Usted está aquí: viernes 28 de marzo de 2008 Ciencias Catedral de la ciencia ayudará a replicar el origen del universo

■ Cien metros bajo tierra construyen el mayor instrumento científico de la historia

Catedral de la ciencia ayudará a replicar el origen del universo

■ El Gran Colisionador de Hadrones podría crear energía y materia “negra”

■ El proyecto tardó 19 años y tuvo un costo de 3 mil 900 millones de euros

■ Revelarán protones secretos de la creación

Afp

Ampliar la imagen Uno de los técnicos se afana en poner a punto una de las piezas del Gran Colisionador de Hadrones Uno de los técnicos se afana en poner a punto una de las piezas del Gran Colisionador de Hadrones Foto: tomada de Telesaversyp.com

Ginebra, 27 de marzo. A 100 metros bajo tierra, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor instrumento científico jamás construido, emerge como una catedral de cables y acero dispuesta a arrancar los secretos de la creación del universo a partir de este verano boreal, desde un lugar de la campiña suiza.

“Es una sensación fantástica, como esperar un bebé que va a nacer, salvo que ha tardado 19 años en vez de nueve meses”, comenta entusiasmado Daniel Denegri, responsable de CMS (detector de partículas).

El CMS es uno de los cuatro experimentos de física de las partículas preparados por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) dentro del proyecto Gran Colisionador de Hadrones.

En una fecha aún por determinar, entre julio y agosto, dos haces de protones se cruzarán a una velocidad próxima a la de la luz en el interior de un túnel de 27 kilómetros de circunferencia, instalado bajo la frontera franco-suiza.

En cuatro puntos, estos haces chocarán entre sí en enormes colisionadores, cuya misión consiste en analizar cada segundo las partículas resultantes de la colisión de dos mil millones de protones en condiciones semejantes a las registradas justo después del Big Bang (gran explosión).

Por el momento, los técnicos se afanan en poner a punto los colisionadores, el mayor de los cuales, Atlas, mide 25 metros de diámetro por 48 metros de largo.

En el interior del túnel, otros técnicos circulan en bicicleta por un interminable tubo de helio liquido. Este gas permitirá enfríar los imanes supraconductores hasta una temperatura de -271 grados para orientar los haces, el uno hacia el otro. Dentro de los colisionadores, la temperatura superará a la del Sol.

Las colisones podrían crear “materia negra”, y “energía negra”, que compone 96 por ciento del universo.

Esta perspectiva suscita inquietud entre aquellos que temen ver desaparecer el planeta en una especie de gran agujero negro.

“Recibimos muchas llamadas de personas preocupadas”, asegura Sophie Tesauri, de la oficina de prensa del CERN. “Pero no hay nada que temer: la cantidad de materia negra será ínfima”, agrega.

Cooperación mundial

Más de 10 mil investigadores de 500 institutos del mundo entero han trabajado en este proyecto valorado en 6 mil 30 millones de francos suizos (3 mil 900 millones de euros).

“Lo fascinante es haber logrado ensamblar todo esto con ingenieros y físicos del mundo entero”, comenta Niko Neufeld, uno de los responsables del proyecto, quien agrega que todos trabajan juntos, “incluso los israelíes y los palestinos”.

Igual de espectacular es la sala informática del CERN y sus 3 mil ordenadores que deberán seleccionar los mil millones de bits de informaciones enviadas cada segundo por los colisionadores.

El CERN está conectado con unos 100 centros de investigación del mundo que participan en el análisis de los datos.

Dos de los colisionadores, el CMS y Atlas, compiten entre sí por detectar el santo grial de la física: el boson de Higgs, una partícula descubierta por deducción en 1964 cuya existencia no se ha demostrado. Los primeros que lo consigan bien podrían llevarse el Premio Nobel.

La grandiosidad del LCH, que será inaugurado oficialmente en octubre, da algo de vértigo a los científicos. “Si no encontramos nada de espectacular, será quizá el último proyecto de este tipo”, reconoce Denegri.

 
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