Usted está aquí: viernes 23 de mayo de 2008 Política El plan energético de Calderón agravará dependencia de trasnacionales, vaticinan

■ En los hechos, el gobierno “deja morir” al IMP, señala el líder del sindicato del organismo

El plan energético de Calderón agravará dependencia de trasnacionales, vaticinan

■ Trabajadores demandan al Senado que les permita participar en los debates sobre el sector

Patricia Muñoz Ríos

La reforma energética que propone el gobierno de Felipe Calderón condenará a México a dependender en materia tecnológica de lo que las trasnacionales petroleras quieran venderle, advirtió ayer el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo, Felipe Navarrete, y denunció que aun cuando oficialmente ese organismo no será privatizado, en los hechos “lo están dejando morir”.

Resulta extraño, abundó, que en vez de fortalecer al Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y el desarrollo científico y tecnológico nacional, “los privatizadores pretendan, mediante esa reforma, fomentar aún más los indebidos, inmorales y onerosos contratos que Petróleos Mexicanos (Pemex) sucribe con trasnacionales en materia de investigación”.

Aseveró que de 2001 a 2006 la empresa paraestatal contrató servicios tecnológicos por 13 mil 360 millones de pesos, de los cuales 11 mil 621 se pagaron a firmas privadas.

Es decir, 82 por ciento de los contratos de servicios tecnológicos que pagó Pemex en cinco años fueron en su mayoría para las trasnacionales, y sólo 18 por ciento correspondieron al IMP.

Incluso, añadió Felipe Navarrete en conferencia de prensa, “los recursos destinados por Pemex al instituto decrecieron a una tasa anual de 25.3 por ciento en promedio, al pasar de 997 millones de pesos a 232 millones en dicho periodo”.

Sostuvo: “queda claro que la verdadera intención de los pontífices de la privatización es entregar nuestro petróleo basándose en la imposición de una perpetua dependencia de nuestro país respecto a otras naciones en materia de conocimiento científico y tecnológico”.

Explicó además que el IMP identificó desde 2003 y 2004 las áreas que requieren el desarrollo de tecnología de aguas profundas y elaboró al respecto diversas propuestas, faltando sólo la aprobación de Pemex.

En cambio, a la trasnacional Schlumberger “sí se le dio la oportunidad de experimentar sus innovaciones tecnológicas en el pozo Coapechaca 439 de Chicontepec, y se le entregaron 7 millones de dólares para hacerlo; sin embargo, el proyecto fue fallido, a tal grado que la inversión no se ha recuperado a pesar de los altos precios del petróleo”.

Navarrete Plascencia resaltó que se imponen al IMP exigencias que no corresponden a su naturaleza de empresa pública creadora de conocimiento.

Añadió que también se priva al instituto de los recursos necesarios para la investigación científica, se le reduce el nivel de contratación de servicios, se le impide que genere sus propios fondos y se le condena a seguir sujeto a un marco institucional que favorece la nula transparencia.

Por si fuera poco, “se le obliga a responder a la inmediatez y la voluntad de un Pemex fragmentado en feudos y exprimido en sus finanzas”.

En resumen, acusó, se impide al IMP que cumpla con el objetivo que da razón a su existencia: lograr la independencia científica y tecnológica de Pemex.

Por ello, aseguró, los trabajadores exigen al Senado que se les tome en cuenta en los foros de debate sobre reforma energética y demandan al gobierno impulsar cambios legales para terminar con “la perversa e indebida sujeción” del instituto a Pemex.

Proponen participar firmemente en el impulso de una política científica y tecnológica “que en materia de energía nos permita avanzar hacia la independencia y situarnos incluso en condiciones de exportar talento y conocimiento, en lugar de barriles de crudo”.

 
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