Usted está aquí: viernes 23 de mayo de 2008 Opinión Homofobia: una epidemia institucional

Gabriela Rodríguez
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Homofobia: una epidemia institucional

No sabemos si la homofobia es una enfermedad nueva, pero el registro de su dimensión y efectos es reciente. Como construcción social reproducida y legitimada por la sociedad, el odio al homosexual es una enfermedad mental que violenta los derechos humanos de quienes tienen una orientación no heterosexual. Las nuevas generaciones se han contagiado: la encuesta del Instituto Mexicano de la Juventud 2005 registra tan sólo 38.6 por ciento de hombres jóvenes y 45 de las mujeres jóvenes con tolerancia hacia las y los homosexuales. En sus fases más extremas la homofobia puede llegar al asesinato. En 11 años se han registrado 420 crímenes por homofobia en México, más otros 800 casos no denunciados.

El mal se expresa como discriminación abierta o encubierta hacia homosexuales, lesbianas, bisexuales, trasvestis, transexuales o transgénero y ataca directamente la dignidad de las personas. Se trata de un padecimiento peligroso porque puede afectar a las instituciones e impide que las personas sean tratadas de igual manera ante la ley, o que puedan ejercer sus derechos y gozar de las mismas oportunidades y espacios.

Los efectos de esta afección son claros en voz de los afectados (casos tomados de Agencia Notiese):

“Lo peor que hay de no tener leyes que ayuden es el no aceptar lo que se es y cambiar para los demás”. Jorge, 18 años.

“Mi nombre es Celso, soy gay y fui discriminado en el IPN. Levanté una queja en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y no obtuve respuesta. Hasta hoy mi título profesional no ha sido liberado, y el director de la Vocacional 6 sigue en su puesto”. Celso, 22 años.

“En el Metro un policía nos retiró diciendo: ‘A ver, señoritas, váyanse de aquí, porque el Metro no es un congal ni un hotel’”. Miriam, 19 años.

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ha recibido en dos años siete quejas por actos de homofobia ocurridos en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, principalmente la negación de la entrada para hacer uso del servicio, insultos y ataques a la vida privada.

María Isabel Saro explicó que la comunidad transgénero sufre mucha mayor discriminación, porque hasta hoy en día la transexualidad sigue siendo considerada como algo patológico por organismos de salud pública.

Myrima Brito, miembro de Grupo Opción Bi, explicó que la comunidad bisexual es lo invisible dentro de la invisibilidad de la comunidad LGBT, la cual discrimina abiertamente a las personas bisexuales por el hecho de considerarlas indefinidas.

Paulina Martínez, de Musas del Metal, manifestó que la lesbofobia se esconde por sí sola por el hecho de que las mujeres lesbianas consideran que son discriminadas por ser mujeres y no por su orientación sexual, además de ser una discriminación más de corte emocional que físico.

Líderes de los derechos de las minorías sexuales señalaron el pasado 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia: “la urgencia de que la sociedad mexicana revierta los efectos nocivos que genera el rechazo y discriminación que viola nuestros derechos humanos y los de nuestros hijos, hermanos, madres, padres, tíos, sobrinos, amigos, cantantes, maestros, compadres, políticos, por ser lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT). La homofobia nos obliga a mantenernos en el clóset e impide el acceso a los programas de prevención del VIH/sida, nos orilla a llevar una doble vida, produce tragedias de vida e impide el desarrollo y progreso social de nuestro país”.

El efecto de la homofobia en la extensión del VIH/sida está documentado. El director del Centro Nacional de Prevención del Sida, Jorge Saavedra, señaló que de la población juvenil en peligro ante el VIH/sida en México, los gays son los más vulnerables, ya que tienen 109 veces mayor riesgo que sus coetáneos heterosexuales. La tarea es reducir la homofobia y el machismo, acción que también impactará positivamente en hombres que tienen sexo con otros hombres y mujeres.

El Gobierno del Distrito Federal está mostrando compromiso en la lucha contra la homofobia; la ALDF reconoce la unión legal de parejas no heterosexuales; el STC-Metro arranca la campaña de sensibilización sobre la diversidad sexual y para erradicar la homofobia en vigilantes; juez del Registro Civil de la ciudad de México celebra el primer matrimonio transexual del país; la Dirección General de Igualdad y Diversidad Social organiza el simposio sobre Equidad y Diversidad en las Familias, y la Secretaría de Cultura apoya la Jornada Cultural contra la Homofobia.

De manera contrastante en la política federal, Lol Kin Castañeda, presidenta del Comité Orgullo México, indicó que la falta de voluntad política del gobierno de Felipe Calderón para ratificar e instaurar el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, aprobado por la Cámara de Diputados desde 2006, es una clara muestra de homofobia institucional.

 
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