Usted está aquí: martes 13 de mayo de 2008 Espectáculos La música que hago ya no es vallenato; es fusión: Celso Piña

■ Anuncia que el próximo agosto lanzará nuevo disco; “será algo totalmente distinto”

La música que hago ya no es vallenato; es fusión: Celso Piña

■ En los conciertos tocamos la cumbia porque la raza lo pide, afirma el regiomontano

■ Reúne unas siete mil personas en Aguascalientes, en el contexto de la 180 Feria de San Marcos

Arturo Cruz Bárcenas (Enviado)

Aguascalientes, Ags., 12 de mayo. “La música que hoy estoy haciendo ya ni es vallenato; es fusión, mezcla, otra cosa. Claro que en los conciertos tocamos la cumbia porque la raza lo pide. El disco de duetos que grabamos y que saldrá en agosto es algo totalmente diferente de lo que he hecho”, expresó en entrevista el pionero e impulsor del folclor sonoro de Colombia en Monterrey, Celso Piña, quien ofreció el pasado sábado un concierto ante más de siete mil personas en el Teatro del Pueblo (una gran plaza al aire libre), cuyo programa es parte de la 180 Feria de San Marcos, que aún tiene una semana de vida.

El disco será de duetos, con Eugenia León, Lila Downs, Ely Guerra, Alejandro Lora, Aleks Syntek, Nicho Hinojosa, Sargento García, Pato Machete, Benny Ibarra. “Con esta producción festejaremos mi 25 aniversario de trayectoria. Grabamos tantos temas que van a salir dos discos; el segundo será más con mi estilo.

“Con Lora cantamos Más allá del sol; con Syntek la continuación del tema Aunque no sea conmigo, que se llama Herido; con Lila, El pescador, una rola viejísima; esa de ‘Va subiendo la creciente…’ Hacer este tema no fue fácil, pues batallamos en las tonalidades y no quedaba la maqueta. Eso es parte del jale.

“Con Eugenia una de María Alma, esposa de don Fernando Z. Maldonado, titulada Compréndeme, rola viejísima de la época de oro; en su voz, quedó como anillo al dedo; el Pato Machetes interpreta una original que se hizo ahí, en el estudio, con la bandota… no me acuerdo cómo se llama. Con Benny Ibarra se hará algo como un bolero.”

Agregó que en el disco hay una pieza homenaje a Andrés Landero, “el rey de la cumbia en todo el mundo; ya se murió, pero sigue vivo, y una de mi papá, Isaac, que se llama Sin corazón, un bolero-vallenato”.

Se prevé que el disco será un suceso y la expectativa de Celso es muy grande. Tardó tres años desde que lanzó el pasado cedé, Hasta siempre, comandante, “con el que no pasó nada. Fue la compañía, que cambios por aquí y por allá. Mientras son peras o manzanas, el tiempo no para”. En tanto se realiza la entrevista, afuera se escuchan los gritos de quienes ya querían verlo tocar su “acordeona”, acompañado de su grupo, La Ronda Bogotá.

Lo hecho con su disco Barrio bravo es difícil de superar, sobre todo con la híper famosa y rítmica Cumbia sobre el río, parteaguas no sólo en la carrera de Celso, sino de la fusión del vallenato con ritmos varios, como el reggae, el hip-hop y el rock en muchas de sus variantes. “Pero yo le tengo mucha fe a todo lo que estamos haciendo ahora. Debo decir que el impacto, la presencia del vallenato en Monterrey ha bajado.

“Seamos francos: no estoy saliendo más con el vallenato en estos discos.”

A lo chúntaro style

Los gritos reclamaban la presencia de Celso. Un público heterogéneo integrado por familias enteras, niños, ancianos, jóvenes vestidos a lo chúntaro style, quienes más tarde ejecutaron el paso del águila e hicieron las señas con las que se comunican, como el “saca” (la mano en forma de pistola y el dedo índice deslizado debajo de la nariz; amor y paz; el símbolo mundial rock. El paño en la frente, pantalones bombachos, tenis de marca, tatuaje de bandera (de la banda).

A las 20:30 horas subieron al escenario Celso y La Ronda Bogotá. Al Rube se le rompió una cuerda de su bajo. Arregló el asunto en dos minutos. Cumbia sampuesana, el segundo himno de Colombia. Las mañanitas (regias; Celso señaló su codo); Macondo; Cumbia campanera, que compuso a su cerro natal, el de la Campana. El regio que no conoce Colombia, pero que creó una subcultura musical en Monterrey, siguió con Cumbia de mi tierra.

Los vigilantes no dejaban bailar a la banda. Celso Piña instó a bailar y ya cientos se sentían con permiso. El tíbiri en grande; el reven en todo su esplendor.

Un viejo de pelo cano hizo de su lugar una pista de baile.

Así siguió el toquín y Celso contagió a la concurrencia con Cumbia de la paz. El acabóse con Cumbia sobre el río, con el apoyo de Pato Machete, quien fue el plus de la presentación de Piña. Ya van dos horas y no dejan ir a Celso. “Todo lo que empieza termina”, expresó varias veces. Un anuncio que se cumplió a las 22:30.

La fiesta siguió en las instalaciones de la Feria de San Marcos.

 
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