DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 31 DE MARZO 2008 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Qué significó el IV Foro Mundial del Agua en México
Belinda Frías Núñez

Ley de agua potable y saneamiento para México, una propuesta del IV Foro Mundial del Agua
Roberto Olivares

La importancia de la cooperación internacional en el Foro Mundial del Agua
Belinda Frías Núñez y Simone Lucatello

Declaración Ministerial del IV Foro Mundial del Agua
Belinda Frías Núñez

¿Quién define el futuro del codiciado recurso agua?
María Antonieta Bocanegra Aguilar


Correo electrónico:

[email protected]

  

Qué significó el IV Foro Mundial del Agua en México

Belinda Frías Núñez
Correo electrónico: [email protected]

El agua es el motor de la naturaleza.
Leonardo da Vinci

El agua no sólo es un derecho, un recurso estratégico y de seguridad nacional. El agua es un tema inherente a todas las actividades humanas. Pero cuando se habla de actividades humanas no se hace referencia a sólo un sector básico de subsistencia, pues el agua es un tema transversal que ha generado divisiones en cuanto a su apreciación y tratamiento.

Este concepto forma parte de muchos discursos políticos, religiosos o de cualquier otra índole, pero siempre con un valor diferenciado. Actualmente, el agua es el equivalente a un insumo valioso sin que sea materialmente cuantificable. Genera pobreza, enfermedades, sequía o inundaciones y siempre impacta en lo social. Es un bien económico en tanto es parte de la industria, y también se convierte en un derecho humano, sabiendo que en estos tiempos es un bien escaso. El volumen total de agua en el mundo es de aproximadamente mil 400 millones de kilómetros cúbicos. El 71 por ciento de la superficie terrestre está cubierta de agua, 98 por ciento se encuentra en océanos, sólo el 2.5 por ciento es agua dulce. El 0.32 por ciento de ésta se encuentra disponible en ríos, lagos y embalses; el resto está congelada en glaciares difícilmente accesibles, estratos de hielo y zonas montañosas.
Los 6 mil 420 millones de habitantes del planeta ya se han adueñado de 54 por ciento del agua dulce disponible en ríos, lagos y acuíferos subterráneos. Se prevé que para el 2025, el hombre consumirá 70 por ciento del agua disponible. Esta consideración se ha realizado tomando en cuenta el crecimiento demográfico. Sin embargo, si la población sigue aumentando, el hombre podría utilizar más del 90 por ciento del agua dulce disponible, dejando el 10 por ciento para las demás especies que viven en el planeta. (Conagua, Lo que se dice del agua, 2006, p. 27.)

El IV Foro Mundial del Agua se efectuó en la Ciudad de México del 16 al 22 de marzo del 2006 y fue un evento sumamente importante a nivel internacional. Sin embargo, dos años después se puede afirmar que para nuestro país sólo representó un gasto mal invertido y lo más lamentable: el estancamiento institucional más evidente.

El foro, como el evento principal del Consejo Mundial del Agua (WWC), se realiza en un contexto de globalización donde se contrastan las viejas y las nuevas ideas acerca del Estado. En este contexto se reconoce una mayor participación del sector privado y de la sociedad civil en un proceso de toma de decisiones antes reservado de manera exclusiva al Estado.

El hecho se hace evidente no sólo en la formulación de las políticas que se relacionan con la preservación y/o explotación de los recursos hídricos, sino también con el planteamiento de estrategias de cooperación en el sector.

Aparecen, además, nuevos actores dispuestos a formar parte de la conservación y administración del agua. Por algo el lema del foro fue: “Acciones locales para un reto global”, las acciones locales fortalecen los esquemas nacionales siendo independientes en la solución de sus problemas.

Este esquema permitió en dicho evento el intercambio de experiencias exitosas en la administración del agua, la participación y el empoderamiento de los actores locales en la construcción social de soluciones; así como una canalización más apropiada del apoyo nacional e internacional a las acciones locales en todo el mundo.

Es decir, a pesar de existencia de más de mil 600 acciones locales, la balanza se inclinó a favor de empresarios y participantes que fortalecieron el sector industrial y técnico. Mostrando la cara que ostentan las grandes inversiones a favor de la organización de foros como este y con ello la idea y la tendencia abierta de privatizar.

La organización del foro estuvo lidereada principalmente por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la parte ministerial por la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) y otras instituciones que se dedican al cuidado del ambiente. Fue un esfuerzo enorme, en el que nunca se pudo conjuntar el pensamiento técnico y el social.

