Usted está aquí: sábado 10 de mayo de 2008 Sociedad y Justicia Desmiente la Unidad de Investigación del INER improductividad de sus especialistas

■ Es el tercer o cuarto sitio dentro de los Institutos Nacionales de Salud, afirma Selman

Desmiente la Unidad de Investigación del INER improductividad de sus especialistas

■ Los científicos con experiencia apoyan la formación de los más jóvenes, resalta

Ángeles Cruz Martínez

La Unidad de Investigación del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) ocupa el tercer o cuarto sitio por su alto nivel de productividad dentro de los Institutos Nacionales de Salud. Los 70 investigadores adscritos publican, en promedio, 1.5 artículos en revistas especializadas, y en algunos casos hasta tres o cuatro por año, aseguró Moisés Selman, director del área, y así desmintió las declaraciones del director del instituto, Fernando Cano Valle, quien dijo que una tercera parte de estos especialistas son improductivos y que en los pasados cuatro años no tuvieron ninguna publicación.

Selman rechazó esa aseveración y señaló que la productividad no se puede medir sólo con números, porque depende de los proyectos. Algunos pueden dar resultados en seis meses y otros en tres años o más.

En entrevista, el experto en el área de fibrosis pulmonar, reconocido a escala internacional, explicó que el 60 por ciento de los científicos del INER que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) también conforman un indicador muy alto, porque “no hay ningún laboratorio, ni institución, en ninguna parte, que tenga a la totalidad de sus especialistas en el SNI”. En los mejores sitios, el promedio oscila entre 40 y 60 por ciento.

Respecto de quienes no forman parte del SNI, Selman explicó que algunos llegarán cuando hayan acumulado publicaciones y madurado en sus trabajos, y otros muy probablemente nunca lo harán.

A diferencia de lo que ocurre en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se cuenta con la figura del técnico académico, apoyo fundamental de los especialistas, en los Institutos Nacionales de Salud esa categoría es inexistente, aunque personal con ese perfil sí, pero con el rango de investigador asociado.

Comentó que la Unidad de Investigación del INER se creó al mismo tiempo que ocurrió la descentralización del instituto, en 1982, cuando también se incorporó a los Institutos Nacionales de Salud, cuyos pilares son la investigación, la formación de recursos humanos y los servicios asistenciales.

La evolución

En esa época había seis especialistas, hasta que a mediados de los 90 la cifra llegó a unos 70 o 75. Hasta diciembre de 2007 la cantidad era de 70, de los cuales 27 eran titulares y 43 asociados.

Por gestiones de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, este año se crearán cien nuevas plazas para estos organismos, de las cuales 10 se asignarán al INER. Además, en fechas recientes hubo algunas promociones de nuevos investigadores, con lo que a finales de 2008 la cifra podría ser de alrededor de 85 científicos.

Como parte del crecimiento de la Unidad de Investigación del INER se formaron grupos de trabajo y líderes, algunos de los cuales han ido envejeciendo, porque “de eso nadie se salva”, pero son los maestros de los jóvenes, dijo Selman, y con ello también respondió a lo dicho por Cano Valle, sobre que “viejos investigadores” no colaboran en la formación de recursos humanos.

Por el contrario, señaló, en el INER “hay gran solidaridad entre los jóvenes de los diferentes grupos” con los científicos de mayor antigüedad. Tal vez, dijo, el de mayor edad sea Jaime Villalba, médico cirujano, quien durante 10 años fue director del instituto y al término de su gestión, en 2003, se incorporó al área de cirugía experimental. Realizó un doctorado y es un docente nato. “No hay nadie que no quiera trabajar, que esté esperando la jubilación o que la vida cambie”, afirmó Selman.

En la práctica, en los pasados 10 años en el instituto se han formado 25 maestros y 15 doctores de diferentes universidades.

Sobre la productividad de los investigadores, dijo que se debe fomentar, primero, dejando que los grupos maduren. Se debe proteger a los jóvenes, facilitar que salgan al extranjero a aprender nuevas técnicas y que regresen para aplicar ese conocimiento. Todo eso lleva varios años, comentó Selman.

Dijo que en el grupo de fibrosis pulmonar empezará un proyecto de factores de riesgo de la enfermedad, con 200 pacientes y 400 voluntarios sanos. Está diseñado para realizarse en tres años, por lo que “si me preguntan en un año cuál ha sido mi productividad, diré cero”. En cambio, si es un plan con ratas, tal vez tenga resultados en seis meses, y en el INER hay de todo, concluyó.

 
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