Usted está aquí: viernes 6 de junio de 2008 Cultura Retoma grabador “la vena lúdica de la representación del mal en México”

■ José Luis Hernández Azpeitia muestra 7 demonios satíricos en la Secretaría de Economía

Retoma grabador “la vena lúdica de la representación del mal en México”

■ La propuesta estética se basa en la figura popular de los judas, en formato mediano

El Demontre embaucado constituye la primera exposición individual del artista

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Hora pico, uno de los siete grabados que José Luis Hernández Azpeita presenta en el vestíbulo del edificio de avenida Insurgentes Sur 1940, colonia Florida Hora pico, uno de los siete grabados que José Luis Hernández Azpeita presenta en el vestíbulo del edificio de avenida Insurgentes Sur 1940, colonia Florida

Siete demonios satíricos se apoderarán durante unos días de la Secretaría de Economía, o por lo menos de su vestíbulo, para dar rienda suelta a la crítica de los medios de comunicación, el chisme, la violencia verbal, la crisis económica y hasta el bombazo de meses pasados en avenida Chapultepec.

Recreados a partir de la figura popular de los judas, los siete demonios son obra del artista plástico José Luis Hernández Azpeitia y emergen de igual número de grabados de formato mediano, en una exposición que se inauguró ayer con el título El Demontre embaucado, en dicha secretaría (Insurgentes Sur 1940, colonia Florida).

La muestra de Hernández Azpeitia, su primera individual y con varias colectivas, es una exploración de la representación del mal en México. “Quería retomar la vena lúdica sobre la representación del mal en el país, por ello tomé la línea de los judas como la representación popular del mal”, dice el grabador en entrevista.

“Hice una representación del concepto a partir del grabado, un poco en la idea de presentar un objeto equivalente a la función de los judas, que es como expiar el mal, o la representación de un mal específico a través tanto de los judas como en este caso, a través del grabado.”

Respecto al título de El Demontre embaucado, Hernández Azpeitia, ubicado en cierto realismo y a la vez en una especie de “figuración fantástica”, con influencias de varios maestros como José Chávez Morado, dice que con ello trató de dar seguimiento a una línea satírica.

“Pensar un poco la relación que tienen los grabados con la temática de cada uno, en el cual se busca expiar un mal de la sociedad contemporánea. Y en sí toda la temática está tratada alrededor de una representación satírica.”

De retorcimientos y palabrotas

Son siete los grabados que se mostrarán. En Tribulaciones se presenta una figura retorcida en sí misma, “como queriendo simbolizar el conflicto que presenta la vida contemporánea, diaria, y las preocupaciones en la ciudad”.

Con el grabado Manifest, Hernández Azpeitia busca una “alegoría del chisme” en la que el demonio se hace presente en repetidas ocasiones. “Es como las habladurías que hay alrededor del chisme y todos los comentarios que se pueden hacer de una persona o una situación”.

En Palabrotas el lenguaje “violento y soez” también se representa a partir de la figura del diablo, la cual se repite pues uno sale de la boca de otro, y de éste emerge un tercero, “como un ciclo que no acaba”.

Con Medium media se pretende exorcizar a los medios de comunicación, observar su papel, “pues muchas veces ellos también son parte de la diseminación del mal, unas veces no voluntariamente y otras con muy mala saña”.

El grabado Bombazo tiene que ver con el estallido de una bomba en avenida Chapultepec en meses pasados. “Como son asuntos muy cotidianos los que estoy manejando, la inspiración vino en los días siguientes de la noticia. Vi que era un tema, sobre todo porque es una situación poco común en esta ciudad. No habíamos tenido este tipo de acciones tan violentas y era bueno tomarlo como una oportunidad para expresarlo”.

Fuerza que impulsa al movimiento

En Cartera vencida se le potencia al grabador una vena de crítica política. “Es también un tema en boga, la crisis económica, las carteras vencidas y los créditos exagerados”.

Hora pico explora el caos vial y el hacinamiento, percibido por un artista que se mueve en transporte público a la hora de mayor afluencia.

Para darle mayor densidad a su reflexión plástica, Hernández Azpeitia recurrió al poeta irlandés Thomas Moore, quien planteó: “Aunque los ángeles suelan escribir, los demonios deben imprimir”.

Y el joven grabador mexicano asume: “Es así que yo aquí estoy imprimiendo a los demonios”.

En México, reflexiona, tenemos una visión positiva del mal como una fuerza que impulsa al movimiento, no a su entorpecimiento. “Convivimos con él y tenemos un acercamiento muy lúdico y práctico, en contraste con otras culturas, en las que el mal es un suceso terrible e inmencionable”.

 
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