Usted está aquí: domingo 6 de abril de 2008 Estados A la deriva, 1,300 obreros de Motor Coach en Hidalgo

A la deriva, 1,300 obreros de Motor Coach en Hidalgo

Carlos Camacho (Corresponsal)

Ciudad Sahagún, Hgo., 5 de abril. Los mil 300 obreros de la fábrica de camiones, Motor Coach Industries (MC), viven una severa crisis económica pues esa factoría no se ha reactivado y la posibilidad de que les paguen su liquidación, que en total asciende a 270 millones de pesos, es cada vez más lejana.

Artemio Vázquez Peña, dirigente sindical, y trabajador de esa empresa desde que formaba parte del complejo industrial Diesel Nacional (Dina), reconoció que es la tercera vez que esperan su liquidación.

Explicó que cuando el empresario José Antonio Serna se enteró de que pondrían en venta la fábrica para cubrir las indemnizaciones, se comprometió a rescatarla y ofreció pagar una renta anual de 20 millones de pesos, lo que incumplió. También dijo que la compraría en 450 millones de pesos –tasa para su venta–, pero esa posibilidad se descartó el 23 de marzo, pues en esa fecha se venció el plazo de la compra-venta y el candidato a adquirirla no cumplió.

Como en 2005, ex trabajadores copropietarios de la empresa, custodian las instalaciones para evitar los saqueos. Explicaron que buscan rescindir el contrato con José Antonio Serna y de no llegar a un acuerdo harán válida la garantía que dejó el empresario.

Antecedentes

La historia de Motor Coach data de 1951 cuando se creó la paraestatal Dina, productora de motores, autobuses y automóviles. En 1979 la empresa vendió 49 por ciento de sus acciones al capital francés y se creó la empresa privada Renault de México. En 1980 Dina fue subdividida lo que provocó una baja de 40 por ciento en su producción y en consecuencia vino su declive.

En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari Dina pasó al capital privado; fue adquirida por el empresario Raymundo Gómez quien en 1995 la vendió al grupo estadunidense-canadiense Motors Coach Industries, que en sus inicios operó exitosamente, pero después sufrió una fuerte crisis económica.

Ante esta situación, los dueños de la planta anunciaron una falsa amenaza de bomba con la finalidad de desalojar a los trabajadores de sus puestos y un día después –14 de febrero de 2003–, la firma anunció el cierre definitivo. Los obreros reclamaron el pago de sus liquidaciones y como resultado, la firma les entregó las instalaciones.

Durante 2005 los trabajadores recobraron la planta y resguardaron los accesos para asegurar el pago. Ahora se empeñan nuevamente en recuperar legalmente la empresa que los ha empleado por más de 50 años y buscan compradores serios o algún financiamiento.

 
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