Usted está aquí: miércoles 14 de mayo de 2008 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López
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■ Espejismos

■ Elogio del debate

■ Rubencito gallego

Ampliar la imagen PRIMERA RONDA. Durante el primer debate sobre la iniciativa del Ejecutivo federal para modernizar Petróleos Mexicanos, denominado Principios que deben regir la reforma energética, realizado en el patio central de la Cámara de Senadores PRIMERA RONDA. Durante el primer debate sobre la iniciativa del Ejecutivo federal para modernizar Petróleos Mexicanos, denominado Principios que deben regir la reforma energética, realizado en el patio central de la Cámara de Senadores Foto: Francisco Olvera

Lo que ayer comenzó en el Senado no es un verdadero debate sino un ejercicio de confirmación de posturas respecto a una iniciativa pinolera de reformas petroleras que hoy sería letra legal aprobada de no haberse producido una rebeldía en calles y tribunas legislativas que forzó a los promotores de la privatización de recursos nacionales a abrir un espacio modoso de presentación de ponencias que no serán tomadas en cuenta al final del proceso sino como actos de presunta convalidación de las decisiones originalmente acordadas entre el calderonismo panista y el salinismo priísta.

Martes senatorial de protocolo, buenas costumbres y predilección por las apariencias que en realidad marca el arranque de la propaganda oficialis-ta que busca “demostrar” a los mexicanos que hay atención a los puntos de vista discordantes y que, escuchadas esas voces, no queda otro camino que la aprobación formal de las mencionadas reformas. Jefes partidistas, personalidades con legado familiar y especialistas de buena voluntad confluyen en el espacio de “civilidad” que por sus aires de controlada polémica será contrapuesto en su momento a la resistencia pacífica que entiende estas ceremonias como tregua que terminará cuando los privatizadores levemente diferidos retomen el control procesal del asunto y mediante su mayoría numérica predispuesta traten de cumplir con la agenda de entreguismo que tenían programada para ser cumplida al vapor el pasado abril.

El espejismo controversial suscita emociones facturadas en los medios de comunicación oficialistamente controlados: hoy muestran gran entusiasmo por el ejemplo “democrático” de argumentar, como semanas atrás les causó irritación el falso “secuestro” del Congreso y como en un par de meses más les tendrá conmocionados que el segmento social adverso a las jugarretas privatizadoras no se haya tragado el cuento de los debates institucionales o de las posturas súbitamente críticas de aliados pertenecientes a la izquierda “buena” y “respetable”.

En la atribulada Culiacán se montó ayer otro espectáculo de distracción. Bajo un cerco militar extremo, y ante una población que se ha impuesto un toque de queda urgente, desfilaron ayer los discursos de los secretarios de Gobernación, Seguridad Pública y la Defensa Nacional. De talla política originalmente reducida, Juan Camilo Mouriño se ve aún más empequeñecido por el impacto del conocimiento público del conflicto de intereses empresariales que una comisión servil ha declarado formalmente inexistente y por la enorme dimensión del conflicto que se vive en el norte del país y en especial en el estado donde han nacido varios de los principales jefes del negocio multifactorial del narcotráfico.

Demeritada en él toda intención de convocar a respetar las leyes y combatir la corrupción, Mouriño anunció en Culiacán un operativo que, según eso, significará “un esfuerzo sin precedente y acciones inéditas en contra del crimen organizado”. Por lo que dijo, en realidad se trata de acumular soldados y equipo bélico en la zona y efectuar rutinas demostradamente inútiles (“exámenes de control de confianza de mandos” policiacos, “control gerencial” –¡oh!– de sistemas de información policial, “coordinación general” al mando de un general de brigada y –otra vez ¡oh!– “evaluaciones periódicas, para ir afinando la estrategia”). La novedad del día fue, en todo caso, el esfuerzo hecho por el tesorito de Los Pinos en la parte final de su discurso para asumirse como una versión (¿gallega?) del siempre recordado Rubén Aguilar. “El presidente Calderón” expresó esto y aquello, lo cual significa o quiere decir… esto y aquello, ensayó ayer el vocero del círculo íntimo.

El procurador Eduardo Medina Mora, por su parte, lanzó críticas al pasado gubernamental del que formó parte el entonces secretario Eduardo Medina Mora: la violencia desatada en lugares como Sinaloa se debe a que los “grupos delictivos” (es decir, los narcotraficantes operativos) “saben muy bien que la acción del Estado es hoy más fuerte y más decidida en su contra” (no como en sexenios pasados: breviario por cortesía del Centro Fox). “No nos engañemos ni veamos espejismos”, dijo el productor de ilusiones ópticas, pues “es cierto, muy cierto, que la impunidad y tolerancia social se han asentado a lo largo de los años mediante la corrupción, la capacidad de corromper elementos de las instituciones y de cooptar, por las buenas o por medio de la violencia, a los actores que ellos estiman clave para la protección y desarrollo de sus actividades ilícitas”. Medina Mora aseguró que ese “modelo de reproducción del crimen organizado está en crisis”, pues “las autoridades de hoy (no de ayer, ni del sexenio pasado: anuncio por cortesía de la Fundación Macedo de la Concha) estamos comprometidas y tenemos la decisión de actuar a fondo”, aunque también “es importante que la sociedad” se manifieste en contra de “lo ilícito, de la tolerancia y aceptación a lo ilegal como forma de vida y como patrón de ascenso social aceptable y tolerable” (carcajadas por amable patrocinio de los tolerantes hermanos Bribiesca).

Astillas

De entre las cartas llegadas a esta sección en referencia a un empresario de diván, de iniciales JEO, sólo se mencionará, por falta de espacio, la que David Aguilar escribió en denuncia de que México “ha sido dividido por quienes detentan el poder” y que “para aquel que se considera perteneciente al grupo selecto favorecido por el poder, todo el que disienta de su visión de país es naco, indio, jodido, gato, etcétera, y el que de forma abierta expresa descontento o inclusive ira es considerado un terrorista en potencia que merece ser castigado”… Y, mientras la cúpula del sol azteca sigue entrampada en la pelea por una presidencia partidista formal (con un calderonismo petrolizado al que ayudan esos pleitos internos), ¡hasta mañana, con una Subsecretaría de Gobernación que ha entrado ya en contacto con los mediadores (no “testigos sociales”) del tema EPR que no se refiere a diálogos o rendiciones sino a la exigencia de que se conozca lo sucedido a dos mexicanos que fueron desaparecidos desde hace casi un año!

 
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