Usted está aquí: viernes 25 de abril de 2008 Política Los tiempos del posdebate frenaron acuerdos para desocupar las tribunas

■ Después de las discusiones cada espacio contará para imponer la iniciativa o echarla abajo

Los tiempos del posdebate frenaron acuerdos para desocupar las tribunas

■ Duelo de vencidas: un Creel con poco margen de maniobra y un FAP dispuesto a continuar

Rosa Elvira Vargas

Tampoco ocurrió ayer. Y no obstante que hasta se llegó a aventurar la hora en la se desocuparía la tribuna del Senado de la República y, simultáneamente, la del Palacio Legislativo de San Lázaro, no se lograron los acuerdos. Y es que, según todos los indicios, el obstáculo principal quedó ubicado en qué hacer con los tiempos del posdebate.

Porque como lo saben las cabezas de uno y otro bando –para literal comprensión, el Frente Amplio Progresista (FAP) y Los Pinos–, después de que se realicen los foros y las discusiones ya pactados, cada día, cada espacio, cada resquicio, contará para imponer la iniciativa energética o para echarla abajo.

Y por eso este duelo de vencidas. Que nadie cante victoria.

Porque nadie sabe más de calcular tiempos y de ver los demonios que encierran los detalles detrás de cada aparente buena intención o negociación, que aquellos dedicados hace años a la política, a medir al otro, a entender la lógica vertical del poder.

Se teme entonces que las cinco semanas que mediarían entre el final del calendario de debates (22 de julio) y el inicio de sesiones ordinarias del primero de septiembre, podrían usarse para sacar de la manga el dictamen a las iniciativas petroleras del presidente Felipe Calderón Hinojosa, sin tener siquiera la elegancia de procesar lo que se exprese en los foros. Un albazo, pues.

De ahí que, por encima de las diferencias al interior del grupo opositor –como las exclamaciones de quienes se identifican en Nueva Izquierda– o de mera forma y estilo, el FAP logró ayer cohesionarse para la negociación.

Pero fue en el Partido Acción Nacional donde las cosas se trabaron, donde las presiones y el escaso margen de maniobra que se le dejó a Santiago Creel Miranda para dar respuesta a las exigencias del frente impidió convocar a la Junta de Coordinación Política, suscribir el documento y, consecuentemente, que se desocuparan las dos tribunas camarales.

No hay más, aunque tampoco menos, porque en sus incesantes ires y venires, los negociadores del FAP daban siempre respuestas conciliadoras, y se diría que hasta optimistas, para logar los acuerdos, aunque de nuevo, al término de la jornada, debieron anunciar: “Todavía hoy seguiremos en la tribuna. Hemos avanzado mucho, ya está la columna vertebral y lo más probable es que mañana (este viernes) terminemos el acuerdo”, como anticipó, antes de las ocho de la noche, Gonzalo Yáñez, coordinador de los senadores del Partido del Trabajo (PT).

En efecto, tampoco resultó en ruptura. Pero a decir de uno de los seis coordinadores del Frente Amplio, Creel Miranda no tuvo ayer la anuencia “de arriba” para incorporar al documento definitivo los espacios para la discusión de los cuatro nuevos temas propuestos por el FAP para el debate (renta petrolera, tribunales internacionales, corrupción y excedentes petroleros).

Y aunque ahí no se advierte mucho conflicto para pactar, el verdadero atorón está en agosto.

El nudo, pues, no se desatoró a pesar de las nuevas, renovadas, felices esperanzas tanto de los legisladores de oposición que se han mantenido fieles durante 15 días a su protesta –y donde doña Rosario Ibarra ha mostrado disciplina y estoicismo en Xicoténcatl–, como de los comunicadores que llevan esos mismos días recreando a Sísifo.

Todos los días llevan el entusiasmo hasta la cima y la realidad se los derrumba. Y de nuevo vuelven a creer que ahora sí, que ya mero. Y no se ha podido.

A ese optimismo también se habían sumado ayer no pocos legisladores, quienes como Ricardo Monreal aventuraron incluso la hora en que se entregaría la tribuna. Otros más del PRD, como Silvano Aureoles, guardaron esa misma expectativa incluso después de que Gonzalo Yáñez había literalmente sepultado esa posibilidad.

Unidad, acción y propósitos

Hubo incluso momentos en los cuales en el propio salón de plenos había “ambiente” como de desalojo. Pero no pasó de ahí.

Porque ayer, la apuesta era alta. Esto, porque además trascendieron aquí las reuniones de la noche del pasado miércoles, por separado, de los coordinadores camarales de los tres partidos con Andrés Manuel López Obrador, así como el desayuno de ayer por la mañana de todos con el “presidente legítimo”, y porque en la vieja casona de Xicoténcatl, a lo largo del día de ayer, los coordinadores del FAP en su incesante entrar y salir transmitieron unidad de estrategia, acción y propósitos.

Pero no, otra vez no. Y de nuevo a tejer expectativas a partir de dichos: “Entramos a horas importantes y definitorias”, aseguró Carlos Navarrete. ¿Será?

 
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