Usted está aquí: miércoles 26 de marzo de 2008 Mundo Ofensiva contra el Ejército del Mehdi en Basora; 22 muertos y más de 100 heridos

■ Amenaza Moqtada Sadr con una “revuelta civil” si continúan los ataques de EU e Irak

Ofensiva contra el Ejército del Mehdi en Basora; 22 muertos y más de 100 heridos

■ El cuartel de la milicia chiíta ordena a los comandantes prepararse para “atacar a los ocupantes”

Patrick Cockburn (The Independent)

Ampliar la imagen Fuerzas militares iraquíes toman una posición defensiva en Basora para contener los ataques de la milicia del clérigo chiíta Moqtada Sadr Fuerzas militares iraquíes toman una posición defensiva en Basora para contener los ataques de la milicia del clérigo chiíta Moqtada Sadr Foto: Ap

Bagdad, 25 de marzo. El ejército iraquí combate a la milicia chiíta llamada Ejército del Mehdi en las calles de Basora, luego que el gobierno lanzó su ofensiva militar más seria para ganar el control de esa ciudad petrolera sureña.

Nubes de humo negro se elevaron sobre Basora, ubicada 550 kilómetros al sur de Bagdad, cuando soldados iraquíes intentaron hacerse con el control de las arterias principales, en tanto que milicianos vestidos de negro repelían los ataques de las tropas desde los callejones. “Hay enfrentamientos en las calles –informó Jamil, residente de la ciudad–. De todas partes salen balas y oímos el ruido de explosiones de cohetes.”

Los combates se extendieron por todas las zonas chiítas de Irak cuando el clérigo radical chiíta Moqtada Sadr, líder del Ejército del Mehdi, convocó a una campaña de desobediencia civil con cierres de establecimientos, empresas, escuelas y universidades. En el bastión de Ciudad Sadr, hogar de 2 millones de personas en Bagdad, los retenes policiacos y militares fueron abandonados y los milicianos asumieron el control.

En una declaración leída este martes por un colaborador de alto nivel, Sadr llamó a los iraquíes a realizar plantones por todo el país y agregó que declararía una “revuelta civil” si continúan los ataques de las fuerzas armadas estadunidenses e iraquíes.

La desobediencia civil en Irak es diferente de la que se da en otros países, pues la mayoría de los manifestantes portan armas o las tienen a mano.

El primer ministro iraquí, Nuri Maliki, se trasladó a Basora, donde se dice que supervisa la operación, en la cual 22 personas han perecido y más de 100 han resultado lesionadas. No es probable, sin embargo, que el ejército iraquí hubiera podido lanzar el asalto sin el apoyo brindado por los jets y helicópteros de las fuerzas armadas estadunidenses.

El cuartel sadrista en la ciudad sagrada chiíta de Najaf ha ordenado a los comandantes de campo del Ejército del Mehdi estar en alerta máxima y prepararse para “atacar a los ocupantes”, es decir, a las fuerzas de Estados Unidos. Si lo hacen pondrían fin al cese del fuego declarado por el clérigo chiíta el 29 de agosto del año pasado y renovado en febrero.

Ésa es la tregua que según los comandantes estadunidenses contribuyó en forma significativa a la reducción de la violencia en Irak en los seis meses pasados. Este martes, cohetes lanzados desde zonas chiítas de Bagdad cayeron en la Zona Verde, protegida por Estados Unidos.

Basora ha estado cada vez más en manos de milicias chiítas desde la caída de Saddam Hussein, en 2003. Las fuerzas británicas jamás lograron imponer su autoridad en la ciudad y al final entregaron la tarea de preservar la seguridad al gobierno de Irak, el 16 de diciembre del año pasado, aduciendo que la presencia británica provocaba violencia en vez de disminuirla.

Maliki ha declarado que el gobierno intenta restaurar la ley y el orden en Basora, pero los sadristas, el movimiento chiíta de masas más poderoso, verán en esta ofensiva un intento de sus rivales chiítas en el Supremo Consejo Islámico de Irak por desplazarlos.

Si se desata una confrontación abierta, el ejército iraquí podría buscar el apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña, en principio mediante ataques aéreos. Hasta ahora las fuerzas británicas no han participado en los combates.

Washington está ansioso de que el gobierno del primer ministro Maliki recupere el control de Basora, situada encima de los recursos petroleros de Irak y también cerca de la principal línea de abastecimiento del ejército de Estados Unidos, que corre al oeste de la ciudad, por la carretera principal de Kuwait a Bagdad.

Hasta el momento Basora ha sido gobernada por los llamados señores de la guerra, que compiten por el control de valiosas concesiones y negocios ilícitos como el combustible y los puertos de Basora y Um Quasr. Un empresario iraquí que despachó un contenedor de Um Qasr a Arbil, en el Kurdistán iraquí, afirma que pagó 500 dólares en costos de transporte y 3 mil en sobornos para que se le garantizara el paso.

Sadr ha tenido cuidado en evitar una confrontación militar abierta con el ejército de Estados Unidos o con unidades iraquíes respaldadas por éste desde que se enfrentó a los marines en Najaf, en 2004. Si bien sus milicianos sufrieron fuertes bajas a causa del armamento superior de los estadunidenses, mostraron estar dispuestos a luchar hasta el fin.

En las atestadas ciudades perdidas de Basora podrían hacer lo mismo, y también extender la lucha por todo el sur de Irak, de abrumador predominio chiíta.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.