Usted está aquí: miércoles 11 de junio de 2008 Capital Congruencia, demanda Ebrard a Felipe Calderón

■ Exhibe documento en el que invocaba la participación ciudadana

Congruencia, demanda Ebrard a Felipe Calderón

■ La consulta al pueblo no es un instrumento para crear conflictos, sino para resolverlos, responde el mandatario local a gobierno federal y PAN

Ángel Bolaños Sánchez

Ampliar la imagen El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y el secretario del Trabajo del Distrito Federal, Benito Mirón, pusieron en marcha ayer la segunda etapa del programa ¡Qué buena puntada! Sentada a la máquina, Mariagna Pratts El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y el secretario del Trabajo del Distrito Federal, Benito Mirón, pusieron en marcha ayer la segunda etapa del programa ¡Qué buena puntada! Sentada a la máquina, Mariagna Pratts Foto: Jesús Villaseca

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, exhortó al presidente Felipe Calderón Hinojosa a ser congruente con los principios que invocó hace ocho años en la Cámara de Diputados, cuando fue coordinador de la fracción parlamentaria de Acción Nacional, para incluir las figuras de referendo, plebiscito e iniciativa popular en la Constitución.

En entrevista, al concluir un acto con cooperativistas en el Museo de la Ciudad de México, el mandatario capitalino aprovechó para exhibir la iniciativa para reformar y adicionar ocho artículos de la Constitución que presentó la bancada panista en el órgano legislativo durante la sesión del 7 de agosto de 2000, en cuya exposición de motivos señala que en una democracia no es suficiente la representación de los órganos legislativos “en la toma de los asuntos o decisiones políticas” y la participación ciudadana no debe agotarse en las elecciones, sino que son indispensables otras formas de participación más allá de las urnas.

Del texto, suscrito, entre otros, por su actual secretario particular, José César Nava Vázquez, Ebrard enfatizó la parte donde señala que para el PAN, “lo insustituible de la democracia es la identidad del poder y del pueblo” y “cuando se invoca la participación de ciudadanos, de agrupaciones sociales, de la sociedad en su conjunto, para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes o para hacer confluir voluntades dispersas en una acción compartida. Es, en síntesis, una invocación democrática cargada de grandes valores”.

Leyó enseguida otro fragmento que dice: “la representación no puede concebirse hoy en día como suficiente para darle vida a la democracia. Por ello, representación y participación forman un matrimonio indisoluble en el hogar de la democracia, ambos se requieren necesariamente. Porque la verdadera democracia no se concibe con el auxilio de la forma más elemental de la participación ciudadana: los votos del pueblo”.

Resaltó enseguida de entre las modificaciones que propone a la Constitución el carácter “obligatorio para gobernantes y gobernados” que deberá tener el resultado de los procesos de referéndum y plebiscito, así como la responsabilidad que tendría el Instituto Federal Electoral para organizarlos.

Dicho esto, el gobernante de la ciudad apuntó: “¿qué pido? Congruencia. Exhorto a quienes en su momento presentaron esta iniciativa, o sea a Calderón, a Nava que la firma, a que sean congruentes, por el bien de México”.

Sostuvo que contrario a lo que se ha señalado desde el gobierno federal o la dirigencia panista, de que la consulta ciudadana a la que convocó para el 27 de julio próximo generará violencia social y pondrá en entredicho la representatividad de los legisladores, como dice el texto de la iniciativa panista de hace ocho años, la consulta al pueblo no es un instrumento para crear conflictos, sino para resolverlos.

“Eso era lo que ellos pensaban –o al menos así nos lo hacían creer–; ahora se dice exactamente lo contrario y si cambiaron de convicciones, que lo digan”, señaló.

Por lo que hace a las críticas que lanzó la Iglesia católica en contra de la consulta ciudadana en su órgano de difusión Desde la Fe, Ebrard consideró que “no viene al caso”, porque la reforma energética no es un tema que vaya a resolver la Iglesia, “es un tema de todos los mexicanos”.

 
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