Usted está aquí: lunes 24 de marzo de 2008 Economía México, urgido de capital foráneo de largo plazo

México, urgido de capital foráneo de largo plazo

Antonio Castellanos

Benjamín García Páez, coordinador del posgrado de Economía de la UNAM, afirmó que en el pasado reciente el país vendió activos y se endeudó más en vez de ahorrar, y por ello se tiene que asegurar inversión extranjera de largo plazo y no de portafolio, que es altamente volátil. Destacó que la fuga de capitales en 34 años creció mil 797 por ciento, por ello en México es urgente diseñar políticas públicas que encaucen la inversión extranjera para ampliar la capacidad de producción, generar más empleo y dinamizar el comercio exterior.

La salida de estos recursos, entendida como pago a los factores externos, servicio de la deuda y fuga de capital, pasó de 9 mil 334.2 millones de dólares en 1970, a 177 mil 377.4 millones en 2004. Este fenómeno ejerce una influencia negativa sobre el crecimiento del producto, indicó.

Al presentar su libro Capital externo y crecimiento económico 1970-2005, expresó que a pesar de la entrada de capital en el sistema financiero interno, su naturaleza de corto plazo lo vuelve extremadamente vulnerable a cualquier cambio. La real amenaza que enfrentan los inversionistas es la posibilidad de que se devalúe el peso ante el dólar.

Indicó que una alta aportación del flujo de capital externo en el crecimiento del producto, antes de 1982, fue parcialmente contrarrestada por la baja, y algunas veces negativa, transferencia neta de recursos después de ese año. Además, el financiamiento extranjero disponible se vinculó más al servicio de la deuda externa que a proyectos de inversión.

Pocas inversiones

García Páez afirmó que los promotores de la integración económica de México esperaban que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte atraería inversión, surgirían negocios rentables y se daría un crecimiento alto y sostenido, pero ni la venta de activos ayudó a promover mejor infraestructura ni exportaciones más competitivas. No hay evidencias de que la globalización financiera haya ayudado a México a crecer con mayor rapidez.

Por ello, indicó, México necesita fortalecer la economía interna y fomentar el gasto público, pero no financiarlo con deuda. Desde 1996, explicó, la deuda interna se erigió como el mecanismo sustituto para complementar los ingresos públicos.

Con la reforma financiera vinieron los flujos de capital y se produjo una ilusión monetaria efímera que no ha estimulado el credito bancario ni el ahorro privado. Hay pocas inversiones y la productividad no es suficiente.

 
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