■ Fracasó el 24 congreso del SNTE, “reflejó crisis de la mafia”
Fracturas en la cúpula charra, por cacicazgo de Gordillo, dice la CNTE
Las fracturas en la cúpula elbista “no son de principios, sino por la aplicación de un nuevo modelo de corporativismo sindical, pues el charrismo es incapaz modernizarse ante la resistencia de Gordillo a abandonar su cacicazgo”, afirmaron maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), al calificar de “rotundo fracaso” el 24 Consejo Nacional Extraordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Sólo la “demencia senil” de Elba Esther Gordillo Morales, agregaron, “le hace pensar que los maestros y la escuela pública son de su propiedad y puede explotarlos como quiera, al proponer como parámetro de calidad educativa que los profesores trabajen de siete a 21 horas, incluso sábados y domingos”.
En entrevista con La Jornada integrantes de la dirección política de la CNTE afirmaron que “de espaldas a la sociedad y a todos los agremiados al sindicato, Elba Esther aprobó la reforma laboral neoliberal que impulsa Felipe Calderón; no conforme con ello, pretende utilizar a los directores de escuela como auditores de calidad y reforzar su papel de censores y controladores del maestro”.
La pretensión de hacer de la escuela pública su “feudo privado”, al impulsar un modelo educativo en cual el papel central del conocimiento se sustituye por “capacitación por aptitudes, cursos y manualidades, agregaron, expresa su demencia senil en su máximo esplendor, al más puro estilo de Nerón y Calígula”.
Gordillo Morales, insistieron, “a nadie engaña con propuestas como el despegue salarial entre directores y profesores de grupo, porque desde 1990, cuando se convocó al primer Congreso Nacional Extraordinario del SNTE, en Tepic, se acordó impulsar estas acciones y hasta ahora no ha pasado nada”.
Los profesores José González Figueroa, de la sección 10 del Distrito Federal; Refugio Flores Muñoz, secretario general de la sección 31 de Tlaxcala; Pedro Ramírez, y Gilberto Gómez, de la sección 36 del valle de México, aseguraron que en el caso de Oaxaca quieren aplicar “viejas estrategias al más puro estilo de Vanguardia Revolucionaria, pues desde los años 80 la táctica del cacicazgo sindical es pretender el reconocimiento de una sección espuria, como la 59, creada bajo el amparo elbista para vulnerar al magisterio democrático oaxaqueño”.
Los resultados del consejo nacional elbista reflejaron “claramente la crisis de la mafia gordillista y la pugna entre sus diferentes facciones por establecer un nuevo orden corporativo, pues incluso entre sus más incondicionales se ha comenzado a cuestionar el modelo caudillista como única alternativa a la creciente debilidad de Elba Esther, quien está empeñada en mantener su viejo esquema de liderazgo, aún a costa de la debacle sindical”.
Las pugnas internas entre la cúpula elbista, destacaron, propician que tras la salida de Gordillo del Partido Revolucionario Institucional, “muchos gobernadores del tricolor estén dando una batalla frontal contra su cacicazgo, al intentar controlar las secciones sindicales, porque cada día es más evidente su debilitamiento”.