Usted está aquí: lunes 7 de abril de 2008 Capital Amenaza la mancha negra a los cultivos de nopal en Milpa Alta

■ Podría arrasar sembradíos si no se controla a tiempo, advierten los productores

Amenaza la mancha negra a los cultivos de nopal en Milpa Alta

■ Una bacteria, causante de la plaga, señala biólogo

■ Temen que el suelo esté contaminado

■ Se calcula que 80 por ciento de las familias de la demarcación dependen de esta actividad

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen Ejidatarios de la delegación Milpa Alta enfrentan una plaga conocida como la mancha negra en sus cultivos de nopal, Refieren que antes se presentaba en las pencas altas, pero ahora está en la raíz Ejidatarios de la delegación Milpa Alta enfrentan una plaga conocida como la mancha negra en sus cultivos de nopal, Refieren que antes se presentaba en las pencas altas, pero ahora está en la raíz Foto: Roberto García Ortiz

El cultivo de nopal en Milpa Alta se encuentra amenazado por la presencia de una plaga conocida como la mancha negra, la cual, de no ser controlada a tiempo, podría arrasar con los sembradíos en esta demarcación, en donde se calcula que 80 por ciento de las familias dependen de esta actividad.

La plaga, causada por una bacteria –según explicó el biólogo César Basilio Reyes, asesor de los productores nopaleros–, aparece como un punto negro en las pencas de las cactáceas, que se va extendiendo por el tallo hasta pudrir y dejar petrificada la planta.

En la parte baja de las montañas, el verde de las nopaleras ha comenzado a transformarse en un tono café. La mancha que hasta hace una década aparecía de manera esporádica en uno que otro nopal, ha comenzado a diseminarse indiscriminadamente en por lo menos 300 de las 8 mil hectáreas dedicadas a este cultivo, según estimaciones de los propios agricultores.

El desánimo entre ellos es evidente. “Aquí sólo el que tiene dinero la puede combatir y el que no, lo hace como Dios le da a entender, porque hay organizaciones que están conectadas con el gobierno, pero si te esperas a que te ayuden, el problema avanza”, refirió Melquíades Meza, uno de los 8 mil productores que se calcula existen en Milpa Alta.

Cada quien ha optado por buscar su propio remedio. En unos casos, en el momento en que aparece la primera mancha, la planta es retirada de inmediato de las parcelas, y en otros, cultivos enteros han sido podados a ras de tierra, pero no deja de ser una solución temporal.

“Hace dos años metí el tractor y volví a sembrar todo, pero la mancha comenzó a aparecer de nuevo en la mayoría de las plantas”, reconoció Melquíades, quien explicó que si un productor no invierte el suficiente tiempo para combatir esta plaga, lleva el riesgo de perder toda la nopalera.

Don Clemente, otro de los agricultores afectados, ocupa su tiempo libre en retirar las pencas afectadas. “Dejo toda la nopalera limpia, pero a los 15 días ahí está de nuevo la mancha”, dijo al señalar que agrónomos del gobierno de la delegación le han recomendado retirar toda la siembra y quemar todas las cactáceas.

“Eso no lo puedo hacer yo solo, porque es muy caro, pero además tendría que esperar medio año sin cosechar nada. Y si el vecino de a lado no hace nada, sería lo mismo”, agregó.

Basilio Reyes explicó que hasta ahora los métodos que se han utilizado para combatir la plaga, en muchos de los casos, lejos de controlarla, han servido para diseminarla aún más. “Algunos productores han abusado de los químicos y han hecho resistente esta bacteria, que puede propagarse a través de abono de mala calidad o de alguna planta infestada traída de otro lugar”.

El problema se incrementa, agregó, durante la temporada de lluvias o el inicio de la época de calor, porque se reactiva la bacteria, pero lo más grave es que antes sólo aparecía de manera aérea en las pencas y ahora ha comenzado a salir desde la raíz, lo que podría significar que el suelo ya está contaminado.

Ante ello, un grupo de productores decidió organizarse para aplicar un nuevo método. Mario Cantú, representante del Grupo Bioquímico Mexicano, explicó que se dará tratamiento a tres diferentes parcelas, en una se aplicará un fungicida orgánico, en otra un abono natural, y en el tercer caso, se mantendrá el cuidado tradicional. A la vuelta de un mes, se espera obtener los primeros resultados.

 
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