Usted está aquí: sábado 12 de abril de 2008 Espectáculos No estoy en el juego de la gran industria del cine: Gus Van Sant

Paranoid Park se estrenó en la Cineteca Nacional y en salas comerciales de la ciudad

No estoy en el juego de la gran industria del cine: Gus Van Sant

■ La cinta se centra en un outsider, personaje recurrente en su obra

■ En el rodaje de Milk noté preferencia por Obama; estas cosas me dan miedo porque parece todo muy esperanzador, expresó

Tania Molina Ramírez

Ampliar la imagen Alex, personaje principal de Paranoid Park, en un fotograma de la película Alex, personaje principal de Paranoid Park, en un fotograma de la película

El outsider, el que está fuera de la sociedad, personaje recurrente en la obra del estadunidense Gus Van Sant, vuelve a ser central en su más reciente película, Paranoid Park (2007), que se exhibe en la Cineteca Nacional y salas comerciales.

“Debo sentirme identificado con el outsider. Por lo general, en las películas que he hecho, como Drugstore Cowboy, Even Cowgirls Get the Blues y My Own Private Idaho, ya sea que involucren estudiantes de secundaria o de más edad, ha habido una especie de familia ad hoc creada fuera de la estructura de una familia normal; ese es el tema recurrente”, dijo Gus Van Sant, en conferencia telefónica con medios mexicanos, llevada a cabo hace unos días. “Creo que estoy interesado en el tema porque ocurre en mi vida: mi familia se mudaba seguido, había mucho cambio de estructuras de grupos y de cómo funcionaban éstos.”

En el caso de la cinta, basada en una novela de Blake Nelson y reconocida con el Premio del 60 Aniversario del Festival de Cannes en 2007, la “familia” nunca llega a serlo; se trata de una cuyos integrantes en ocasiones ni se conocen, como confiesa un patineto. Lo único que tienen en común es usar una patineta e ir a Paranoid Park, pista de patinetas en Portland, Oregon, donde se reúnen los “malos”: los drogadictos, los criminales, los punks.

Pero esta no es una película sobre patinetas. Es sobre un adolescente que de golpe se ve inmiscuido en un crimen y sobre cómo enfrenta el tormento de mantener el secreto.

Más que hablar sobre lo que le ocurre en particular a un segmento de adolescentes estadunidenses, Gus Van Sant cree que el tema es “universal”: “Cuando tienes cierta edad das un paso y tienes que tomar ciertas decisiones. Puede ser difícil porque es la primera vez que te enfrentas solo (a una situación). Es un momento bastante universal, sea la cultura que sea: de repente eres independiente, y tiene que haber una prueba, se pone a prueba tu independencia”.

En uno de los pocos momentos en que parece importarle algo fuera de sí mismo, Alex (Gabe Nevins), el protagonista de 16 años, dice: “Siento como si hubiera algo fuera de la vida normal, más allá de los maestros, las novias y los papás”.

Más allá de su cómodo y medio muerto mundito está Paranoid Park, “hogar” de criminales y drogadictos; peligroso, pero, más importante, vivo. Ahí es donde Alex quiere estar. (Nevins, como la mayoría en la cinta, no es actor profesional y fue reclutado mediante MySpace.)

“Un deporte de outsider

Gus Van Sant en ningún momento recurre a lo obvio.

La música (Elliot Smith, Billy Swan) habla más acerca del mundo interno de Alex que los escasos diálogos.

Las escenas de patinetas son vistas como un sueño, una danza.

La banda sonora reúne de todo: desde Beethoven y Nino Rota, al alucinante electrónico de Ethan Rose.

Los padres ausentes nunca están completamente a cuadro (como los padres de aquel otro Alex, protagonista de Elephant) o salen borrosos o distantes, de espaldas.

La escena más escalofriantemente hermosa es la de Alex en la regadera, el agua resbalando por su cabello.

Se cometió un crimen no deliberado y el cineasta no emite un juicio. Le interesa más explorar cómo reaccionaría un adolescente de pronto involucrado en la muerte de alguien. Un adolescente que, como millones más, siente lo que lo rodea más como un escenario que como algo en lo que está inmiscuido, para quien los adultos son borrosas sombras que poco tienen que ver con él. Un adolescente que prefiere sentarse en el borde de la pista a mirar cómo patinan los demás.

“Cuando era más joven, patinaba”, contó Van Sant. “Participé en una película a finales de los años 70 acerca de patinar.

“Siempre ha sido un deporte de outsider, no como el futbol soccer o el beisbol. Es más un deporte solitario, porque estás solo en una patineta. Me recuerda la cultura de los motociclistas, una cultura outsider. Supongo que tiene que ver con la manera en que uno usa la patineta: te mueves más rápido que cualquier otro en la banqueta, y normalmente te metes en problemas porque la gente no quiere que patines, te gritan... promueve una estética del outsider. Simplemente para mirar el deporte tienes que incomodar a la gente.”

El cineasta recordó cómo las patinetas fueron “una moda a mediados de los años 60 y otra vez al terminar la década de los 70. Luego, las patinetas desaparecieron como un deporte popular, aunque no en verdad, porque había unos patinetos muy comprometidos. Recientemente se volvió una moda muy comercial”.

La cinta, al igual que las otras recientes, fue realizada con un presupuesto bajo (3 millones de dólares), lo cual provoca, explicó el director, que el distribuidor sólo la promocione lo suficiente para rescatar la inversión. “Estoy fuera del mapa, no estoy en el juego de la gran industria cinematográfica, lo cual tiene que ver con presupuesto. Si te gastas 100 millones de dólares haciendo una película, la promoción es mucho mayor porque tienen que recuperar la inversión.”

Si bien la mayoría de sus cintas son de culto, Good Will Hunting (1997) sí fue un éxito comercial.

Actualmente está editando la cinta Milk, acerca de Harvey Milk (Sean Penn), político y activista gay de San Francisco, asesinado en 1978. En el filme actúa Diego Luna.

Por último, respecto de las actuales campañas por la presidencia de Estados Unidos, Van Sant opinó: “Estábamos filmando Milk y me encontraba rodeado de gente muy interesada en la política (como Sean Penn). Todos seguían muy de cerca cada uno de los estados que recorrían Hillary Clinton y Barack Obama. Creo que se percibía cierta preferencia por Obama, quien, para mí, sería la única opcion. (Pero) estas cosas me dan miedo porque parece todo ser muy esperanzador; pero, recordando las elecciones pasadas, al mismo tiempo tengo la sensación de que algo puede pasar, lo peor, en el último minuto. Espero que los demócratas puedan superar sus debilidades”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.