Usted está aquí: miércoles 23 de abril de 2008 Economía Sería “grave error” no repartir los bonos petroleros: BMV

■ No sabíamos nada de los correos electrónicos enviados a inversionistas, dice Prieto Treviño

Sería “grave error” no repartir los bonos petroleros: BMV

■ Gran número de mexicanos deberían acceder a ellos, opina el presidente de la bolsa

■ Instituciones del mercado de valores podrían colaborar a que la tenencia fuera transparente, dice

Arturo Cano y Antonio Castellanos

Ampliar la imagen El presidente de la BMV, Guillermo Prieto Treviño, durante la entrevista con La Jornada El presidente de la BMV, Guillermo Prieto Treviño, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

“No sabíamos nada, nada, nada, nada”, dice, al llegar al tema inevitable, Guillermo Prieto Treviño, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

Se refiere, por supuesto, a los correos electrónicos enviados por un funcionario de Banco Santander a diversos personajes del mercado de inversionistas, incluido él mismo, en los cuales adelantaba “confidencialmente” la intención del gobierno de Felipe Calderón de incluir los “bonos petroleros” en la iniciativa de reforma energética.

Hasta la fecha, asegura Prieto, todavía no saben cuáles son las reglas, si se van a cotizar en bolsa o fuera, ni cómo se van a distribuir esos papeles.

Sin conocer esos detalles, Prieto Treviño considera que “sería un grave error” que esos instrumentos no se repartieran entre gran número de mexicanos. Sostiene que las instituciones del mercado de valores podrían colaborar para que la tenencia de los bonos fuera “absolutamente transparente” y se pudieran conocer con exactitud los nombres de sus tenedores, con el fin de evitar que se concentraran en unas cuantas manos. Prieto Treviño insiste en que ellos no tenían idea.

–Pero leyendo los correos parece que sí.

–Parecería que alguien le dice al presidente de la AMIB (Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles) algo, ¿no? Ahora, no sabemos si eso es aquí o dentro de las investigaciones que se habían venido haciendo en otros países, también en el caso de Colombia, y en el mail pone entre paréntesis hay un caso similar de este tipo de bonos. Capaz que alguien le dijo, y él hace un comentario, pero como cualquier otro que hacemos todos los días. La verdad es que de ninguna manera tuvimos información.

El funcionario, formado en el ITAM y la Universidad de Harvard, dice que se ha sobredimensionado el tema. Para él lo importante es que por fin se puso la iniciativa de reforma petrolera sobre la mesa:

“El presidente Calderón ha dicho que él podría acabar su sexenio sin la reforma y en realidad no tendría efecto importante en sus proyectos, en sus temas de desarrollo. Lo que está muy claro es que la bomba le explotaría al siguiente, por los déficit, por las rigideces, por el régimen fiscal de Pemex, en fin. Creo que es bastante oportuno que se plantee, que se discuta, que se enriquezca”.

No se privatiza

Prieto se suma a quienes sostienen que la iniciativa presidencial no pretende privatizar Petróleos Mexicanos. “Lo más importante es que se flexibiliza Pemex”, frasea.

Destaca de la iniciativa los aciertos para el manejo de la empresa, un “gobierno corporativo y consejeros independientes que conozcan del sector y que ayuden al desarrollo de la empresa para que ésta sea eficiente y competitiva”.

Es, machaca, un asunto de inversión: “La participación de capitales privados es muy importante. Si sabemos que la empresa tiene falta de recursos, que se requieren montos muy importantes en diversas áreas para competir con otras empresas, de ninguna manera se está privatizando. Participar en bolsa no significa privatizar de ninguna manera, estás pulverizando el capital, lo estás democratizando, pero no significa privatizar”.

–¿Por qué suena maldita esa palabra?

–¿Privatizar?

–Sí, ¿qué problema hay con emplearla?

–Es que se ha vuelto un tema totalmente político. A mí me queda muy claro que los recursos deben ser de los mexicanos, que la empresa debe seguir en manos de mexicanos y del gobierno. Esa palabra se ha vuelto como el tema que rompe las negociaciones. Si alguien toca el tema de privatizar, o hay la sensación de una privatización, entonces la discusión ya no avanza. Creo que no se está buscando de ninguna manera que esto pase a manos del sector privado de una forma total. De ninguna manera se está disfrazando nada. Creo que en los diagnósticos se está reconociendo que la empresa necesita un cambio importante y que además necesita recursos, financiarse, crecer, y lo estamos viendo. Petrobras o la petrolera en Colombia, que ya cotiza en bolsa, están obteniendo recursos para realmente competir a nivel global. Tenemos la oportunidad de hacerlo, es un buen momento. Lo importante es que ya está planteado algo, que ojalá se enriquezca, se discuta y se pueda mejorar si eso es factible, y que se pueda aprobar. Sería un mal mensaje que esta iniciativa no saliera por ciertos intereses. Cuando al final del día, perdón por ser reiterativo, no se está privatizando nada.

