Usted está aquí: jueves 24 de abril de 2008 Mundo Fidel Castro asume “la responsabilidad” por el despido del ministro de Educación cubano

■ Había perdido energía y conciencia revolucionaria, asegura

Fidel Castro asume “la responsabilidad” por el despido del ministro de Educación cubano

Gerardo Arreola (Corresponsal)

La Habana, 23 de abril. Fidel Castro asumió hoy la “responsabilidad plena” por la decisión oficial en el “especial e importante caso” que culminó con la destitución de Luis Ignacio Gómez Gutiérrez como ministro de Educación, después de 18 años en el cargo.

Según la nota oficial difundida el martes, el funcionario fue remplazado de acuerdo con uno de los procedimientos comunes para estos casos: una decisión del Consejo de Estado, a propuesta del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC).

“Apoyo resueltamente la decisión del Partido y el Consejo de Estado”, indicó Castro en un artículo. Pero unos párrafos más adelante dijo que fue “consultado e informado plenamente” del asunto y casi al final del texto añadió: “Asumo, por tanto, la responsabilidad plena por esta decisión, sean cuales fueren las reacciones y consecuencias”.

Desde que se mantiene recluido por enfermedad, hace 21 meses, Castro no se había manifestado públicamente tan comprometido en una decisión oficial de política interna.

Su expresa intervención en el caso se remite al rango prioritario que ha tenido el sector, como una de las principales banderas del gobierno después del triunfo de la revolución de 1959. “Como se conoce, toda la vida, desde que tuve conciencia revolucionaria, la consagré, en primer lugar, al tema de la educación”, escribió Castro.

Pero su actuación también refleja los alcances del actual esquema de poder en Cuba, en el cual el presidente Raúl Castro fue autorizado explícitamente por el parlamento en febrero a consultar con Fidel “las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas con la defensa, la política exterior y el desarrollo socioeconómico del país”.

En su artículo de este miércoles Fidel Castro trazó los contornos de lo que puede ser su tarea de alto consultor del gobierno. Primero dijo: “Usted puede pensar que su pequeño barco avanza río arriba, pero si la corriente es más fuerte estará retrocediendo”. Luego pidió “no hacer vergonzosas concesiones a la ideología del imperio”, una expresión que había empleado apenas hace una semana.

Más adelante rechazó que con sus comentarios sobre asuntos domésticos estuviera ejerciendo un “terror sicológico”, que sí ocurriría, en cambio, si se produjera “el regreso del dominio imperial sobre Cuba”. Y concluyó ratificando su intención de opinar “mientras pueda y necesite hacerlo. ¡Los vivos y los muertos lucharemos!”

Las referencias a “concesiones” y a una vuelta “del dominio imperial” son parte de un hilo argumental que Castro ha mantenido en los últimos años sobre los riesgos de un colapso del sistema político cubano.

Pero la invocación a su necesidad de opinar y la figura del barco “retrocediendo”, abren las interrogantes de si el líder cubano está haciendo observaciones al desempeño del gobierno de su hermano Raúl y, además, si está o estará asumiendo algún tipo de actividad política desde su reclusión, más allá de escribir artículos.

Fidel Castro evitó referirse a las críticas públicas a la educación, surgidas entre la población, la prensa y los intelectuales en los últimos meses e indicó que Gómez Gutiérrez perdió por completo la confianza de la dirigencia, debido a su actuación reciente.

El ministro depuesto estaba “realmente agotado. Había perdido energía y conciencia revolucionaria”, dijo Castro, y reprochó al funcionario que hubiera hecho discursos en los que hablaba de resultados en el sector como una obra personal. También le criticó que hubiera viajado al exterior más de 70 veces en una década y que sus giras internacionales llegaran a una por mes en los últimos tres años, “utilizando siempre el pretexto de la cooperación internacional de Cuba”.

Gómez Gutiérrez ya no fue candidato al parlamento en las elecciones de enero pasado, después de haber sido diputado durante 15 años. Su último discurso fue el 18 de marzo, en el quinto Congreso Internacional de Didáctica de la Ciencia.

En el séptimo congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), a principios de abril, escuchó, sin intervenir, una ráfaga de críticas al sistema educativo, después de que la prensa recogió y documentó las quejas expresadas por la población en foros populares el año anterior.

 
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