DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 26 DE MAYO 2008 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Un patrimonio de la humanidad

Islas del noroeste de México
Horacio de la Cueva

Las islas sirven para caminar
Pedro P. Garcillán

Oportunidades para la investigación científica
José Alfredo Castillo Guerrero y Miguel Ángel Guevara Medina

Las islas y las aves marinas
María Félix Lizárraga

Un refugio natural de aves
Ulises Trinidad Angulo Gastélum y Erick González Medina

Animales exóticos y la restauración de las islas mexicanas
Luciana Luna Mendoza

El complejo insular Espíritu Santo, golfo de California
Antonio Ortiz Alcaraz

La feliz convivencia de aves y pescadores en isla Isabel
Mónica González Jaramillo

La Nebulosa o isla de Cedros
María Concepción García Aguilar


Correo electrónico:

[email protected]

  

Animales exóticos y la restauración de las islas mexicanas

Luciana Luna Mendoza
Directora de Proyecto Isla Guadalupe
Grupo de Ecología y Conservación de Islas, AC
Correo electrónico: [email protected]

Las islas se definen como porciones terrestres rodeadas de agua. Por su aislamiento, son territorios con historias únicas de evolución. Son también muy frágiles. Cualquier influencia externa puede provocar serios disturbios. Durante millones de años las plantas y animales que viven en las islas se adaptan a su muy particular hogar. Se tornan diferentes a cualquier otro ser vivo en la Tierra.

Surgen así las abundantes e intrigantes especies únicas —conocidas como endémicas— de las islas. Hay además especies también presentes en otras islas o en el continente,que no han desarrollado características distintivas y conocemos como especies nativas. En cambio, las especies exóticas son aquellas que están fuera de su distribución natural y que de no haber sido introducidas por el hombre, no estarían presentes en las islas.

Muchas veces las especies exóticas se adaptan fácilmente a ambientes ajenos y compiten agresivamente o depredan a las especies endémicas y nativas afectando gravemente a estas últimas, a veces llevándolas a desaparecer. Este proceso es conocido como extinción.

En las islas de México tenemos muchas especies exóticas que ocasionan daños graves a la flora y fauna nativa. En la isla Guadalupe han desaparecido seis de las nueve especies de aves endémicas debido a la presencia de gatos domésticos sueltos, conocidos como ferales. Los gatos son llevados para controlar a los ratones, también exóticos. Sin embargo, los gatos comen a saciar aves de la isla que ni siquiera los reconocen como enemigos. Como resultado las aves se extinguen. Desaparecen de la isla y del mundo.

Casos como éste son comunes. En las islas habitan diversos animales exóticos: ratas que comen aves, sus indefensos pollos y sus huevos; chivos y borregos que destruyen bosques; perros que matan venados únicos. La medida más eficiente para evitar que esto empeore es impedir que sigan llegando animales “exóticos”.

También debemos erradicar a las especies exóticas. La erradicación consiste en la remoción total de una población que se ha convertido en una amenaza para las especies nativas y endémicas. Esto no es nada sencillo. Las erradicaciones son costosas y difíciles. Es mucho más barato y conveniente prevenir la introducción de las especies dañinas.

Los programas de erradicación son relativamente nuevos en el mundo. Países con graves problemas, como Australia y Nueva Zelanda, son los que tienen más experiencia. En México, la erradicación ya es una medida importante de restauración ambiental de islas y rescate de especies.

Si bien el personal capacitado es poco y no existen leyes que favorezcan estas actividades, ya se han llevado a cabo erradicaciones de vertebrados en 27 islas mexicanas. Las especies que se han erradicado incluyen gatos, perros, borregos, cabras y roedores.

Entre los casos más destacados se cuenta la erradicación de cabras en isla Guadalupe, de rata negra en las islas San Pedro Mártir y Farallón de San Ignacio, y de gatos en las islas del golfo de California. Se protegen así, entre otras, valiosas especies mexicanas de árboles endémicos, muchas especies de aves marinas y terrestres, y reptiles.

En pocas ocasiones es posible lograr la erradicación removiendo a otros lugares donde no hagan daño a los animales vivos. Esto es muy difícil y aumenta mucho el costo. Su confinamiento en el continente es complicado, si no imposible. Genera además peligros para el personal de campo. Gatos y perros crecidos en libertad sufren al verse encerrados. Para estos animales y los que no son de compañía, como las ratas y ratones, la mejor opción es el sacrificio humanitario en la propia isla.

A la fecha, las erradicaciones en islas mexicanas han salvado al 70 por ciento de las especies de aves en la región noroeste de México, al 21 por ciento de las poblaciones de vertebrados terrestres (mamíferos, reptiles y anfibios) y a 118 poblaciones de aves marinas.

Si bien hay todavía mucho trabajo pendiente, México destaca ya a nivel internacional por la restauración y cuidado de sus islas.

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