Usted está aquí: lunes 7 de abril de 2008 Política Sólo en las elecciones intermedias el IFE gastará 11 veces el presupuesto de RTC

■ El hecho contradice el espíritu de austeridad que impulsó la reforma electoral

Sólo en las elecciones intermedias el IFE gastará 11 veces el presupuesto de RTC

■ Llegan a su fase final las pesquisas sobre los mensajes no reportados de los partidos políticos

Alonso Urrutia

Los mil 453.6 millones de pesos que pretende gastar el Instituto Federal Electoral (IFE) para monitorear las elecciones intermedias del próximo año representan casi 75 por ciento del total de los gastos que los partidos políticos destinaron a medios electrónicos durante 2006 para sus tres campañas: Presidencia de la República, senadores y diputados. Equivale también a 11 veces el presupuesto que la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) de la Secretaría de Gobernación ejercerá durante este año.

En la polémica generada por la petición de aumento presupuestal que envió la semana pasada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las justificaciones sobre el monto “obsceno” –según lo definieron algunos legisladores– radica en que 85 por ciento de los recursos solicitados se consideran como gasto no regularizable.

Esto es, las erogaciones se realizarían sólo en este año y los equipos que se adquirieran tendrían una duración, según las diferentes versiones sobre los alcances de esta tecnología, de entre cinco y 10 años, o sea, dos o tres procesos electorales. Tales serían las explicaciones del millonario gasto.

Parte medular que alentó el sentido de la reforma electoral fue el abatimiento del gasto en campañas electorales, de los cuales, según las estimaciones del IFE, entre 60 y 70 por ciento se canalizó a la publicidad en radio y televisión. En 2006, el gasto de las tres principales fuerzas políticas en este rubro ascendió a mil 743 millones 965 mil pesos para las tres campañas federales.

Sin embargo, el gasto inicial propuesto por el IFE para adecuarse a sus responsabilidades derivadas de la reforma parecen echar atrás los afanes de ahorro de la misma.

El IFE tiene previsto ejercer mil 141.4 millones de pesos –78.5 por ciento del total de la solicitud de ampliación presupuestal– a la distribución de promocionales partidarios y monitoreo de los mismos en los medios electrónicos.

En el desglose de partidas en el ámbito de radio y televisión se tienen considerados, por ejemplo, 187.7 millones de pesos para el “envío de materiales de audio y video a los concesionarios de radio y televisión”, que incluye un convenio con el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa y la Dirección General de Televisión Educativa.

O, por ejemplo, la digitalización del centro de producción de los materiales a transmitir en los tiempos del Estado reportará un gasto de 44 millones de pesos; la elaboración de los mapas de cobertura de las estaciones de radio y televisión (alrededor de mil 700 estaciones) implicará una erogación de 7.4 millones de pesos, o la conformación del sistema de generación de pautas de los tiempos del Estado administrados por el IFE en estaciones de radio y televisión, representará un gasto de 4.8 millones de pesos.

Todo ello sin contar las partidas que concentran la mayor parte de los recursos: 440.5 millones para “verificación de las transmisiones de los materiales de audio y video propios del IFE” y los 333.6 millones para “el monitoreo de contenidos en los programas de radio y televisión que difundan información de precampañas y campañas electorales.

Por otro lado, el Partido Acción Nacional fue formalmente emplazado a aportar información y para que justifique los 75 mil 840 mil promocionales que originalmente el IFE detectó como no reportados en sus informes de las campañas federales de 2006. Paralelamente se estaría emplazando a la Alianza por México –PRI-PVEM– a informar sobre los mensajes no reportados, los cuales llegarían a 144 mil 609, más de la mitad de los 281 mil anuncios no reportados originalmente.

Con este emplazamiento, el proceso de esclarecimiento de los promocionales no reportados entraría en su fase final y, dados los antecedentes de los casos de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Nueva Alianza, en el desenlace no se tomaría en cuenta el posible impacto en los topes de campaña. En el caso de la Alianza por México, de comprobarse algunos mensajes, podría romper el tope de la campaña presidencial, por la relativamente estrecha diferencia entre sus gastos de campaña y el tope de campaña.

 
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