Usted está aquí: viernes 28 de marzo de 2008 Política El gobierno federal no pactará con los delincuentes, asegura Felipe Calderón

■ Falla en Morelos el equipo de la Plataforma México, “poderoso instrumento tecnológico”

El gobierno federal no pactará con los delincuentes, asegura Felipe Calderón

■ Subraya las aprehensiones de importantes operadores de los cárteles de Tijuana y del Golfo

Claudia Herrera Beltrán

Ampliar la imagen Felipe Calderón con grafiteros de Morelos Felipe Calderón con grafiteros de Morelos Foto: Claudia Herrera

Temixco, Mor., 27 de marzo. Con actitud expectante, el presidente Felipe Calderón mantuvo la mirada puesta en una pantalla en la cual esperaba leer la ficha delincuencial de Gustavo Rivera Martínez, El Gus, cuya detención había sido motivo de orgullo… Pero el ultramoderno sistema de la Plataforma México nunca respondió.

“Oh, amigo, perdimos aquí... tache”, reprochó el Presidente al operador de sistemas, Javier Domingo, y abandonó el “cerebro” del recién inaugurado edificio de la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos.

A su lado, el titular de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, parecía incómodo, sobre todo porque momentos antes el Presidente había presumido la Plataforma México como un “poderoso instrumento tecnológico”, y a la detención de Rivera Martínez y de Raúl Hernández Barrón, El Flánder I, como una muestra clara de que su gobierno no negocia con criminales.

En Morelos estaban de plácemes, como remarcó el gobernador Marco Adame, por la quinta visita presidencial al estado y por la inauguración de la Torre Morelos, sede de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.

Convencido de que los policías debían contar con las tecnologías más avanzadas, Adame entregó –junto con su invitado– llaves de patrullas nuevas y se declaró listo para intercambiar “información estratégica” mediante la Plataforma México.

El Presidente también presumió las “marcas mundiales” conseguidas por su gobierno mediante decomisos de dinero en efectivo y droga, e hizo referencia a las más recientes aprehensiones.

“Tan sólo por hablar de los últimos días, la Policía Federal y el Ejército Mexicano, además de la Marina, han detenido a dos de los más peligrosos delincuentes del país: Gustavo Rivera Martínez, alias El Gus, que era el líder del cártel de Tijuana, y más recientemente a Rául Hernández Barrón, alias El Flánder I, que es uno de los organizadores de la banda conocida como Los Zetas y operador del cártel del Golfo”.

El que se quedó con ganas de hablar fue García Luna, cuya participación fue suprimida sin explicación alguna, pese a que aparecía como orador en el programa.

Después, Calderón y su comitiva recorrieron el nuevo edificio hasta llegar a un centro de monitoreo con decenas de computadoras y pantallas desde las cuales se pueden vigilar cruces viales de las ciudades más importantes del estado, como Cuernavaca y Cuautla.

Fue cuando el Presidente puso a prueba Plataforma México y pidió la ficha delincuencial de Rivera Martínez, El Gus. “Con ese nombre debe haber como 20”, comentó Calderón, así que la búsqueda se hizo mejor por su alias, pero tampoco hubo resultados.

Al igual que el michoacano, García Luna y Adame observaban la pantalla y a veces volteaban nerviosos, sin perder la sonrisa. Pero nada, el sistema seguía parado.

Pasados unos minutos, el Ejecutivo optó por retirarse, pero antes alcanzó a regañar al operador del sistema de cómputo: “Ahí te quedas hasta que lo encuentres”.

De ahí fue a la unidad deportiva Chipitlán-Lázaro Cárdenas, un espacio urbano rehabilitado, donde fungió de árbitro –por unos segundos– y dio el silbatazo de inicio de un partido de futbol infantil.  

Luego, en tiempos de pugnas entre emos y punketos, a Calderón le organizaron un miniencuentro con jóvenes “grafiteros”, pero con los que apenas intercambio el saludo y posó para la fotografía.

“Que le vaya bien de presidente”, alcanzó a gritar un muchacho, mientras el invitado ya se retiraba del deportivo.

Y a punto de subirse a su camioneta y con las tarjetas de árbitro en la mano que le habían obsequiado, bromeó y mostró la amarilla a un grupo de reporteros. ¿Para quién?, le preguntaron. “Para la fuente”, respondió en alusión a la prensa, con lo que concluyó una gira en la cual repartió toda clase de tarjetas.

 
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