Usted está aquí: domingo 18 de mayo de 2008 Economía Denuncian industriales de la masa y la tortilla práctica depredatoria en su contra

■ El llamado del gobierno a comprar en supermercados afecta a micronegocios, afirman

Denuncian industriales de la masa y la tortilla práctica depredatoria en su contra

■ El producto que se vende en tiendas de autoservicio es de mala calidad y le agregan químicos

Susana González G.

La recomendación que desde el año pasado han hecho las autoridades federales a los consumidores para que compren la tortilla en supermercados y tiendas de autoservicio respalda una “práctica depredatoria” contra el sector, integrado en su mayoría por micronegocios familiares, aseveraron dirigentes de organizaciones de industriales de la masa y la tortilla.

Además, acusaron que la tortilla que se vende en tiendas de autoservicio y supermercados es de baja calidad en tanto que está fabricada con harina de maíz, mezclada con conservadores y químicos que hacen perder las cualidades nutrimentales del grano, a diferencia de la que se elabora con harina de nixtamal en la mayoría de las tortillerías del país y que constituye un alimento fresco.

No dejaron de quejarse que el gobierno otorgue más apoyos económicos a los productores del sector pecuario que a los de la cadena maíz-tortilla, y con ello privilegia la alimentación de animales que por encima de la de los mexicanos, por lo que demandaron igualdad de condiciones.

Rafael Ortega, director de la Cámara Nacional de la Industria de la Producción de la Masa y la Tortilla (CNIPMT), consideró que la competencia que enfrentan por parte de las tiendas de autoservicio y supermercados es “más desleal y depredatoria”, dado que es promovida por las autoridades, que la de aquellos negocios que operan en la informalidad, con mínimos requisitos de calidad e higiene que les permiten vender el kilo a 5 pesos el kilo incluso a domicilio.

“Yo creo los supermercados hasta están haciendo práctica depredatoria de precios, además que usan a la tortilla como un producto gancho, porque como tienen las tortillerías están hasta el fondo de sus establecimientos, la gente hace turismo por toda la tienda y termina comprando más cosas que le reportan ganancias a las tiendas por encima de lo que aparentemente puedan perder por vender más barato el alimento”, dijo.

Y en esa competencia desleal y depredatoria están contribuyendo las autoridades federales con declaraciones como las que hizo este viernes 16 de mayo el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, al recomendar a la gente que compren en las tiendas de autoservicio, pero también por los monitoreos de Profeco porque al difundir que los supermercados venden la tortilla a menos de 6 pesos el kilo, el resto de los negocios que no lo hacen quedan “satanizados”, consideraron.

Aún así, hicieron notar que los supermercados y tiendas de autoservicio concentran el 2.5 por ciento ciento del mercado total de venta de la tortilla en todo el país, proporción que no se ve reflejada en los monitreos de Profeco porque su personal verifica cada semana 90 supermercados y apenas 270 tortillerías, cuando éstas últimas suman más de 60 mil en todo el país.

Los supermercados producen un producto de calidad inferior al de las tortillerías, aseveró a su vez Greta Villaseñor, dirigente del Consejo Empresarial de la Industria del Maíz y sus Derivados, “y de hecho expertos en alimentación y nutrición la consideran un sucedáneo, o sustituto de mala calidad, de la tortilla” ya que está hecha con harina de maíz “y se le agregan conservadores para que dure tres meses en un almacén y otros productos químicos para darle esa suavidad, pero que hacen que se rompa”.

Comentó que cuando estalló la crisis de la tortilla en enero de 2007, “el consumidor que más nos castigó fue el de mayores ingresos e ingresos medios porque es más informado y cuida más su dinero, pero también es un consumidor al que no le importa comer una tortilla de menor calidad como es la del supermercado, porque la puede sustituir por otro producto. Mientras que el consumidor de bajos ingresos es más conocedor del alimento y fiel a la tortillería tradicional”.

No obstante, Rafael Ortega y Greta Villaseñor coincidieron en el riesgo que tienen de perder más clientela porque de producirse un aumento tan “exagerado” con calificaron al anunciado por otras organizaciones del ramo de 12 pesos por kilo de tortilla en lugares donde se ha vendido a 8.50 pesos, la gente optará por comprar alimentos más baratos como son las sopas instantáneas.

 
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