres no pueden ser sólo cifras y diagnósticos por duros o alarmantes que pudieran ser, dijo el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, quien exhortó a los fieles católicos a dedicarles tiempo a quienes viven en la pobreza, y buscar, con ellos, la transformación de su difícil situación, particularmente a través de la limosna.

En el domingo previo al inicio de la Semana Santa, el prelado señaló que la opción preferencial por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o meramente emotivo, si no hay una actitud de conversión que se manifieste en acciones y gestos concretos en su favor.

A los feligreses que en número regular asistieron a la Catedral metropolitana, les recordó que este quinto domingo de cuaresma está dedicado a la caridad, y que en este proceso de renovación interior la Iglesia propone la práctica de la limosna. “El Papa nos invita a convertirnos a los pobres, rehabilitando el sentido de la limosna. El documento de Aparecida del Episcopado Latinoamericano, nos recuerda, en este sentido, que la opción por los pobres es constitutiva de nuestra fe.”

Exhortó a los feligreses a la práctica de la limosna, que “nos ayuda a desenmascarar la idolatría al dinero, recordándonos también que sólo somos administradores y no propietarios de los bienes”. La limosna, añadió, “también educa en la humildad cuando no se práctica de forma arrogante y exhibicionista; nos purifica y nos abre a Dios, nos hace avanzar en generosidad y caridad y nos hace amigos de los pobres!.

Acompañado en el altar por el cabildo metropolitano, el cardenal Rivera, quien sigue sin dar declaraciones a la prensa tras la irrupción de presuntos perredistas a la catedral, insistió en la actitud que deben tener los cristianos ante los pobres. “Se nos pide, por tanto, dedicar tiempo a los pobres, prestarles atención amable, escucharlos con interés, eligiéndolos como amigos con los que podamos compartir horas, semanas o años de nuestra vida, y buscando con ellos la transformación de su situación. Éste es finalmente el sentido de la verdadera limosna”.

En su homilía, dijo que cada católico, de manera personal en la eucaristía, está llamado, desde la escucha de la palabra de Dios, “a buscar la cercanía que nos hace amigos de los pobres; primero para apreciar y aprender de sus valores –especialmente su fe y su inteligencia espiritual del evangelio, como la viuda pobre que echó dos moneditas de muy poco valor en las alcancías del templo, pero con ello entregó su corazón a Dios–, pero también a actuar de manera organizada la caridad”.

Señaló que la Arquidiócesis de México cuenta con Cáritas como el organismo autorizado para servir a los pobres animando y coordinando organizada y profesionalmente la caridad, por lo que pidió dirigir la ayuda a través de esta instancia. “La limosna nos purifica y nos abre a Dios; nos hace avanzar en generosidad y caridad y su práctica auténtica nos hace amigos de los pobres”.

Señaló que la colaboración con Cáritas, a través de la limosna, “es también la expresión de nuestra conversión cuaresmal y de nuestro camino a la Pascua”.

 
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