Usted está aquí: martes 25 de marzo de 2008 Espectáculos “Cachao convirtió el contrabajo en un cantante”

“Cachao convirtió el contrabajo en un cantante”

Gerardo Arreola (Corresponsal)

La Habana, 24 de marzo. Israel López Valdés, Cachao, muerto el fin de semana en Estados Unidos, a los 89 años de edad, convirtió al contrabajo en un instrumento cantante, fue el precursor del mambo y activo promotor de grabaciones de descargas de jazz afrolatino, dijo el musicólogo Leonardo Acosta, al trazar el perfil de quien fue llamado “uno de los últimos mitos vivientes” de la música cubana del siglo XX.

“Su mérito principal –dijo Acosta a La Jornada– fue convertir al contrabajo en un instrumento cantante, no sólo acompañante; lo hizo tener voz propia en la música cubana.”

El especialista, autor de ensayos sobre el músico fallecido, comparó a Cachao con Jimmy Blanton (1918-1942), el primer solista de contrabajo en el jazz y estrella en la época dorada del conjunto de Duke Ellington: “Tuvieron un papel similar, cada uno en su género”.

Otro rasgo propio de Israel López fue la creación de una sección final en el danzón, que más tarde se convirtió en la estructura básica del mambo, el género desarrollado por Dámaso Pérez Prado. Ese tránsito, recordó Acosta, dio lugar a una polémica sobre quién había sido realmente el creador del ritmo.

Sustituyó el son montuno

Pero el investigador consideró que la disputa está superada. “Cachao sustituyó el montuno, o sea la parte en la que el fraseo sincopado se repite una y otra vez para que los bailadores tengan más tiempo en la pista, por lo que con su hermano Orestes lo llamó mambo; es decir, que ese género era una sección del danzón, la parte final, en la que se suceden las preguntas y respuestas entre los saxofones.

“De ese danzón sale el mambo. Cachao es un precursor de ese ritmo, aunque Pérez Prado es quien lo estructura, le da forma, hace las orquestaciones y lo difunde.”

Israel López tampoco inventó las descargas, dijo Acosta. “Lo que sí hizo Cachao fue grabar esas sesiones, llamadas así por los trovadores del filin y que en el jazz se llaman jam session. En esas jornadas participaban Frank Emilio Flynn, Bebo Valdés, Peruchín (Pedro Jústiz) y muchos más. Iban todo tipo de músicos a trabajar con una base que después se iba por el camino de las improvisaciones y a Cachao se le ocurrió que había que grabar eso”.

Ejecutante en orquestas sinfónicas, Cachao se adhirió a la música de charanga en los años 30 del siglo pasado, de la mano de su hermano Orestes, su guía y maestro. Primero con la López Barroso y luego con Arcaño y sus Maravillas, contribuyó a renovar el danzón y luego a forjar lo que sería el desgajamiento del mambo. En los años 50 comenzó la grabación de descargas, lo que le abriría las puertas en Estados Unidos, donde se radicó desde 1963.

El diario oficial Granma dedicó a Cachao una breve nota en una columna, en la que llamó al músico “una de las figuras más importantes del jazz latino durante el siglo pasado y animador de famosas descargas cubanas”, creador con Orestes del “llamado danzón de nuevo ritmo que derivó en el mambo”.

 
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