Usted está aquí: miércoles 7 de mayo de 2008 Sociedad y Justicia La tierra cultivable debe dedicarse a la generación de alimentos: Vía Campesina

■ Desarrolla campaña internacional para fortalecer a pequeños y medianos productores

La tierra cultivable debe dedicarse a la generación de alimentos: Vía Campesina

■ Los agrocombustibles no son alternativa, dice; la siembra de transgénicos, otra tentación a desechar

Matilde Pérez U.

Vía Campesina de la región norte de América acordó diseñar una estrategia en defensa de la agricultura de los pequeños y medianos productores y denunciar que son las corporaciones trasnacionales las que provocan la especulación con los alimentos y el desorden en los mercados internacionales para elevar los precios.

Alberto Gómez Flores, delegado regional de dicha agrupación internacional, comentó que en 1996, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y varios gobiernos aprobaron un plan para combatir el hambre, Vía Campesina advirtió que el problema son los tratados comerciales, “que han hecho a los países dependientes de los alimentos”.

Sí hay una crisis de alimentación, un incremento de los precios y de los subsidios de los países desarrollados a sus agricultores, pero se agudiza porque miles de hectáreas cultivables en el mundo se destinan a la siembra de productos cuyo destino final es el etanol, dijo Gómez Flores.

Advirtió que en el caso de México “la tentación será mayúscula porque se tratará de convencer a los campesinos por los altos precios y por el uso de los granos transgénicos, con el argumento de que aumentarán sus rendimientos. A ese reto nos enfrentaremos las organizaciones campesinas y los grupos ambientalistas”.

Es un tema que requiere un debate porque “los agrocombustibles no son alternativa; la tierra cultivable debe estar destinada a la producción de alimentos para consumo humano, no para las máquinas. Decidir a qué destinas 20 millones de hectáreas cultivables y 6 millones de hectáreas bajo riego es un asunto de seguridad nacional que involucra a la población”, sostuvo.

Insistió en que, en medio de esta “crisis alimentaria”, la agricultura campesina debe ser respaldada, porque “es capaz de dotar de alimentos a la población mexicana, pero es necesario cambiar el esquema de las políticas públicas y también el modelo del comercio internacional basado en tratados de libre comercio”.

Comentó que en este mes en Bonn, Alemania, una delegación de Vía Campesina de América –en la que habrá representación de México– participará en la reunión, donde se abordará el tema de la producción de las semillas terminator y de otros transgénicos que están haciendo a los productores dependientes de las grandes corporaciones, y en junio realizarán encuentros paralelos mientras la FAO lleva a cabo el foro sobre calentamiento global y alimentación.

Para Andrés Cosetl, presidente del Consejo Nacional Campesino y Pesquero, es momento de que el movimiento campesino discuta un modelo de desarrollo integral para el campo y llegue a una negociación seria con el gobierno y se evite el fraccionamiento y modificación del uso agrícola de las tierras ejidales, a cuya situación se suma el abandono de las parcelas y la compra a “precios de risa” de ellas para destinarlas a uso urbano.

Se está destruyendo el potencial agrícola del país debido a que los recursos federales para el agro no llegan a los campesinos; “ellos no se desprenden de sus tierras fácilmente, porque son vitales para su sobrevivencia. El gobierno sigue privilegiando a los grandes agricultores y ha dejado en el abandono a los productores del sector social; esta situación no le conviene a nadie y eso está generando un grave problema”.

La dependencia alimentaria se arrastra desde hace varios sexenios, y ahora dejar a la fuerza del mercado la decisión del destino de las tierras cultivables –si a la producción de alimentos para consumo humano o a agrocombustibles– es un grave error, ya que sólo por compra de alimentos se van anualmente millones de dólares. La prioridad del gobierno debería ser garantizar la soberanía alimentaria y fortalecer la industria energética, para tomar mejores decisiones. Por el momento, apostarle a la producción de agrocombustibles es beneficiar a quienes detentan los recursos económicos, asentó.

 
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