Usted está aquí: domingo 18 de mayo de 2008 Sociedad y Justicia Celebran la primera boda entre transexuales en México

■ Todo está conforme a la ley, expresó el juez que los unió

Celebran la primera boda entre transexuales en México

■ Los contrayentes debieron utilizar sus nombres oficiales

Emir Olivares Alonso

Ampliar la imagen Ceremonia civil entre transexuales en el Día Internacional contra la Homofobia Ceremonia civil entre transexuales en el Día Internacional contra la Homofobia Foto: José Antonio López

“Sí... acepto”, respondió Diana al juez; con esta frase unió su vida a Mario. Ambos tienen su propia historia de amor. Hace siete años él se arriesgó a dar el primer beso y asegura que no se equivocó: “es la mujer de mi vida”. Después de dos años de intensos planes –y diversas complicaciones– la boda civil se celebró ayer, aunque con una particularidad: en el acta de nacimiento de Mario aparece el nombre de María del Socorro Sánchez, mientras que Diana oficialmente se llama José Mauricio Guerrero.

En el contexto del Día Mundial contra la Homofobia se celebró en el país el primer matrimonio civil entre transexuales. “El amor no discrimina”, por lo que los asistentes a la celebración exigieron que se reconozcan los derechos de los trans. La expectativa fue tal que para la celebración se dio cita, en la Villa Panamericana, un mayor número de reporteros y fotógrafos que de invitados.

“Todo está conforme a la ley, hoy se unen en matrimonio un hombre y una mujer”, dijo el juez 20 de lo civil en el Distrito Federal, Gustavo Lugo Monroy, quien en 2001 celebró la boda civil de Vicente Fox y Marta Sahagún.

Ataviada con un sencillo vestido blanco, la novia saludaba y sonreía a los invitados; el juez se preparaba el ritual y los asistentes tomaban asiento. A las 13 horas todo estaba casi listo, salvo por un detalle: el novio no llegaba.

Después de la tolerancia acostumbrada de 15 minutos, Mario apareció en la entrada del salón de recepciones; enfundado en un traje negro en combinación de camisa y corbata rosadas, se acercó rápidamente a su amada. En ese instante, los invitados se unieron en un prolongado aplauso en honor de los enenamorados, que portaban en sus cuellos sendas bandas multicolor de la diversidad sexual.

Al plantarse frente a Diana, el novio no pudo contenerse más y con el juez como testigo, soltó: “Creí que no me iban a dar nervios, pero así es”.

Sin más protocolo, Lugo Monroy inició la ceremonia: como en toda boda la pregunta obligada: “¿Alguien tiene alguna razón para que esta unión no se efectúe?” Al unísono se dio la respuesta general: “Nooo”. El juez deseó a los novios éxito y felicidad en el matrimonio. Sin embargo, debido a que no existe un marco legal que reconozca la personalidad jurídica de transexuales, los novios fueron casados con sus nombres oficiales.

Muchos besos y un brindis culminaron el enlace.

Hace algunos años Mario, de 55, se sometió a una mastectomía, es decir, se extirpó el busto y comenzó con un proceso de hormonación, con lo que afloró la barba, se ensanchó su tórax y su voz se tomó tono grave. Diana, de 45 años, aseguró que desde su infancia “sentía una no concordancia entre mi cuerpo y lo que sentía”, por lo que en su vida adulta comenzó a vestirse y actuar como mujer, hasta que decidió someterse a la cirugía.

Los asistentes se vieron contagiados con la felicidad de los novios. “He aprendido mucho a su lado, en principio fue difícil pero ahora estoy orgulloso de tener una hija tan guapa”, aseguró Arturo Guerrero, padre de Diana.

 
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