Usted está aquí: jueves 27 de marzo de 2008 Mundo Bush, decidido a mantener tropas en Irak; cualquier repliegue, en manos del sucesor

■ En adelante, la estrategia apuntará a asegurar la victoria, afirma el presidente de EU

Bush, decidido a mantener tropas en Irak; cualquier repliegue, en manos del sucesor

■ McCain, contra un retiro “irresponsable”; Clinton y Obama, sin fecha para concluir el conflicto

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen Más de 50 personas han muerto en combates entre simpatizantes del clérigo radical chiíta Moqtada Sadr y el ejército iraquí en la ciudad de Basora, donde fue captada esta imagen tomada de un video. El primer ministro iraquí, Nuri Maliki, lanzó ayer un ultimátum a los milicianos para que entreguen las armas, al tiempo que el líder religioso pidió sentarse a dialogar para terminar con los enfrentamientos Más de 50 personas han muerto en combates entre simpatizantes del clérigo radical chiíta Moqtada Sadr y el ejército iraquí en la ciudad de Basora, donde fue captada esta imagen tomada de un video. El primer ministro iraquí, Nuri Maliki, lanzó ayer un ultimátum a los milicianos para que entreguen las armas, al tiempo que el líder religioso pidió sentarse a dialogar para terminar con los enfrentamientos Foto: Ap

Nueva York, 26 de marzo. El comandante en jefe George W. Bush probablemente mantendrá el mismo nivel de tropas en Irak durante 2008 que las que han permanecido ahí a lo largo de los cinco años de guerra, y con ello dejará a su sucesor toda decisión para reducir la presencia militar estadunidense.

La recomendación del general David Petreaus, el comandante estadunidense de mayor rango en Irak, y Ryan Crocker, el embajador de Washington en Bagdad, fue presentada al presidente Bush el lunes e implica que se mantendrán aproximadamente 140 mil militares en Irak, si es que continúan los planes para reducir el pico de 170 mil al que se llegó a finales del año pasado en un intento para tomar el control de algunos puntos clave en ese país.

El mismo día que se presentó esta opción se reportó que el saldo de militares estadunidenses muertos en esta ocupación había llegado a cuatro mil.

En tanto, ha transcurrido una semana de comentarios, reportajes, foros, protestas y otros actos que marcan el quinto aniversario de esta guerra. El New York Times publicó cuatro planas de fotos de mil dos militares y civiles que trabajaban en el Departamento de Defensa, que murieron en Irak y que han sido identificados a partir del primero de enero de 2007 (anteriormente, publicó unas mil fotos del tercer millar de los que murieron).

Pero el presidente Bush usó el momento de la muerte número cuatro mil para afirmar “que he jurado en el pasado y juraré mientras sea presidente, asegurarme que esas vidas no sean perdidas en vano; que, de hecho, hay un resultado que ameritará el sacrificio tanto de militares como de civiles: que nuestra estrategia en adelante será apuntada a asegurar que logremos la victoria”.

La opinión pública rechaza el conflicto bélico: “¿y qué?”

El vicepresidente Dick Cheney, pocos días antes, respondió con un “¿y qué?”, cuando una reportera le preguntó sobre qué opinaba del hecho de que más de dos tercios de la opinión pública estadunidense se oponía a la guerra.

Vale recordar, en este contexto, que este gobierno esperaba un triunfo casi inmediato y nunca se imaginó que a finales de su periodo la guerra en Irak no podría ser proclamada como una victoria. Justo a principios de la guerra en 2003, el entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld afirmaba que “no se puede saber cuánto durará el conflicto. Podrían ser seis días, seis semanas. Dudo que seis meses”. El vicepresidente Cheney, unos días antes del inicio de la misma, pronosticó: “creo que seremos, de hecho, bienvenidos como liberadores… creo que (la guerra) procederá relativamente rápido… semanas, más que meses”.

Ahora Bush y su equipo sólo dicen que Estados Unidos tiene que llevar la guerra a una conclusión victoriosa –dure lo que dure– y que algo menos sería aceptar que las muertes hasta ahora han sido en vano.

John McCain, el virtual candidato presidencial republicano, dijo hoy en un discurso sobre política exterior que Estados Unidos tiene “una obligación moral en Irak. Sería un acto de traición impensable, una mancha sobre nuestro carácter de gran nación, si nos retiramos y dejamos atrás al pueblo iraquí para condenarlo a la violencia y a un posible genocidio que seguiría si procedemos a un retiro precipitado, irresponsable y prematuro”.

Por su parte, los precandidatos presidenciales demócratas, Barack Obama y Hillary Clinton, se han declarado una y otra vez en favor de concluir la guerra y retirar las tropas “lo más pronto posible”. Pero ahí esta el problema: ¿qué significa “posible”? Ninguno ha ofrecido un plan concreto ni un calendario para cumplir esa promesa.

Con ello, mientras familias de militares desplegados en Irak y Afganistán pasan aquí los días con el único deseo de que ningún oficial se presente en la casa para notificarles que su ser querido ya no regresará a casa vivo, unos 30 mil heridos tratan de recuperarse de sus traumas físicos y mentales, y cientos de miles de familias en Irak como en Afganistán están de luto permanente, los costos de esta aventura siguen en gran medida ocultos de la vida cotidiana de la mayoría de los estadunidenses.

Pero de vez en cuando estos costos se asoman. A finales del año pasado, CBS News encontró que durante 2005 ocurrieron 6 mil 256 suicidios entre los que habían sido integrantes de las fuerzas armadas; o sea, un promedio de 120 por semana. “Mi hijo fue traicionado primero por un gobierno que lo envió a la guerra y después por la Administración de Veteranos por no darle el tratamiento que necesitaba. Él y otros murieron de esta guerra pero sus nombres nunca aparecerán en un muro conmemorativo”, comentó Joyce Lucey, madre de Jeffrey Lucey, quien se suicidio después de estar en Irak como soldado durante cinco meses en 2004.

Para el comandante en jefe, estos costos casi nunca se mencionan. De hecho, cree que esta aventura tiene algo casi romántico. En comentarios por video-conferencia a soldados estadunidenses en Afganistán la semana pasada, Bush dijo: “pues tengo que decir que estoy un poquito envidioso. Si yo fuera un poco más joven y no empleado aquí, creo que sería una experiencia fantástica” ayudar el desarrollo de una democracia en Afganistán. Continuó: “Ha de ser emocionante para ustedes… de alguna manera romántico, de alguna manera, ya saben, enfrentando el peligro”.

 
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