Usted está aquí: miércoles 2 de abril de 2008 Sociedad y Justicia Persisten dificultades en AL para la realización de abortos

■ Mala interpretación de leyes impide a mujeres ejercer ese derecho

Persisten dificultades en AL para la realización de abortos

Reuters

Bogotá, 1º de abril. El hallazgo del cadáver de una mujer desnuda en una caja en la capital de Colombia parecía ser un asesinato más, al estilo de la mafia, pero la ausencia de señales visibles de violencia despertó la curiosidad de las autoridades.

El dictamen forense señaló que su útero estaba destrozado, y había muerto desangrada por un aborto clandestino.

Un mes antes, a Yolima Bernal le indujeron el parto en un hospital, luego de que otra institución médica propiedad de la comunidad jesuita se negó a practicarle un aborto, aun cuando el feto estaba malformado, con hidrocefalia y presentaba crecimiento asimétrico, lo que incluso amenazaba su salud.

Estos casos son los más recientes ejemplos de las barreras que persisten para el aborto en la mayoría de países de América Latina, que pese a ser permitido en circunstancias terapéuticas la mala interpretación y reglamentación de las normas impide a las mujeres ejercer ese derecho.

Aunque por su alto contexto clandestino es difícil tener cifras concretas, en Perú el Ministerio de Salud estima que se practican unos 410 mil al año. En Colombia, el último informe serio, realizado hace una década, reportó 350 mil, y en Argentina, en 2005, se tuvieron 80 mil egresos hospitalarios por la misma situación.

Sin fronteras

En Chile, donde está prohibido, algunos especialistas estiman que se realizan cerca de 150 mil abortos al año.

La medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada.

Por su parte, la Iglesia católica interpreta como aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo, desde la concepción, lo que considera pecado.

Además de Chile, esa práctica también es ilegal y está penalizada en cualquier caso en El Salvador.

En otros países de la región existen diferentes excepciones, en las que el aborto terapéutico es legal. En casos de violación, cuando la vida de la madre está en peligro y si existen malformaciones del feto.

Un caso curioso es Argentina, donde además de estar permitido cuando corre riesgo la salud o la vida de la madre, también es legal cuando el embarazo es producto sólo de la violación a “una mujer idiota o demente”.

Los únicos países de América Latina donde existe libertad total para esa práctica son Cuba y las Guyanas.

Para Mónica Roa, de la organización no gubernamental Women’s Link Worldwide, lo que se ve en América Latina es que, a pesar de que la mayoría de los países tienen alguna excepción, las leyes son tan débiles que dejan vacíos para hacer efectivo el aborto.

Una de las naciones más avanzadas en la reglamentación del aborto terapéutico es Colombia, donde fue despenalizado a mediados de 2006.

“Nuestro reto es que todo ese marco jurídico tenga impacto y se dé el cambio cultural que hace falta, porque obviamente los médicos siguen con resistencias y las mujeres no entienden aún bien los derechos que tienen”, aseveró Roa.

 
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