Usted está aquí: martes 20 de mayo de 2008 Estados Pescadoras de BC piden aval para vender su producto

Pescadoras de BC piden aval para vender su producto

Antonio Heras (Corresponsal)

Mexicali, BC., 19 de mayo. Pescadoras indígenas cucapás advirtieron que si el gobierno federal no entrega las guías de traslado de 15 toneladas de pescado, para transportarlo hacia la zona urbana y comercializarlo, “regalarán o malbaratarán” el producto frente a las instalaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en esta ciudad.

“Ni un paso atrás y nosotras asumimos la responsabilidad jurídica”, manifestaron las dirigentes de la Sociedad Cooperativa Pueblo Indígena Cucapá Chapay Seisjhiurrar, quienes señalaron que no pueden permitir que el cargamento de corvina golfina se eche a perder, pues se “salan” como pescadoras.

Comentaron que sigue el hostigamiento en su contra por elementos de la Agencia Federal Preventiva y la Secretaría de Marina, a cargo del teniente Jorge Velásquez Montejo, quienes fueron transportados en una camioneta y un camión oficial, matrículas 400420 y 400412, respectivamente.

Trascendió que los “federales” esperan la orden para decomisar el cargamento de pescado, a pesar de que la especie no está incluida en el Catálogo Federal de Especies Reservadas, pero se decretó su veda en el delta del río Colorado desde el primero de mayo pasado.

Exigen cucapás decreto de veda

Alejandra Navarro, investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California, responsabilizó de esta situación al gobierno federal, pues, dijo, no ha entregado el estudio científico sobre el decreto de la veda de la especie, el cual ha sido solicitado por los cucapás.

El pasado sábado los integrantes de la cooperativa indígena recibieron amenazas por teléfono para que dejaran de pescar en la zona núcleo del Alto Golfo de California, o de lo contrario, habrían arrestos, decomiso del pescado y hasta cárcel.

Para amedrentarlos, un día después hubo un operativo federal en la zona de El Zanjón, en el Golfo de Santa Clara, donde los indígenas pescaban en una veintena de pangas. Los uniformados sitiaron la casa de la dirigente cooperativista Hilda Hurtado, donde se pesa el producto para proceder a su congelamiento y, posterior, comercialización, una vez que la Sagarpa otorgue el permiso correspondiente para trasladarlo a los centros de venta.

En 1993 la zona fue decretada reserva de la biosfera y, en 2002, luego de prohibir la pesca a los cucapás, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió una recomendación para restituir los derechos a esta etnia pues la especie corvina golfina no está en riesgo de extinción.

 
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