Usted está aquí: lunes 17 de marzo de 2008 Política Ratifica Norberto Rivera separación entre Iglesia católica y poder político

■ En Catedral, afirmó que la jurisdicción del reino de Jesús no rivaliza con la del gobierno

Ratifica Norberto Rivera separación entre Iglesia católica y poder político

■ “Por ningún motivo el mesianismo puede concebirse como intromisión en el poder del césar”

José Antonio Román

Ampliar la imagen Fieles acudieron a la misa del Domingo de Ramos en la Catedral Fieles acudieron a la misa del Domingo de Ramos en la Catedral Foto: Cristina Rodríguez

En el inicio de la Semana Santa, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, ratificó la separación entre el poder político y la Iglesia católica. Dijo que las enseñanzas del Evangelio “no se pueden concebir como competencia o intromisión en el poder del césar”.

Ante decenas de fieles reunidos en la Catedral Metropolitana durante la misa del Domingo de Ramos, que marca el inicio de la llamada Semana Mayor, dijo que Jesús “no es enemigo de nadie” y que sus enseñanzas y la jurisdicción de su “reino” no rivalizan con la de los “legítimos representantes” al frente del gobierno.

En una homilía donde marcó la separación entre el poder político y la Iglesia, Rivera Carrera insistió en que Cristo nunca buscó el poder terrenal; de ahí su “meridiana claridad” de señalar que su reino no era de este mundo.

Agregó que durante siglos el pueblo escogido alimentó la idea de que el mesías tenía que ser un representante divino glorioso, no sólo en lo religioso, sino también en lo político y social, que estableciera en la práctica una teocracia donde los poderes sagrado, profano y militar se ejercerían por él, a fin de conquistar para la “nación santa” el poder universal.

Pero el mesianismo, dijo el cardenal, es totalmente ajeno a esta concepción, ya que su horizonte no es el triunfo personal ni la conquista política y social, y menos el dominio por la fuerza. “Evidentemente el mesianismo trae profundas transformaciones, ya que se establece en el corazón del hombre, conlleva cambios profundos y penetra las culturas en su misma raíz, pero por ningún motivo se puede concebir como competencia o intromisión en el poder del césar”.

Por otra parte, al contrario de años recientes, la procesión tradicional de las palmas no salió del atrio de la Catedral Metropolitana, sino que se limitó al pasillo central del templo y a la zona del coro, con fuertes medidas de seguridad que desde hace meses se fortalecieron en el recinto religioso.

El argumento para realizar la “miniprocesión” en el interior del templo fue evitar alguna irrupción violenta.

Por la mañana de ayer, en un hecho histórico, el cardenal asistió al inicio de la representación de la Semana Santa en el pueblo de Iztapalapa y, ante cientos de fieles reunidos en el santuario de La Cuevita, donde se origina la escenificación, el prelado recorrió algunas calles del barrio hasta llegar a las inmediaciones de la explanada delegacional. Ahí se reunió con los actores que participarán en la representación de la Pasión de Iztapalapa e impartió la bendición de ramos.

En su mensaje agradeció a las mayordomías en las que recae la organización de tal actividad la invitación para asistir a la representación del pueblo de Iztapalapa.

 
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