El interminable error de diciembre

–Calderón habla de que Pemex le reventaría a su sucesor. Algo similar han dicho otras veces: “Las reformas estructurales o se acaba el país”, argumentaba Vicente Fox.

–Lo que están diciendo es: el país requiere una reforma energética, no es tan urgente pero la tenemos que poner en la agenda, y de manera responsable la están planteando ahorita antes de que truene el asunto. Es muy distinto cuando nos decían que si no salían las reformas el país se iba a estancar. Vimos como no se hicieron y el país tampoco se derrumbó. En la medida en que las reformas se vayan dando, como ha sucedido en otros países, México va a ir incursionando en la globalización, en la competencia mundial, en ser más eficiente y que al final todo se traduzca en que crezcamos más.

–¿Por qué tenemos este crecimiento mediocre?

–Creciendo a 3 o 4 por ciento la puedes ir llevando, pero al final no se van a poder atender las demandas de la sociedad. La gente quiere más bienestar, menos diferencias, y creo que todos estos son elementos para que el país se modernice y efectivamente se puedan cumplir esas demandas de la ciudadanía.

–¿Por qué se cayó de 6.9 por ciento en el último año de Zedillo a las tasas actuales?

–Lo que pasa es que las condiciones de las finanzas eran muy limitadas. Una de las grandes ventajas en este momento, en que fue muy oportuna la medida del presidente es que en esta ocasión se pudo utilizar la fortaleza de las finanzas públicas para tomar medidas contracíclicas ante la situación en Estados Unidos. Hay margen de maniobra para hacer cosas que de alguna manera atenúan lo que está sucediendo en ese país.

–Alguna vez dijo que le daba pena que llegamos a tener una bolsa dos veces mayor que la española y ahora la de allá es 20 veces mayor.

–Es 20 veces más grande en operaciones. El factor más importante fue la crisis de 1995. Esa crisis nos aventó diez o 15 años atrás. Ese punto podría representar 80 por ciento de la explicación. Mientras España le entraba al euro, utilizaba al mercado para privatizar, los fondos de pensiones crecieron de manera muy acelerada, las compañías de seguros han venido creciendo, la privatización de empresas telefónicas y eléctricas ha roto ese círculo vicioso de que no hay emisoras porque no hay inversionistas y viceversa.

–Entonces aún nos falta para llegar a como estábamos en 1995.

–Todavía no llegamos al punto de partida. Por eso es que el país requiere todos estos cambios adicionales. Porque esa crisis nos echó para atrás fuerte.

Pemex a la bolsa

El presidente de la BMV usa el ejemplo de la empresa petrolera brasileña para hablar de las bondades de la intervención de los mercados en el sector energético: “Es impresionante cómo ha despegado Petrobras, y los mercados de capital le han ayudado de manera fundamental en su modernización, en su expansión, en sus alianzas. Porque además está bastante bien distribuida.

En este tema, más que darle esa relevancia al tema de los bonos, lo más importante es la flexibilidad que pueda tener Pemex para realmente competir y obtener los recursos que necesita”.

Los grandes inversionistas, sostiene, están interesados en Pemex, pero también lo pueden estar las Afore y los mexicanos de manera individual.

El pastel no es nada despreciable: “La idea es que sean bonos que estén calificados, con información de la empresa, con rendimientos atractivos, bien dispersados, que además tendrían que ir a inversión, no a financiar el gasto”.

El funcionario saca cuentas: si Pemex tiene 100 mil millones de pesos en el mercado, a largo plazo requiere cuando menos “una cantidad similar o más”.

La “diversificación” alcanza, claro, al mercado de capitales: “Como ha sucedido en otros países del mundo, el sector de energía se ve bastante beneficiado a través de los mercados de capital y de las bolsas. El mercado está preparado y puede ayudar en el tema de la reforma, dependiendo de cómo salga y de cómo al final del día se tomen las decisiones. Pensamos que el mercado de capitales no debería quedarse fuera.

Ese “paso importante”, sin embargo, no se puede dar si el tema “no se destraba en el Congreso”. Pero con la tribuna tomada “no se puede trabajar”, dice Prieto.

 
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