En este esquema de organización se evidenció la naturaleza del evento y se reforzó la idea de inclusión y posicionamiento internacional fuera del marco de Naciones Unidas, con la invitación abierta de modernizar el sector, signifique lo que signifique.

A pesar de que ya son cuatro los foros realizados, persiste la postura de los países industrializados de ejercer presión para que los países en desarrollo se incorporen rápidamente a las prácticas de globalización, lo que significa mayor presencia extranjera en la explotación del agua, sin que esto se refleje en el combate a los problemas que genera la administración de este recurso.
El resultado es el incumplimiento de acuerdos en torno a las demandas que plantea la sociedad y cuando cada vez existe más polarización dentro de las zonas que ya de por sí eran marginadas. Los pobres son ejemplo del deterioro social, económico y ambiental y en ellos los problemas de agua se agudizan cada día. Cabe mencionar que la mayoría de los paneles que discutían acciones locales se basaron en aspectos técnicos referidos a la explotación sustentable del recurso. La crítica social y política no fue privilegiada en las ponencias.

La divergencia entre los que defienden el agua y los que buscan su explotación y privatización, desvirtúa la finalidad pragmática de su existencia, la supervivencia humana. En la búsqueda de la capitalización de los bienes materiales se han incorporado los bienes naturales, justificando su explotación industrial con el discurso del desarrollo sustentable.

Somos testigos del deterioro ecológico y como sociedad el margen de impacto es muy amplio. Los responsables son muy pocos, los culpables somos todos. Una responsabilidad compartida, un costo que todos pagamos, un beneficio relativo que sólo favorece a unos cuantos. La decisión democrática en torno a lo local se vuelve un discurso separado de lo global. La democracia en lo local es fortalecida y sigue siendo la decisión de unos cuantos.

Los resultados del foro tuvieron básicamente dos enfoques: 1) político-formal, en donde se lograron importantes resultados, como la Declaración ministerial y, 2) social-alternativo, que implicaron cuestionamientos importantes al desarrollo del foro y sus similares, y que se asociaron más con una visión del cuidado del medio ambiente y con una crítica fundamental respecto al papel de la iniciativa privada en el sector.

En el marco del IV Foro Mundial del Agua, fueron seleccionadas mil 631 acciones locales, de las cuales 552 fueron presentadas en las sesiones temáticas. De éstas, 120 correspondieron a México. Se llevaron a cabo 206 sesiones organizadas por 51 países y la sociedad civil participó en 35 sesiones.

Al foro asistieron 149 delegaciones gubernamentales, 340 empresas, 108 organizaciones no lucrativas, instituciones de las Naciones Unidas, personalidades reconocidas y mil 300 periodistas de todo el mundo. En total, 19 mil 800 participantes. Todo un récord de asistencia, de discusión.
Pero a dos años de celebrarse, no ha pasado nada, el tema ha quedado nuevamente a la deriva de la latente escasez, producto de la mala administración.

Se suponía que el foro iba a fomentar la descentralización de algunas instituciones gubernamentales, así como la aparición de otras especializadas en el tema que ayudaran a la gestión hídrica de nuestro país. Sin embargo, esto no sucedió.

Las conclusiones de este foro se vieron plasmadas en la Declaración ministerial, así como en sus anexos. Estos anexos, fueron parte complementaria del documento final. Los anexos mostraron la multiplicidad de actores y percepciones en torno al agua, todas muy diferentes, y en donde la mayoría refuerzan en sus textos el derecho humano al agua.

La Declaración ministerial estuvo compuesta por documentos que surgieron de otras reuniones cumbres de Naciones Unidas. Pero su contenido no tuvo nada relevante, nada que se materialice en beneficio de la sociedad. Al contrario, bajo los esquemas de otras cumbres, repite y retoma los puntos “legítimos” universales, fortaleciendo el intercambio y la cooperación en un ambiente de lo local y lo global, de la sociedad civil y de la iniciativa privada.

Por otro lado, no todo fue resultado de un proceso de explotación institucionalizado: el tener eventos como éste en nuestro país nos brindó una visión más amplia del cuidado de los recursos naturales. El agua en este foro fue percibida por la sociedad como un recurso muy valioso a través de la publicidad que se le dio.

Y a pesar de que se pensaba que el foro tenía un carácter más conservacionista, cumplió con su cometido: aglutinar los intereses de nuestra comunidad hídrica, la de los mexicanos, en un esquema que abarcó diversos sectores, fuera y dentro del país.

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