Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 6 de abril de 2008 Num: 683

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Leandro Corona, juglar
GREGORIO MARTÍNEZ

El poeta
ARIS DIKTAIOS

En honor de un documento no destruido
JELENA RASTOVIC

Alabanza al santo duque Lázaro
MONJA YEFIMIA

Kósovo: un despojo a la vista de todos
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

El poeta

Aris Diktaios

Tú que das terribles oráculos
Píndaro

Aquí hay uno que cantaba
igual al mes de julio sediento,
tuvo sed de cercanía consigo mismo,
se buscó en el viento,
se persiguió en el mar.

Aquí hay un hombre inconsolable,
porque alguna vez en su interior hizo tempestad el mar,
porque alguna vez en su interior jugó el viento;
ahora se ha perdido a sí mismo en el bosque de los simios,
se ha perdido a sí mismo en el bosque de los manantiales,
a sí mismo en el bosque de los ladridos.

Vio salir el sol por el poniente,
el cielo bajo sus pies,
a los vivos bajar a las tumbas,
a los muertos gobernar el mundo.
Pagó la sabiduría de su visión consigo mismo,
disolviéndose sobre fantasmas e imágenes.

Aquí hay un hombre inconsolable que recuerda:
una isla lo encerró con un círculo de agua,
la ruina de una ciudad antigua le enseñó:
aprendió que si tienes memoria ganas la paz,
si cantas ganas el tiempo,
pero no tuvo tiempo de ganarse a sí mismo.

Aquí hay un hombre que canta y recuerda;
sabe, no sabe, vive, no vive, ha muerto, no ha muerto...
El espacio, desde el pasado hasta el futuro, lo hizo pedazos
y vio una escalera unir la tierra con el cielo,
y ahí, en el cuarto escalón, se sentó inconsolable.

Aquí hay un hombre desesperado que cantaba:
vio, no vio, vive, no vive, ha muerto, no ha muerto...

Aris Diktaios (Creta, 1917, Atenas, 1983), estudió leyes en la Universidad de Atenas sólo por tres años, luego sirvió en el ejército como traductor durante las guerras contra Italia y Alemania. Tradujo más de treinta y cinco libros de filosofía, historia, biografías y antologías de poesía de varias lenguas y autores, y es autor de varios libros de crítica literaria y de trece libros de poesía. En 1956 obtuvo el Premio Estatal de Poesía. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, búlgaro y eslavo, entre otras lenguas. El poema que presentamos está tomado de La poesía griega i , antología y gramatología , de Aléxandros Arguiríou, Atenas, Ediciones Panayiotis Sokolis, 1982.

Versión de Francisco Torres Córdova