■ Con la exigencia de justicia, alumnos y familiares marchan por CU con las urnas funerarias

Homenajean en la UNAM a estudiantes asesinados en ataque contra las FARC

Emir Olivares Alonso

El grito fue unánime: “¡Justicia para los cuatro estudiantes mexicanos que no murieron en Ecuador, sino que fueron asesinados por el gobierno de Álvaro Uribe!” Alumnos y profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y los padres de los jóvenes ultimados participaron en la protesta y homenaje.

Acompañados de decenas de personas que portaban claveles blancos, mantas y figuras de palomas blancas, los restos de los tres egresados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que perdieron la vida durante el ataque del ejército colombiano contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador, pasearon por última vez por su alma máter.

Unos 300 universitarios, encabezados por los familiares de Fernando Franco Delgado, Verónica Velázquez Ramírez, Juan González del Castillo y Lucía Morett Álvarez –única mexicana sobreviviente–, quienes portaban las urnas con las cenizas de sus hijos, marcharon por diversas facultades del primer circuito de Ciudad Universitaria para exigir al gobierno de Felipe Calderón y al Congreso de la Unión una postura clara y la condena pública a “ese crimen de lesa humanidad”. Los únicos ausentes fueron los familiares de Ulises Soren Avilés Ángeles.

Condenaron las “calumnias” en contra de los jóvenes fallecidos y desmintieron que formaran parte de la guerrilla colombiana: “El criminal es Uribe, no nuestros hijos”, declaró Rita del Castillo, madre de Juan.

Harto de escuchar una y otra vez la pregunta de quién contactó a los estudiantes para llegar al campamento de las FARC, Marcelo Franco, padre de Fernando, explotó: “Nos quieren crucificar con esa pregunta. Qué chingados importa quién los llevó; ellos fueron al congreso bolivariano y a trabajar. No entiendo por qué sigue esa pregunta tan imbécil, porque nos duele. Ahora, si mi hijo fuera guerrillero, yo estaría atrás de él”. Agregó que no persiguen una indemnización, sino “que el gobierno criminal y títere pague por su crimen”.

En la Facultad de Filosofía y Letras se realizó un homenaje a los universitarios asesinados. Las urnas con sus cenizas sobre una bandera mexicana coronaban el lugar. Ahí se agradeció la presencia y apoyo de funcionarios de la máxima casa de estudios, como el director de la facultad, Ambrosio Velasco, y de la secretaria general, Tatiana Sule.

Se dio a conocer una carta que Lucía Morett envió desde Ecuador, en la cual expresa su dolor porque el gobierno mexicano “con su silencio intente revertir la responsabilidad de los culpables de la masacre”, y que algunos medios procuren dañar la dignidad de los jóvenes que buscan un cambio social.

Exigió investigar y castigar a Uribe y a quienes bombardearon a las FARC. “Nosotros no cometimos ningún delito: ingresamos y transitamos legalmente en Ecuador y participamos en actividades públicas. En cambio, arteramente se nos acribilló”.

Se dijo confiada de que no está sola, porque “el pueblo sabrá luchar y hacer justicia. Y que en la UNAM las autoridades han condenado los crímenes y han estado a la altura de los acontecimientos para defender el derecho a pensar y actuar críticamente”.

Ana María Ramírez, madre de Verónica, sostuvo: “Sólo quiero justicia. Les cortaron la vida a jóvenes con sueños e ilusiones. De política no entiendo nada; lo único que entiendo es que le quitaron la vida a mi hija”. Álvaro González exhortó a los universitarios “conscientes” a unirse para exigir el esclarecimiento del crimen y se mostró confiado en que más temprano que tarde llegará la justicia.

“Exigimos que el gobierno federal actúe de manera congruente defendiendo la memoria y la integridad de sus connacionales, e inste a su similar de Colombia para que nuestra compañera Lucía no sea extraditada y juzgada injustamente. Permitir dicho acto sería convertir a la investigación social, al pensamiento y a la conciencia crítica del país en un acto criminal”, manifestó Frida Espejel en nombre de la asamblea estudiantil universitaria.