Usted está aquí: viernes 13 de junio de 2008 Sociedad y Justicia Común, la venta de niños en Togo

Común, la venta de niños en Togo

Assanubui, Togo, 12 de junio. Achia Ayava es un notable respetado en su pueblo de Assanubui, 250 kilómetros al norte de Lomé y es padre de 12 niños, cuatro de los cuales “ya confió” a un traficante, y tiene pensando “vender” un quinto a finales de junio. En cuatro años, Assanubui se convirtió en un “mercado” conocido que atrae a compradores en este drama clásico de la pobreza, en un pueblo perdido en la sabana donde sus 2 mil 500 habitantes no tienen ni agua ni electricidad y en el que los pocos kessinonto (pequeños ricos en lengua ewe del sur) cultivan algodón. “Aquí, los niños no tienen futuro”, afirma Achia, otrora cultivador de algodón. Una de sus hijas tenía sólo 10 años cuando la “confió”, como se dice aquí por pudor. “Son nuestros hijos quienes nos ayudan cuando vuelven de sus aventuras”, asegura Abla Chessi, vendedora de crema en el mercado del pueblo. “Dos de los míos trabajan en Nigeria desde hace tres años. Los hemos confiado a unos amigos. Pronto volverán para terminar la cabaña de su padre que se quedó sin techo”, explica. Algunos niños irán a Nigeria y a Gabón. “Estamos negociando con sus padres. En general les damos entre 2 mil 500 y 5 mil francos CFA (entre 3.5 y siete euros) en función de la edad de los niños”, explican. Los niños son vendidos a traficantes por sumas que varían entre 10 mil y 15 mil francos CFA (entre 14 y 21 euros) y éstos, a su vez, los venden 10 veces más caros, es decir, hasta 200 mil francos CFA (280 euros).

 
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