Usted está aquí: viernes 6 de junio de 2008 Economía Cuba: en la FAO no se logró salida justa al problema de los alimentos

■ Se acordó el compromiso de reducir a la mitad en 2015 el número de personas desnutridas

Cuba: en la FAO no se logró salida justa al problema de los alimentos

■ La declaración final pide reducir medidas “restrictivas”, lo que separó a Argentina

■ Ninguna referencia a responsabilidad de subsidios agrícolas en países ricos y cómo distorsionan el mercado

Afp

Ampliar la imagen La directora ejecutiva de la FAO, Josette Sheeran, ayer, durante una conferencia de prensa en Roma La directora ejecutiva de la FAO, Josette Sheeran, ayer, durante una conferencia de prensa en Roma Foto: Ap

Roma, 5 de junio. Los 193 países que integran la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se comprometieron a reducir “a la mitad en 2015” el número de personas desnutridas en el mundo, en una controvertida declaración considerada demasiado tímida ante la nueva ola de hambruna que azota el planeta.

La declaración final, alcanzada después de tres días de negociaciones, reafirma el objetivo de reducir a la mitad “no más tarde del año 2015” el número de personas desnutridas en el mundo, calculadas en 850 millones, pero no definió medidas vinculantes para los estados participantes. La declaración también hace referencia a los biocombustibles y exige que se hagan estudios detallados para que su producción no vaya en detrimento de la seguridad alimentaria mundial.

El documento de cuatro páginas fue objetado por Argentina y Venezuela. “Los delegados ante la FAO nos han defraudado, han borrado con el codo lo que sus mismos mandatarios habían prometido”, declaró la representación de Argentina, objeción a la que se unieron Venezuela, Cuba y Ecuador, por considerar que el texto “carece de un diagnóstico objetivo” sobre las causas del hambre en el mundo.

Convocada por la FAO, junto con las demás agencias de Naciones Unidas, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cumbre de tres días, a cuya inauguración asistieron unos 40 jefes de Estado y de gobierno, tenía como fin analizar las consecuencias del alza del precio de los alimentos.

Además de los 850 millones personas que padecen desnutrición, la crisis ha arrastrado a otros 100 millones en África, Asia y el Caribe, lo que ha generado revueltas por el hambre, y hasta la caída del gobierno en Haití.

El documento condena el “uso de alimentos como arma de presión”, lo que ha sido interpretado como una denuncia al embargo aplicado por Estados Unidos a Cuba, explicaron fuentes diplomáticas latinoamericanas. Sin embargo, pese a esa mención criticaron el texto final como el “resultado de la falta de voluntad política para promover una salida justa a la crisis alimentaria mundial”, señaló el representante de la cancillería cubana.

La declaración de la FAO exhorta a la comunidad internacional a reducir las medidas “restrictivas” que incrementan la volatilidad de los precios internacionales, lo que generó la fractura con Argentina, que ha tenido que restringir sus exportaciones.

“La falta de referencia a la responsabilidad que han tenido los subsidios agrícolas de los países ricos y las distorsiones al mercado de los países desarrollados y hacer referencia simultáneamente a medidas coyunturales de menor impacto, impiden que Argentina acompañe esta declaración final”, anunció el representante de ese país.

En el documento los miembros de la FAO piden liberalizar el comercio agrícola e invitan a hacer “estudios en profundidad” sobre los biocombustibles, acusados por muchos de la subida de los precios de los alimentos, algo que rechaza tajantemente el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

“Logramos un compromiso sobre los biocarburantes, que satisface a Brasil y que reconoce que los biocarburantes representan una oportunidad y un desafío”, comentó Francisco Coy, delegado de Colombia.

En la declaración se intenta reactivar el sector agrícola mundial para convertirlo en prioridad. Para conseguirlo, la FAO recaudó 6 mil 500 millones de dólares, cifra que “supera nuestros cálculos más optimistas”, dijo el director de la FAO, Jacques Diouf. “Hemos medido a fondo el problema del hambre en el mundo, que no es un asunto humanitario sino un fenómeno mundial. Sólo juntos podemos enfrentarlo”, afirmó.

El problema está en cómo se deberá incrementar tal producción, ya que están en juego intereses enfrentados, como denunciaron la presidenta argentina Cristina Kirchner y numerosas organizaciones internacionales de campesinos reunidas en un foro paralelo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Franco Frattini, calificó el texto de “decepcionante”, incluso horas antes de que se divulgara. “Es preocupante que los líderes del mundo no logren ponerse de acuerdo para evitar el despilfarro en una situación dramática y de emergencia alimentaria, como la actual”, lamentó.

 
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