Usted está aquí: lunes 24 de marzo de 2008 Gastronomía Francia, ejemplar defensa de sus bebidas

Francia, ejemplar defensa de sus bebidas

Tania Molina Ramírez

Francia es un país con tradición en la protección de sus bebidas con denominación de origen. Así, existe la Oficina Nacional Interprofesional del Coñac, que define las reglas de esta bebida. Tiene sede en la región de Cognac.

La asociación establece, entre otras cosas, que esta bebida debe producirse en la región de Cognac, que abarca 80 mil hectáreas. Todo el proceso debe llevarse a cabo ahí: desde el viñedo hasta el embotellamiento, explicó a La Jornada Sebastian Bersihand, embajador de Hennessy en México.

Casa Hennessy, “por ser líder mundial (vende 50 por ciento del coñac), aplica sus propios controles, mucho más estrictos que los de la asociación”, aseguró Bersihand. Por ejemplo, “cada año se cata cada barrica (son 250 mil barricas y 20 catadores). Es un método que permite saber si es necesario cambiar de barrica o moverla de lugar”.

Respecto a si se imagina que el gobierno francés permitiría que el envasado se hiciese en otro país, como Estados Unidos, simplemente dijo: “Está escrito que no se puede”.

Representan el arte de vivir

Hay cuatro casas de coñac: Hennessy, Rémy Martin, Courvoisier y Martell. “Éstas abarcan cerca de 90 por ciento del mercado”, aseguró Bersihand. A su vez, “pertenecen a grupos internacionales de vinos y licores”. Hennessy está integrado a Louis Vuitron Möet Hennesy (LVMH).

En referencia al control de lo que se vende en el exterior, explicó: “Cada grupo tiene sus filiales (hay una de LVMH en México). Somos dueños de las marcas que se comercializan en otros países, por tanto no hay necesidad de un control exterior. Es la legitimidad lo que está en tela de juicio y por supuesto que los controles (internos) son muy estrictos”. Así que “no hay acuerdos comerciales entre países, sino entre empresas”.

Es distinto al caso del tequila en Estados Unidos porque “la champaña y el coñac se venden a 195 países y ningún mercado domina”.

Y, ¿porqué importa defender el coñac y la champaña? Simplemente porque “son productos que representan el arte de vivir francés”, concluyó Bersihand.

 
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