Usted está aquí: miércoles 26 de marzo de 2008 Cultura Recuperan novela de Emma Godoy, quien ayer habría cumplido 90 años

■ El FCE rescata la obra de mujeres escritoras relegadas por el boom latinoamericano

Recuperan novela de Emma Godoy, quien ayer habría cumplido 90 años

Érase un hombre pentafásico se publicará en la serie Letras Mexicanas, adelanta Martí Soler

Mónica Mateos-Vega

Los cambios en los gustos literarios del público, debido al llamado boom latinoamericano de los años 80, relegaron la obra de las mujeres escritoras de esa época, explica Martí Soler, gerente editorial del Fondo de Cultura Económica (FCE), sello que en los meses recientes se ha dedicado a recuperar el quehacer escritural de esas autoras.

A los volúmenes dedicados a Nellie Campobello y Josefina Vicens se sumará en junio la novela Érase un hombre pentafásico, de la guanajuatense Emma Godoy, quien ayer habría cumplido 90 años.

“El fondo había ya publicado de Godoy su libro Sombras de magia, ensayos sobre poesía y plástica. Pensamos que ya era hora de incorporar a nuestro catálogo su novela”, dice Soler en entrevista con La Jornada.

Agrega que “se trata de una mujer que adquirió mucha fama como defensora de las personas de la tercera edad, actividad política que la llevó a dejar el magisterio para dedicarse plenamente a ello, pero también su trabajo literario se quedó de lado.

Érase un hombre pentafásico apareció 1961 en editorial Jus. Al escribirla, Godoy pensó más como filósofa que como novelista, por eso al principio de su narración ella propone una guía del lector, donde imagina quién podría leer su novela.”

En esa introducción la escritora afirma: “Y si esta novela fuese leída, irritará sobremanera a los de izquierda y a los de derecha; lastimará a los hombres y a las mujeres, a los muy afectuosos y a los fríos, a los solitarios y a los comunicativos, a los filósofos y a los ignorantes, a la policía y a los delincuentes, a los que desdeñan las formas literarias anticuadas tanto como a los que no soportan las modernas, a los existencialistas y a los no existencialistas, a los siquiatras y a los pacientes (…) y en revancha, también prevengo a los incrédulos, que se horrorizarán de que en nuestros días se pueda hallar aún tanta fe”.

El libro, agrega después, trata, simple y llanamente del albedrío: “novela algo extravagante y medio surrealista sobre la tragedia de ser libre”.

Narradora universal

Martí Soler añade que la novela “aporta la idea de que el hombre tiene que llevar su vida a un estado de pensamiento libre, que no esté amarrado. Por eso Emma pensaba que el libro podría molestar a algunas personas, pero explicaba que era una explicación del hombre desde fuera de éste.

“No sé si molestó o no, pero ella se convirtió en una mujer católica, cuyo pensamiento fue más allá, es una escritora universal. Hace tiempo también le publicamos un libro de cuentos y leyendas para jóvenes.”

La novela se publicará dentro de la colección Letras Mexicanas, la cual se ha nutrido de un proyecto más amplio del FCE, el cual tiene como propósito difundir la obra las escritoras “más o menos de la generación que publicó en los años 80 y que después prácticamente desaparecieron de las librerías. Hay que difundirlas, sobre todo una editorial como el Fondo, cuyas miras no son absolutamente comerciales.

“Incluiremos a Luisa Josefina Hernández, Amparo Dávila, Inés Arredondo, Enriqueta Ochoa y Guadalupe Dueñas, entre otras. El FCE necesitaba darle un lugar más prominente a estas escritoras.”

Emma Godoy falleció en la ciudad de México el 30 de julio de 1989; en 2005 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres.

 
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